Treinta y uno.

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[EDITADO]

Después de varios intentos fallidos por parte del rubiecito, o bueno, fallidos como tal no, porque cada vez que el rubiecito rogaba y era rechazado, proseguía a los besos o caricias, pensando que así era el método fácil para ganarse sus caprichos, pero el moro claramente no se negaba y como buen perdedor, caía rendido a sus besos y caricias, pero era más astuto y luego volvía a decirle que debía ir al instituto para volver a obtener de el. Par de melosos.

Finalmente llegaron al instituto. El día estaba nublado, gris y frío, había llovido así que todo estaba húmedo y los árboles comenzaban a perder hojas, quedando completamente encuerados.

Zayn rápidamente detalló el lugar, y sobre todo a los manes que rondaban por ahí, detectando quien le caía mal a simple vista simplemente por su aspecto físico y así. Era un estupido rebelde, inmaduro, que hacía lo que se le daba la maldita gana.

De repente la ausencia de la suave presión sobre su cintura, lo percató de que su niño ya había bajado de la motocicleta. Y rápidamente fijo toda su atención en el.

Pasó un dedo por encima de su frente, corriendo un precioso mechón rubio que caía por esta, colocándolo hacia atrás donde debía de estar. Joder, su novio era muy mono, mordio su labio y noto como la atención del menor se concentraba toda en aquel gesto, sonrío victorioso y volvió a rasgar de su labio sin darse esta vez cuenta.

Hoy, se veía más pálido de lo normal, haciendo que el color de sus ojos resaltará aún más. Precioso.

No hubo necesidad de articular una sola palabra, cuando sorprendió al moro lanzándose a sus brazos, quien rápidamente acepto el abrazo y lo envolvieron en sus acogedores, fuertes brazos.

—Te voy a extrañar –murmuró contra la chaqueta de cuero.

—Sabes, he cambiado de opinión –se percató cuando vio sobre el hombro de su bebe a nada más y nada menos que a

Louis Tomlinson.

Ujuuh. Con que estudiando en el mismo instituto, el gran hijo de gilipollas. Más encima, para mal gusto del moro, el estupido no quitaba de encima los ojos burlones sobre los dos tortolitos. Eso hizo que abrazara aún más fuerte a su niño. Su sangre hirvió.

—Nos vamos ya –dijo, autoritario, sin importarle la opinión de su niño y sin siquiera apartar la pesada mirada que tenía sobre Tomlinson.

Niall no entendió, ni siquiera tuvo tiempo de articular.

—N-no puedo Zainy, ya he llegado aquí. Allí está la directora, mirándonos.

Así que menos podían escapar.

Puta gorda pelotuda, pensó Zayn. Por parte, entendía que su bebito no debía faltar al instituto, no quería meterlo en problemas por su culpa.

—Amor –susurró el menor, con el ceño fruncido, mostrando preocupación.

Suavemente presiono sus manos a los costados de las mejillas del mayor, haciendo que lo mirara, sin mucho esfuerzo. Capturó la atención del moro y miro hacia la derecha, donde se encontraba aquel chico que desconocía, que tanto Zayn estaba mirando, y se sintió mal, se sintió menos, ¿su novio estaba mirando hacia otro chico? oh, se sintió feo y agacho la cabeza, Zayn rápidamente lo noto, y negó rápidamente.

—Oh no, no, no, amor. No creas que... –le daba simplemente asco pensar que Niall pensara que el gustaba de Louis. JAJA, la mayor pendejada, podía morirse primero de sida, sifilis, gonorrea y chanda antes de fijarse en semejante cabron–. Simplemente no quiero –hizo una pausa, y se percató de que su niño lo mirara bien a los ojos–, simplemente no quiero que te encuentres con el –hablo fuerte, con determinación– ¿vale, bonito? –su tono se suavizo, pidiendo con tanta dulzura.

A él le gusta que le partan el CULO | ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora