Capítulo 32: No hablas, no comes.

724 53 11
                                    

—Todo lo que es profundo ama la máscara; las cosas más profundas de todas sienten incluso odio por la imagen y el símil

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo lo que es profundo ama la máscara; las cosas más profundas de todas sienten incluso odio por la imagen y el símil...

El aula permanecía en silencio mientras la señora Fisher recitaba las palabras de un filosófico del siglo pasado que, según lo que había comentado al inicio de la clase, iría como tema principal de la prueba que haríamos en unas pocas semana. Para ser honesta, no tenía voluntad para detenerme a pensar en ello. Mi cabeza era un enredo y sólo deseaba dejarme caer en el banco y cerrar los ojos. 

Estaba cansada y distraída, y de reojo, miré a Matthew. Él era el responsable de que estuviera así, perdida, pero al parecer, eso no le perturbaba, pues lucía atento al tiempo que su mano tomaba apuntes de las cosas que creía relevante. Tal vez debería imitarle; tomar el lápiz y escuchar atente la clase, sin embargo, no podía porque mi mente estaba en él, en lo que le había dicho aquella mañana. ¿Había sido demasiado cruel? Quizá, pero él no parecía detenerse en mi presencia. De hecho, podía constatar que desde que había entrado no había puesto ni un solo instante sus ojos sobre mí.

Suspiré por lo bajo. ¿Desde cuándo aquello me importaba? La última vez que me había detenido a pensar sobre Matthew, lo había querido lejos, y el hecho de que me ignorara había sido una ilusión placentera. No obstante, ahora que lo hacía, no se sentía como hubiese esperado que lo hiciera.

—¡Aylu! —El grito de Melody me hizo voltear desconcertada, sin embargo, al mirarla con el ceño fruncido, ella me señaló hacia delante. 

—Señorita White. —Fisher se encontraba mirándome con cierta diversión. Estaba convencida de que se había dado cuenta de donde estaba mi atención y quise golpearme por ello—. ¿Puede terminar de leer el texto?, por favor.

—Eh..., ¡claro! —Con prisa tomé el texto entre mis manos y me detuve. Maldición, no tenía idea por donde iba—. Esto... 

Todo espíritu profundo necesita una máscara. —Matthew habló por mí. El aula entera volteó hacia él, incluso yo, agradecida y confundida a la vez—: más aún, en torno a todo espíritu profundo va creciendo continuamente una máscara, gracias a la interpretación constantemente falsa, es decir, superficial, de toda palabra, de todo paso, de toda señal de vida que él da.

El timbre sonó en aquel instante y la profesora agradeció a Matthew por sus palabras, quien, tras asentir, se levantó sin prestar demasiada atención a nada y salió del aula. Detrás de él, salieron James y Melody, pues ambos debían concurrir a clases diferentes. Yo, por mi parte, tendría física. 

***

Finalizada la mitad del día escolar, encaminé hacia el patio con los pensamientos turbados. Necesitaba estar en calma y, con suerte, si llegaba a mi refugio, lo estaría. Sin embargo, fui detenida por una pequeña de cabello negro.

—No estarías pensando en escapar, ¿o sí? —Melody enarcó una ceja desafiante en mi dirección.

—¡Por supuesto que no! —contesté fingiendo inocencia—. ¿Cómo podría hacerle eso a mi mejor amiga?

Escondiendo mi otro yo. [COMPLETA. EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora