Solamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllevaba tener que soportar cosas que jamás imaginé. Todo era mágico en mis pensamientos, pero ¿realmente iba a serlo en verdad?
No me pasó por...
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Saco mi mano de debajo de la cabeza de Liam, el peso de ella molesta, siento que va a explotar. Está explotando y es en serio. No siento mi mano y se ha quedado dormida, al instante comienzo a sentir hormigueo en ella.
—Liam... — musito al girarme y sentir como el jala mi cuerpo por la cintura para apegarme a él.
Desde hace dos días el chico le ha dado con quedarse en mi apartamento y eso, no me molesta para nada. Al contrario, se puede mudar si lo desea.
—Liam no empieces. Ya son las seis y cincuenta, comenzamos la escuela hoy.
—No quiero.
—Sí, si quieres. Es el último semestre y debes de empezar con el pie derecho.
—Vamos a dormir un poco más. — habla con la cabeza pegada a la almohada y casi no se le entiende lo que habla.
Salgo de la cama y rápidamente me adentro a la bañera. Si él no quiere ir a la escuela por mi bien, pero yo no faltaré.
Lavo mi cabello suavemente y de momento siento unas manos ayudándome, pero no con el cabello.
—Liam. — doy un gemido y eso lo enciende y de qué manera...
Llegamos al colegio luego de haber jugado un poco en la bañera y tardarnos una eternidad en vestirnos. Me quedo quieta en mi lado del auto, sin moverme. Los nervios están comenzando a hacer escantre en mi estomago.
—¿Estás seguro de hacer esto, Liam? — le pregunto con temor — Puedes entrar solo si lo deseas, no quiero que hablen demás.
—Estoy más que seguro, Rose y no me interesa lo que los demás hablen. Somo tu y yo, nada más nos debe de interesar — sonrío sin ganas todavía sintiendo mi estomago dando vuelta — Quiero que estar contigo bien y para eso debemos de empezar bien el semestre.
No he cambiado mi atuendo para nada. Mis espejuelos siguen en el mismo lugar, al mismo tiempo que mi trenza de lado. La falda está un poco más corta, pero no muy exagerado al estilo zorra.
—Vamos — toma mi mano — No bajes la cabeza en ningún momento.
Salimos del auto en silencio, él vuelve a tomar mi mano para caminar y mis leones estomacales aparecen de inmediato. La entrada está bastante llena debido a que hoy es el primer día. Algunas miradas se posan en el chico de mi lado y en mí. Es raro que lo vean llegar conmigo. Cuando estamos llegando a las escaleras él aprieta mi mano dándome a entender que él está conmigo sin importar qué.
Miro nuestras manos entrelazadas y esbozo una sonrisa boba. Algunas personas hablan intentando disimular, pero es un total fracaso. Al pasar por el área de los chicos de Futbol él se detiene a hablarme.
—¿Quieres estar conmigo mientras los saludo o prefieres ir a donde tu amiga?
Me alzo de hombros restándole importancia. ¿Qué más da? Ahora mismo somos el centro de atención.
