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Izuku estaba de camino a casa desde la escuela. Su mochila ardía ligeramente por el asalto habitual de Kacchan, cuando de repente escuchó un ruido en un callejón. Izuku sabía que debía seguir caminando, después de todo, solo tenía diez años y buscar en los callejones oscuros era una mala idea, pero... Después de todo, sí quería ser un héroe. ¿Y si era alguien que necesitaba ayuda? Así que agarró con más fuerza su mochila All Might y dobló la esquina hacia el callejón. Allí, en el suelo, no muy lejos de la abertura, estaba sentado un joven. Estaba acurrucado con fuerza y parecía tener dolor.
"Ahh... ¿Señor? ¿Está bien?" Izuku preguntó con voz chillona, su cabello verde temblaba.
El hombre en el suelo inclinó la cabeza para poder mirar a Izuku sin levantarla de las rodillas.
"Niño listo". Su voz era ronca.
"¿E-estás h-herido?" Izuku tartamudeó y en lugar de irse dio un paso más cerca.
"¿Eres estúpido?" El hombre en el suelo le preguntó al niño con incredulidad.
"¿N-no?"
El hombre se rió entre dientes, pero carecía de verdadero humor. "¿Tu madre no te enseñó a no hablar con extraños?"
"¡Voy a ser, a ser un Héroe!" Izuku tartamudeó de nuevo, pero enderezó la columna mientras profesaba su sueño. "S-si alguien está herido, entonces quiero ayudar".
"Dios, chico". El hombre se rió sin aliento. "Suenas como una caricatura de All Might". Sacudió la cabeza.
"¡Él es mi ídolo!"
"Claro que lo es." Él murmuró. "Por supuesto que lo es". Él suspiró. "Bien, quieres ayudarme, ¿verdad?"
Izuku asintió con la cabeza, su cabello esponjoso rebotando con el movimiento.
"Entonces, necesito un lugar para quedarme por un tiempo. Me metí en un problema con algunas personas con las que no debería meterse". Le dijo al niño, con la esperanza de que lo dejaran en paz ante el sonido del problema. Desafortunadamente, el niño solo parecía más ansioso por ayudarlo.
"Entonces ven conmigo." exclamó Izuku. "¡Tenemos una habitación libre en casa y mi mamá es muy agradable!"
El hombre simplemente se sentó allí parpadeando al niño. ¿E-hablaba en serio este niño? ¿Realmente iba a invitar a un extraño a su casa? ¿Especialmente después de que le dijeron que se estaba escondiendo de alguien peligroso?
"Tch". Observó al niño por un momento más antes de... "A la mierda. Bien. Gracias por la oferta". Luego, con un gemido y horribles grietas, el hombre se puso de pie.
Izuku hizo una mueca ante los ruidos que hacía el cuerpo del hombre, pero se mantuvo firme.
"¿Cuál es tu nombre de todos modos?" El hombre gruñó cuando su espalda chasqueó particularmente fuerte.
"M-Midoriya".
"Bueno, Midoriya-kun, mi nombre es Ryū. Por favor, llévame". El hombre se inclinó.
"O-por supuesto, Ryū-san." Izuku se inclinó hacia atrás, su mochila resbaló y golpeó su cabeza con un golpe mientras lo hacía.
"Bueno, abre el camino, chico". Ryū-san suspiró antes de murmurar: "Me pregunto si tu madre estará feliz por esto..."
El camino a la casa de Midoriya fue rápido con el chico bajo de la escuela primaria con su uniforme y mochila de héroe seguido por un hombre alto y de aspecto ligeramente siniestro. Izuku miró a Ryū-san y ahora que estaban fuera de ese callejón podía verlo más claramente. Era casi tan alto como All Might pero bastante delgado con cabello negro azabache y cicatrices que cubrían su rostro y la piel expuesta.
Izuku se preguntó si fueron causados por su Quirk y, de ser así, qué era. Prácticamente vibraba mientras caminaba, tan emocionado que estaba siendo tan heroico. ¡Él, el inútil Deku, en realidad estaba ayudando a alguien!
"¿Hey chico? ¿De verdad crees que a tu madre le parecerá bien que traigas a un extraño a casa? Ryū preguntó sacando a Izuku de sus pensamientos.
"No veo por qué no".
Ryū tuvo que resistir seriamente las palmas en la cara ante la actitud indiferente del niño. Honestamente, era sorprendente que nada malo le hubiera pasado todavía si era tan digno de confianza. Iba a tener una palabra firme con la madre del niño, claramente ella había sido negligente en sus deberes paternales si el mocoso pensaba que estaba bien traer a casa a un extraño al azar que conoció en un callejón. Entonces Ryū conoció a Midoriya-san.
"¡Tadaima!" Izuku llamó mientras abría la puerta de su casa.
"Okaerinasai", respondió una versión femenina, más vieja y más regordeta de la bola de pelusa verde que era Izuku. "Oh, Izukun, trajiste a casa a un amigo". Aplaudió con entusiasmo, sin parecer molesta por la edad de dicho amigo o la sangre que se mostraba claramente en los puños de la camisa de dicho amigo.
En serio, ¿qué pasaba con esta familia?
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