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La noche de juegos de James no se programó hasta dentro de un mes. Puddlemere tuvo varios juegos fuera de casa, uno de los cuales había perdido, lo que los lanzó a un calendario de prácticas aún más brutal entre juegos. James se había ido durante la mayor parte de las tres semanas, dejando a Teddy solo en casa. Teddy había probado varios pasatiempos, pintura, rompecabezas, tejido. Incluso había intentado escribir un libro que había desechado en una hora. Después de un tiempo, descubrió que le gustaba mucho hornear. Se lanzó a esto con la pasión que sólo puede tener un hombre encerrado en su casa, probando constantemente nuevas recetas de panes, pasteles y galletas. Al ver que él era solo una persona, envió una buena cantidad de sus golosinas a los Potter y algunos vástagos de la familia Weasley que volvieron a hablar con ellos después del incidente en la Madriguera. Cuando James realmente se encontraba en casa, le encantaba que oliera a canela, vainilla y azúcar. Le recordaba a su infancia, creciendo pasando sus veranos en la Madriguera. En realidad, se suponía que James no debía comer nada demasiado poco saludable, pero era conocido por comerse algunas golosinas, especialmente cuando Teddy hacía empanadas de calabaza. Teddy, por otro lado, aparentemente había estado escondiendo más de unas pocas golosinas, porque ninguna de sus ropas le quedaba bien. En realidad, se suponía que James no debía comer nada demasiado poco saludable, pero era conocido por comerse algunas golosinas, especialmente cuando Teddy hacía empanadas de calabaza. Teddy, por otro lado, aparentemente había estado escondiendo más de unas pocas golosinas, porque ninguna de sus ropas le quedaba bien. En realidad, se suponía que James no debía comer nada demasiado poco saludable, pero era conocido por comerse algunas golosinas, especialmente cuando Teddy hacía empanadas de calabaza. Teddy, por otro lado, aparentemente había estado escondiendo más de unas pocas golosinas, porque ninguna de sus ropas le quedaba bien.
"James, no tengo nada que ponerme", dijo Teddy en un tono de pánico unas horas antes de que llegaran sus invitados. James se asomó al dormitorio para ver a Teddy abatido acostado en la cama con ropa desechada esparcida por toda la habitación. "He estado comiendo demasiado y estoy engordando", se quejó Teddy. "Tal vez debería dejar de hornear".
"En primer lugar, por favor, no dejes de hornear. Scorpius dijo en una lechuza que nunca ha estado más feliz desde que empezaste a enviarles pan todas las semanas. James se subió a la cama al lado de Teddy, cepillando algunas prendas de ropa en el suelo para hacerse un hueco. "Además, no estás gordo. Estás embarazada de seis meses, amor.
"No significa que no esté gordo", gruñó Teddy. "Nada encaja y no puedo recordar ningún hechizo de sastrería de la escuela".
"No eres gordo." Las manos de James vagaban, abriéndose camino hacia el cuerpo de su esposo, mientras se inclinaba para besarlo. "Y puedo ayudarte con un hechizo de sastrería, los usamos todo el tiempo en quidditch. De lo contrario, tendríamos que reemplazar nuestros uniformes después de cada juego".
"Mhmm," tarareó Teddy de acuerdo, claramente más interesado en el beso que en las habilidades de sastrería de James. Las manos de James se abrieron paso debajo de la camisa de Teddy, presionando contra la piel tensa de su vientre, provocando un suave gemido de Teddy. Hicieron un trabajo rápido al quitarse las camisas el uno al otro, la protuberante barriga de Teddy ahora presionaba contra los abdominales de James.
