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Iwaizumi no prestó atención al apartamento oscuro cuando Oikawa lo llevó al dormitorio y lo besó al mismo tiempo. Sus manos estaban codiciosas debajo de su camisa, sintiendo su piel y el contorno de sus duros músculos debajo de ella. Hajime gimió con sus toques y trató de mantener el equilibrio mientras lo seguía.
"Oikawa..." refunfuñó cuando entraron al dormitorio. "Mis manos."
Con cierta desgana, Tooru finalmente lo soltó y tomó la pequeña llave del bolsillo de su pantalón. Iwaizumi sonrió cuando vio su rostro enrojecido y su cabello revuelto. Dejó escapar un suspiro de alivio cuando la manga cayó al suelo, pero Oikawa no le dio tiempo, levantándose la camisa y obligándolo a levantar los brazos para quitársela.
"Mierda...", suspiró el yakuza mientras miraba el torso desnudo de Hajime. Notó las curvas perfectas de los músculos debajo de la piel y los tatuajes en sus brazos.
Gritó sorprendido cuando Iwaizumi lo agarró por los muslos y lo levantó. Oikawa rápidamente envolvió sus piernas alrededor de su cintura y con gusto aceptó el beso, enredando sus dedos en su cabello oscuro y puntiagudo. Gimió por lo bajo cuando sintió que las manos de Hajime agarraban su trasero.
Hajime lo arrojó sobre la cama y Tooru no perdió el tiempo y se quitó la parte superior de su traje y lo dejó tirado en algún lugar del suelo. Los dedos de Iwaizumi rozaron las fundas que descansaban a los lados del torso de Oikawa y desabrochó las gastadas correas de cuero que guardaban los dos revólveres y los depositó en la mesita de noche cercana.
Hajime se deshizo de la corbata de Tooru, dejándola junto a ellos en la cama y, con la ayuda de Oikawa, comenzó a desabotonar su camisa. Pronto ambos estaban desnudos de cintura para arriba y Oikawa se arrastró hasta el centro de la cama, arrastrando al hombre de cabello oscuro con él.
Las manos de Hajime recorrieron todo el cuerpo del yakuza, curiosas y ansiosas, explorando cada centímetro de esa piel cremosa. Bajó su boca al cuello de Oikawa y mordió la piel sensible, haciéndolo gemir y arquear su espalda. Iwaizumi siguió su camino, dando cálidos y húmedos besos a través de su piel pálida hasta que llegó a sus pezones y comenzó a lamer uno mientras apretaba el otro entre sus dedos. Oikawa agarró la parte posterior de su cabeza, forzando su cabeza contra ese punto sensible. Iwaizumi mordió y lamió ambas protuberancias y sonrió cuando escuchó gemir a Oikawa.
Iwaizumi se alejó lo suficiente como para desabrochar el cinturón de Oikawa y lo sacó rápidamente y luego lo dejó caer junto a ellos en la cama. Empezó a bajarse los pantalones, pero fue detenido por las manos temblorosas del otro.
Iwaizumi tiró hacia atrás lo suficiente como para desabrochar el cinturón de sus pantalones y lo sacó rápidamente y luego lo dejó caer junto a ellos en la cama. Empezó a bajarse los pantalones, pero las manos temblorosas del otro lo detuvieron.
"Tú primero." susurró el yakuza. Hajime puso los ojos en blanco, pero se puso de pie y se deshizo de sus pantalones y calzoncillos. Oikawa silbó por lo bajo al verlo ahora completamente desnudo.
