Loser of the year

No te vayas...

Llegue corriendo a la habitación del hospital, aún así tuve cuidado de no maltratar las flores. Cuando al fin entro, él está acostado en la cama, la televisión está encendida y sus ojos están cerrados, me acerco para darle un beso en la frente y apagar la televisión.

-No, Pittsburg está a un touchdown de ganar-su voz suena ronca, está desgastado
-Creí que estabas dormido, te he traído flores-las coloco en el florero
-Gracias cariño, ahora siéntate a mi lado y veamos el partido juntos.

Él se hace a un lado y yo me siento, reposo mi cabeza en su hombro. Mi padre ha estado muy cansado desde la última quimioterapia, ahora está flaco y pálido, los doctores dicen que mejorará, pero son unos imbéciles que solo quieren que sigamos pagando el tratamiento. Me rompe el alma tener que verlo sufrir así, ya no es el hombre que me llevaba al cine en motocicleta todos los viernes al terminar la escuela, el cáncer lo ha debilitado, él se niega a aceptarlo y siempre contesta con un "Los doctores saben lo que hacen, ahora vete a a casa cariño, estaré bien".

El partido termina y él se endereza, busco la comida que la enfermera ha traído y comienzo a dársela

-Tu enfermera es muy linda-él ríe mientras le doy una cucharada de sopa
-Tú crees? Debería invitarla a salir cuando me den de alta, te parece?
-Perfecto-ambos reímos, hacer bromas con mi padre hacen que él se sienta vivo y que yo olvide los sucesos que están pasando.
-Cariño, tengo algo que decirte...-deja de comer la sopa, toma mi mano y me mira con esa dulce mirada que tienen los padres para tranquilizarte cuando todo está destruído
-Qué pasa?-su tono me asusta
-Recuerdas a Richard?
-Es tu mejor amigo, no? El neoyorquino

Él asiente la cabeza. 

-He hablado con él y...haré que tu sueño se haga realidad

Mis ojos comienzan a brotar lágrimas, no estoy segura si son de felicidad o tristeza, Nueva York siempre ha sido mi sueño, sin embargo no me siento lista para dejar a mi padre solo.

-Papá...estás diciendo que...
-Irás a estudiar a Nueva York, ya he arreglado todo, los papeles para la universidad ya están listos y le pedí a tía Angela que empacara tus cosas, ya están en camino a Nueva York-me interrumpe y yo me lanzo a sus brazos, lo abrazo lo más fuerte que puedo hasta que oigo un ligero quejido de su parte
-Lo siento
-No te preocupes cariño, me da gusto poder verte feliz -sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas- me hace feliz verte feliz por última vez
-Papá...-mi voz se corta

Esto no puede estar pasando, los estúpidos doctores dijeron que se pondría mejor.

-Cariño, te amo, eres lo mejor que me pasó en la vida, quiero que seas feliz, haz lo que en realidad amas y olvídate de lo que piensen los demás; solo preocúpate por ti, enamórate, llora, sufre, rompe corazones pero vive feliz, siempre estaré contigo -se quita sus placas de identificación del ejército y me las pone-, solo mira este collar y sabrás que te apoyo en todo momento.

-Papá, no te vayas, no me dejes...
-No moriré cariño, lo prometo...siempre estaré contigo-señala mi corazón y lo tomo de las manos

-Lo sé...
-Te amo
-Yo te amo muchísimo más-lo abrazo fuerte, mis lágrimas son imparables, pero no me importa, quiero estar con él para siempre, pero el horrible sonido del electrocardiograma interrumpe nuestro abrazo...se ha ido.

La enfermera llega, revisa sus signos vitales y confirma lo que yo más tenía desde hace año y medio...mi papá ha muerto. Comienzo a llorar desconsoladamente, tía Angela (quien es mi figura materna) entra al cuarto y se acerca a mí.

-Cielo, ya déjalo, se ha ido
-NO! NO QUIERO SOLTARLO! PAPÁ, REGRESA!-me aferro más a él, no quiero irme, no quiero hacerlo.

El resto de mi familia entra a la sala, mis primos y tíos logran sacarme de la habitación, mis ojos están rojos por la lágrimas, me abrazo a mi tía Angela y ella me corresponde el abrazo mientras susurra "Cuentas con nosotros cielo, no te dejaremos ni ahora ni nunca".

...

Dos días después...

En el funeral de mi padre, todos se acercan a decirme "Tu padre fue un buen hombre", "Nunca lo olvidaremos", "Al menos ahora ya no sufre", finjo que sus palabras me hacen sentir mejor, pero la verdad es que estoy destrozada, me han quitado a la única persona que realmente quería en todo el mundo.

El tiempo pasa y la gente comienza a irse, yo también, tía Angela quedó en dejarme dormir en su casa (no podría soportar llegar a casa y no ver a mi padre), antes de llegar a su auto, una voz masculina dice mi nombre.

-Lila! Ahí estás!-puedo reconocerlo hasta que se acerca a mi, es Richard, el mejor amigo de mi padre
-Hola señor Richard-intento que mi voz no se rompa
-Lamento lo que le pasó a tu padre, era un gran hombre-me da una palmada en el hombro, es de las pocas personas que creo que dice esas palabras de corazón, incluso tiene los ojos rojos
-Gracias, gracias por venir, a él le hubiera gustado saber que vino desde Nueva York hasta Miami solo por él
-Se que habría sido así-una pequeña sonrisa sale de su rostro, pero es tan rápida que pudo pasar desapercibida
-Gracias por venir, pero ya me debo ir
-Lo siento, no he dicho lo que quería decirte -se aclaró la garganta-, como sabes mi familia y yo vivimos en Nueva York, tu padre me contó que tu sueño era vivir ahí, así que hemos arreglado todo y...vendrás a Nueva York a estudiar.

Mis ojos se cristalizan y las lágrimas están a punto de brotar, tengo un sentimiento agridulce, me emociona la noticia de que al fin cumpliré uno de mis mayores sueños, sin embargo, no creo tener el coraje que se necesita para salir adelante después de la muerte de la persona que más querías.

-Muchas gracias señor Richard
-Y para que no te sientas tan perdida en esa enorme ciudad, Christina y yo hemos arreglado todo, no debes preocuparte por arreglar nada, la universidad tiene listos tus papeles y tus cosas ya están de camino allá, tu padre hizo todo esto por ti, siempre quizo verte feliz-de repente parece que no fue su voz quien pronunció esas palabras, mi padre me había dicho lo mismo y pude oír su voz en las palabras del señor Richard
-Muchísimas gracias-él me abraza y yo le correspondo, ambos hemos perdido a alguien muy especial
-Ten, este es el contacto que tendrás en la universidad, Christina y yo trabajamos, tú vivirás en el campus, pero si tienes algún problema también anoté mi número privado y el de Christina -me entrega un papel, lo guardo en la bolsa e intentó sonreír-, parece que debo irme, te esperamos en Nueva York. Adiós Lila-mira su reloj y se aleja.

Yo me subo al auto de tía Angela, ella lo enciende y emprendemos el camino a su casa.

Sujeto las placas militares en mi mano mientras me repito "No te fallaré papá, ambos iremos a Nueva York y te haré sentir orgulloso, es una promesa."