Perdiendo

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"Si alguna vez has perdido a alguien muy importante para ti, entonces ya sabes cómo se siente; Y si no lo has hecho, no puedes imaginarlo."

Matt
Estaba pasando una de las peores mañanas de mi vida, tenía resaca, un horrible dolor en las costillas, el labio escasamente partido, un sabor a sangre aún presente en mi boca y una rota relación con mi mejor amigo.

Apenas pude abrir los ojos por el dolor en mi cuerpo y lo punzante que sentía mi cabeza, la noche anterior había sido un desastre pero los únicos responsables éramos yo y las botellas de Havana Club que bebí.

Recordaba escasamente lo qué pasó en "Captain Red", la pelea no la olvidaba pero me costaba concentrarme en todo lo que habíamos discutido.

Dom. Su nombre apareció en mi mente, recuerdo su rostro cargado de ira y decepción, los chicos me habían metido en un taxi cuando él se marchó y no supe nada más del mundo hasta abrir los ojos hace unos instantes.

El inglés estaba sentado en su cama, hablaba por teléfono y no se notaba tranquilo.

-...Ajá, ya pregunté pero dijeron que no...estoy completamente seguro de eso...creo que pese a mi preocupación sí sé identificar lo que es "Sí" y lo que es "No"...bueno, si tienes noticias nos avisas...suerte, gracias y adiós
-Todo bien?-le pregunté, se veía bastante preocupado
-Eso a ti no te importa-me miró con desdén
-Dom...
-Sabes qué? A mí tampoco me interesa lo que hagas, parecías no interesado en cierto asunto y mientras menos gente me estorbe es mejor-sin que pudiera contestar se marchó, azotando la puerta en el camino

Soy un idiota! Un completo y absoluto idiota!

Sí, estaba destrozado pero no me portaba como mis padres me enseñaron y seguir así no me llevaría a ningún lado.

Me levanté de la cama, dispuesto a que este fuera un día productivo, tomé algunas medicinas para disminuir la resaca y me apliqué ungüento para dolores musculares.

...

Recargué mi frente contra la pared de la ducha, el agua resbalaba por mi cuerpo y mojaba las placas de Jason Anderson, las sujeté entre mis dedos antes de llorar.

Lloraba por la ausencia de Lila y por el recuerdo de los últimos momentos con ella; extrañaba su cuerpo junto al mío, su exquisito olor natural, su risa, sus bromas, sus palabras, su respiración al dormir, el palpitar de su corazón sincronizado con el mío, los lunares que tenía, el hoyuelo en su mejilla, la calidez de su mano cuando tomaba la mía, el ligero estremecimiento cuando le pasaba el cabello tras las orejas, su mirada viendo más allá de mis ojos, sus tiernas actitudes infantiles, su forma de bailar cuando pensaba que no la veía, sus manos sobre mi cabello, sus besos al despertar y antes de acostarnos. Sencillamente lloraba por no tener a mi otra mitad.

Me era inevitable recordarla pues el agua resbalaba por las marcas de nuestro pasional amor. Marcas. Recuerdo que le dije a Lila que nos recordaban el pasado, y en este caso, me hacían volver a nuestras días en el apartamento o los días donde expresábamos más nuestro cariño.

Y por eso mismo no toleraba dormir en el temporal hogar que tuvimos, la mera existencia de éste bastaba para agrandar la herida de mi corazón. Pero la extrañaba y la prueba de eso era lo que Dom ayer dijo, que aún usaba las placas de su padre porque mi subconsciente lo asociaba como la única parte que aún tenía de ella y que me recordaba a los gratos momentos a su lado.

Ayer bebí la irresponsable cantidad de licor que pude porque quería olvidar el dolor que sentía en mi pecho, no funcionaba y por eso bebí más hasta no sentir conciencia de mis actos.

Loser of the yearWhere stories live. Discover now