Ya No Soy Aquella - CDM

Capítulo 44: Salida

Apenas mencioné "lo siento", recordé que todavía le debía una disculpa desde la última vez que nos habíamos visto.

—Está bien, no te preocupes –sonrió volviendo a estar en silencio.

Incluso Lysandro me había recomendación pedir disculpas, no podía no hacerlo.

—Oye...

El chico rápidamente volteó a verme directamente a los ojos.

—Lo siento por lo del jueves... –Murmuré apenada.

Él se quedó un par de segundos procesando mis palabras.

—Oh, no, no, yo lo siento... –Juntó sus palmas. —Dijiste que querías irte y yo seguí insistiendo... Eso estuvo mal.

—Lo hacías con una buena intención, yo fuí quien se alteró, te empujó y nisiquiera te ayudó a levantarte.

—Creo que me lo merecía –rió haciéndome sacar una sonrisa.

—De cualquier forma, lo siento y mucho

—Yo igual...

Ambos volvimos a quedarnos en silencio.

—Tienes uno nuevo –señaló de pronto mi celular.

—No me lo recuerdes, gasté todo lo que tenía ahorrado en él –murmuré llevando mis manos a mi cabeza.

—¿Qué? –Exclamó. —¿Todos?

—Solo me sobró dinero como para comprarme una hamburguesa –lloriqueé.

—Eso es triste...

—Si, al menos podré sacarme el antojo en la semana.

—¿Antojo de hamburguesas?

—De comida rápida –sonreí.

Armin volvió a mantenerse en silencio.

La siguiente media hora pasó en un abrir y cerrar de ojos, a primera hora nos tocaba química, así que todos subimos al laboratorio y armamos grupos.

Algo interesante de la clase, había sido que Nathaniel se había negado a formar equipo conmigo, sin embargo, ni siquiera reclamó cuando fue asignado con Castiel y Lyss. Gran parte del salón había notado lo mismo, por lo que rápidamente comenzó a surgir el chisme.

—¿Qué opinan de salir a comer hoy? –Nos habló Alexy una vez la clase había acabado.

—¿Después de clases? –Pregunté.

—¿Pero a dónde iríamos? –Preguntó Kentin.

—Podemos ir a ese lugar de la otra vez, el de las hamburguesas –habló Armin.

—Si, creo que me alcanza para una hamburguesa –sonreí.

—Entonces avisen en casa que van a llegar tarde –soltó el peliazul volviendo a voltearse a su puesto.

—¿Si te apuntas, Nath? –Gritó Priya hacía los asientos de enfrente.

—¿Apuntarme a dónde? –Exclamó el rubio.

—Vamos a salir a comer después de clases, iremos a por hamburguesas.

—¿Quiénes van?

La castaña volteó a vernos y no fue hasta ese entonces que cayó en cuenta de lo que acababa de hacer.

Quería que la Tierra me tragara.

—Priya... –Murmuró Armin frunciendo su ceño.

—Oh, mierda... Lo siento, lo olvidé –llevó sus manos a su cabeza.