21| Una despedida diferente.

8.9K 590 41
                                    

Dejo a José en su casa, después de haber dejado a Meredith en la suya

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dejo a José en su casa, después de haber dejado a Meredith en la suya. Dejo reposar la cartera en la mesa de entrada al pasar la puerta de mi apartamento. Detengo mi paso abruptamente al recordar lo que se ha zafado de mi boca y por un instante las ganas de ir y gritar que Liam no es el papá del bebé, me invade por completo. Pero debo de detenerme y no hacer cosas que no debería. Sigo mi camino hasta la cocina y busco en la nevera algo para comer, tengo hambre y no aguanto mi cuerpo.

—Rosebeth, querida — al instante tomo un jarrón lleno de agua para defenderme. Mi corazón late demasiado rápido debido al susto. Ella me va a matar de un ataque y mira que tengo los nervios de punta últimamente.

—Mamá, ¿Qué haces aquí? — pregunto de inmediato preocupada. ¿Dejé mi apartamento abierto?

—Edmond me abrió, no te preocupes.

—Oh.

—Por cierto, necesitas hacer una compra más sofisticada. Sin menos dulces — inspecciona la nevera y la cocina al mismo tiempo.

—Sí — contesto — Pensé que te ibas hoy mismo.

—Antes de irme, necesitaba hablar con mi hija.

Un deje de preocupación invade mi cuerpo. Si ella quiere hablar conmigo personalmente es porque es algo totalmente serio e importante. Algo delicado que no puede hablarlo por celular.

—¿De qué necesitas hablar? — trago fuerte esperando saber qué es lo que me tiene que decir. Cambio el peso de un pies a otro impaciente.

—Cosas. Ven, vamos a sentarnos.

Definitivamente es algo muy delicado. Caminamos hasta la sala de estar y nos sentamos en los muebles sin decir palabra alguna.

—¿Qué es lo malo que tienes que decir? — pregunto impaciente. No puedo esperar.

—Necesito que te relajes primeramente. — me mira a los ojos — Sabes que siempre te he recalcado que cada cosa tiene su propósito y que en contra de la voluntad de Dios no podemos actuar. Él nunca nos da carga que no podamos soportar, linda, y esta vez nos dio una que sé que podemos sobrellevar. — toca mi mejilla delicadamente para tranquilizarme un poco. Estoy muy, pero muy asustada. Es algo malo, su semblante lo dice todo. Pestañeo varias veces para alejar las ganas de llorar, en mi estomago hay un nudo que me pone cada vez más nerviosa.

—No me asustes.

—No tienes por qué hacerlo. Ahora solo quiero que respires e intentes dejar ir ese nudo que llevas dentro.

Hago lo que me pide y cierro los ojos para quitar un poco de tensión. Aprieto mis manos que están sudadas y frías debido al nerviosismo. Tomo una bocanada de aire antes de escuchar eso que me rompe por completo.

—Tu padre está muriendo — dice directamente y sin rodeos.

Mi corazón siento que se encoje. Estoy preparada para que se vaya, pero no lo estaba para tan pronto. En lo absoluto. Una de las cosas que aprendes de la vida es que, te sorprende de distintas maneras y cuando menos lo esperas. Sé que mi padre no es eterno, pero cuando te das cuenta que su estadía en la vida está culminando, es cuando más te preguntas el por qué las personas se tienen que ir. Es algo natural el nacer, crecer, vivir, pero morir y despedirse es la etapa más difícil de todas. Aún así hay que enfrentar las cosas de frente; tomando al toro por los cuernos sin miedo.

Una nerd con doble identidad.Where stories live. Discover now