Loser of the year

Un paso a la vez

Lila
Mis brazos aún rodeaban el cuerpo de Matt cuando desperté, no nos habíamos movido en toda la noche (la prueba de eso era que él aún sujetaba mis manos), me levanté lo suficiente para depositar un camino de besos desde su clavícula hasta su mejilla. Abrió esos bellos ojos cuando llegué a ésta.

-Buenos días-contestó mientras giraba hacia mí
-Son buenos mientras te tenga a mi lado-le di un último beso y me senté
-Que cursi te estás haciendo, Anderson-se rió mientras me retiraba el cabello de la cara y me besaba la nariz
-La próxima vez te despertaré con una almohada en la cara o agua fría-junté mis manos cerca de mi rostro para verme "adorable"
-Creo que me quedo con los besos jajaja-me abrazó
-Que decisión tan sabia-le acaricié la mejilla
-Lista para tu primera lección?-apartó la manta de nuestros cuerpos y se levantó de la cama
-Lección?-Lo imité, mis manos fueron tras su nuca para abrazarlo del cuello
-Sip, te dije que ya había comprado comida para el departamento y la aprovecharemos intentando transmitirte mis conocimientos de cocina-puso sus manos en mi cintura
-Es una forma sutil de decirme que cocino horrible...pero acepto el trato, Daddario

-Me daré una rápida ducha y nos vemos en la cocina-Me guiñó el ojo y se perdió en el baño de su habitación

Salí y me fui a bañar a mi ¿habitación? Era curioso tener la confianza suficiente con Matt como para tener un cuarto para mí en su departamento secreto/privado, además de tener la llave y poder dormir con él.

Quise sumergirme en la tina pero sabía que extendería mi estancia al grado de que el morocho tuviera que buscarme, así que usé el jabón que Matt me había comprado hace unos días y la mini botella de shampoo que traje para poder darme una rápida pero relajante ducha.

Salí del baño con una toalla en mi cabeza y otra rodeando mi cuerpo, busqué en mi maleta algo que ponerme (la poca ropa que había traído para pasar aquí el fin de semana se estaba agotando), estuve decidiéndome entre ponerme la playera de los Patriotas que me regalaron los Daddario o pedirle a Matt que me prestara una, pero pronto encontré algo que me hizo sonreír bastante. El jersey de fútbol americano que Matt me había dado en su último partido, aquel jersey que he usado pocas veces pero que me encanta porque tiene el número con el que solía jugar (23) y su apellido en la parte trasera.

Salí de mi habitación, me senté en la sala a mirar por la ventana, Matt llegó al poco rato y me extendió un mandil de cocina.

-¿Era enserio?-Lo tomé y él me ayudó a ponérmelo
-Totalmente -terminó de amarrarlo, besó mi hombro y susurró cerca de mi oído- Que hermoso jersey -sujetó mi mano para escoltarme hasta la cocina
-Ok, estoy segura de que yo también te puedo enseñar a cocinar