24.

23.5K 891 190
                                    

Miré mi reloj una vez más impaciente. Ya habían pasado quince minutos desde que éste había marcado las seis de la tarde y yo aún seguía en aquella improvisada clase de última hora, esperando a que una inusual alumna considerara que había sido suficiente por hoy.

Le había pedido a _____ que me esperara para ir con ella a ver los resultados del reparto del musical, aunque yo ya lo sabía debido a que había ayudado a elegir los protagonistas, pero me apetecía mucho estar con ella cuando se enterara de la gran noticia. Sabía que cuando le explicara el motivo de mi tardanza me comprendería, o por lo menos estaba convencido de que así sería.

Sentí como un par de ojos negros me miraban intensamente desde la primera fila de pupitres que había al frente de mi mesa. Levanté la cabeza y ella me sonrió dulcemente haciéndome un gesto con su mano para que me acercara.

—¿Alguna duda con los ejercicios que te puse? —pregunté, llegando hasta su lado.

—Eh, no, profe —bromeó con una perfecta sonrisa—, sólo quería decirte que ya los terminé.

Ella se levantó de su silla sin apartar la vista de mí ni un solo segundo, me tendió la hoja y agarró su bolso entre sus manos.

Caminé de nuevo hasta la mesa de profesor que había a la entrada de la clase y comencé a ordenar todos los papeles que había estado ojeando minutos antes junto con el examen que acababa de recoger para poner un poco de orden antes de marcharme.

—¿No me corregirás los ejercicios ahora? —preguntó ella con gran interés detrás mía.

—Si no te importa te los traeré mañana, es que ahora tengo un poco de prisa —rodeé la mesa y me volví a sentar en mi asiento.

—Oh vaya, así que tienes planes... —se acercó hasta quedar al pie del escritorio—, y yo que pensaba invitarte a tomar algo —hizo una mueca chasqueando su lengua—. Y dime, ¿quién es la afortunada?

—¿Perdona? —pregunté escandalizado por su atrevimiento.

—Vamos Liam, somos compañeros de trabajo, me atrevería a decir que hasta amigos —se alzó de hombros. Yo la miré un poco desconcertado con las cejas alzadas—. Anda no me mires así rió.

—Sí, bueno, supongo que somos amigos —dije sonriendo de medio lado.

—Entonces qué, ¿alguna chica por ahí?

—Uhm, la verdad es que...

Unos inesperados golpecitos suaves en la puerta nos hicieron girarnos a los dos.

—¿Se puede?

_____ se asomó por allí con una gran sonrisa dibujada en su rostro, pero al ver a mi acompañante, su cara cambió radicalmente. No sabría decir si fue por la vergüenza de haber aparecido por allí con aquella confianza o por verme con una de las profesoras más jóvenes y atractivas del colegio, pero el caso es que se había puesto roja como un tomate.

—Yo... lo siento, no quería interrumpir —se disculpó retrocediendo unos pasos.

—Pues lo has hecho —escuché susurrar a la que tenía a mi lado.

Yo la observé anonadado de reojo mientras fruncía los labios automáticamente. No me había gustado nada que hiciera ese comentario.

—Sólo quería hablar con usted sobre el... sobre el musical, profesor Payne —dijo nerviosa, observándome con ojos asustados.

Me resultaba tan extraño que me llamara de aquella forma... Sin embargo era una alumna y así era como, supuestamente, me tenía que llamar siempre.

Te NecesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora