Solamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllevaba tener que soportar cosas que jamás imaginé. Todo era mágico en mis pensamientos, pero ¿realmente iba a serlo en verdad?
No me pasó por...
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El dolor punzante de mi cabeza hace que cierre los ojos por quinta vez en una hora. Me siento terriblemente mal debido al resfriado que llevo y por eso no he querido atender a Lianna. Tengo miedo de que se pueda contagiar debido a los gérmenes que emano cada vez que estornudo o toso.
—Margareth gracias por cuidar de la bebé. — sorbo mi nariz por enésima vez.
—No tienes por qué agradecer, sabes que estoy aquí para ayudarte en lo que sea — sonríe mientras hace gestos maternales con sus ojos — La bebé está durmiendo ya, deberías de hacer lo mismo.
Asiento mientras me convenzo de dormir. Dormir... la palabra que últimamente anhela mi cuerpo. He estado tan cansada en estos últimos días. Lia está aproximada a cumplir su año y medio de vida, que se supone que mientras más crezca, más duerma, pero no sé porqué no está queriendo dormir toda la noche. Parezco un zombie andante con las ojeras que llevo y aspecto macabro en mi rostro. Pero todo sea por el amor de madre. A esa niña la amo como no se imagina uno que podría amar. Es un sentimiento tan único y perfecto que no habría una sola palabra para describirlo. Sentirla por primera vez en mis manos, escucharla por primera vez, dormir con ella por primera vez eso ha definido el concepto de amor nuevamente. Las noches sin poder dormir quizás sean muchas, pero el amor es mucho más. A veces hay momentos en los que mi pequeña duerme plácidamente, pero yo no puedo dormir pensando en el gran agujero que hay en mi cama y corazón. La habitación y casa entera se siente vacía sin mi amor. A veces en la vida uno debe de hacer grandes sacrificios y este es el más grande que he hecho. Me hubiera gustado que él no hiciera nada y se quedara conmigo, pero eso sería realmente egoísta de mi parte. Aunque muera por dentro, tengo que entender que todo esto es por el bien y futuro de ambos. Él ha comenzado su carrera como empresario y por esa razón es que ha tenido que hacer diáspora para al menos, ver cómo le va en los negocios en España. Yo ya tengo una carrera, aunque algo oxidada y es por eso que comprendo cómo el debe de sentirse con todo esto. Y sé que este sacrificio quizás es grande, extrañarlo, pero todo tiene una recompensa. Ahora él es todo un profesional.
Siento como una lágrima pasa por mi mejilla lenta y calientemente. Extraño demasiado a mi Liam. A él hombre que me hizo mujer a mí. Ha pasado tanto tiempo ya, que soy incapaz de recordar. Ya está a meses de graduarse de su maestría. Extraño los momentos en los que solía despertarme por los labios de él, los momentos en los que a mitad de estar cocinando me interrumpía con un abrazo. Extraño... lo extraño a él.
Tomo mi celular para pasarle un mensaje. Al menos debo de saber qué hace. Cinco minutos más tarde entra un video llamado.
—¡Hola amor! —exclama fuertemente. Todo a su alrededor es claro y hay muchas personas a su alrededor, en especial mujeres que miran al celular para ver con quién habla, quizás compañeras de trabajo.
—Hola, ¿cómo estás? — sonrío de lado — ¿Qué andas haciendo? No he recibido un mensaje tuyo durante todo el día.
—Estoy bien amor. Estaba jugando algo de Futbol para no perder la costumbre, ya sabes que no puedo contestar o escribir cuando estoy ocupado. ¿Y tú qué haces?
