Maraton 3/3 IV

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El viagra comenzaba a hacerle efecto.

Se sentía extraño, estaba también drogado y adormecido, su cuerpo estaba inmóvil, de repente noto un movimiento rápido por parte de Harry.

Ahora estaba encima de su cuerpo, sentado en sus piernas y meneando su culo contra su polla levantada, era fatal, solo quería sentir el pequeño cuerpo de su nenito y si embriagador olor a dulce e inocencia, y no el de ese cerdo sidoso.

—Ahora será mío, Zainy, por fin —gimió.

Un escalofrío recorrió por toda su espina dorsal, sentía un mal presentimiento acercarse.

No pudo hacer nada, solo observar, sentir y vomitar en su interior mientras sus manos recorrían todo su cuerpo por encima de las telas haciéndolo sentir sucio.

Sus labios succionaron el costado de su cuello, sus uñas se enterraron desgarrando su camiseta, su buena y fornida figura apareció en el panorama del ruloso, quien devoró hambriento con la mirada mientras rasgaba su labio, era tan brusco, pero sus labios eran tan jodidamente suaves al sentirlos chupar con fuerza su pecho desnudo y algo brilloso debido al sudor que comenzaba a ser presente, no pudo evitar gemir al sentir su débil pezon ser atrapado por entre los dientes del muchacho, quien brindaba rítmicamente mordidas a este.

¿Porque había gemido?

Mierda, no lo había hecho con intención.

¿Porque su cuerpo reaccionaba por sí solo sin el desearlo?

Se sentía muy confundido.

Succiono con fuerza su pezon blando y sensible al roce del aire, haciendo temblar al morocho, quien apartó su mirada con asco, aún con la poca conciencia que le quedaba.

Se sentía culpable, se sentía el peor hombre inundando hasta el cuello de los pecados, sentía que le estaba siendo infiel a su nenito, pero no debía sentirse así, ya que estaba siendo obligado y no tanto lo obligado sino que no podía mover su cuerpo, difícilmente abría la boca para articular un ridiculo gemido.

Sus labios siguieron descendiendo, oh no, pensó Zayn, pero por cierto lado se sentía tan bien ser atendido, después de todo una maldita viagra lo obligaban a sentir aquellas sensaciones.

Sus largos dedos desabrocharon su pantalón, con agilidad y destreza, bajo de este junto con sus boxer de una sola tironeada, generando que su larga, dura y gruesa polla revoloteara y golpeara su cara.

Un intenso rubor apareció en sus mejillas, estaba siendo violado, que absoluta vergüenza.

Con tanta necesidad que tenía desde hace tiempo saboreo su polla desde el glande, sintiendo la suavidad de esta carne en su esponjosa lengua, mezclando los sabores, gimió, miro a los ojos del morocho, quien miraba aterrado y horrorizado y sin dudarlo se la metió con rudeza, sintiendo su apretada y caliente garganta envolver su polla.

Lo último que pudo ver fue a Anne con una expresión espantosa, alejando a Harry de su cuerpo.

A él le gusta que le partan el CULO | ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora