29.

17K 799 132
                                    

-Cariño -me susurraron-, cariño despierta.

Abrí un ojo con gran dificultad y vi a mi madre y a mi hermana mirándome atentamente.

-Te hemos hecho el desayuno -dijo Katy sonriendo y tirándose encima mía-. ¡Ven, vamos!

Ella me arrastró agarrada a mi mano hasta la cocina y me sentó en una silla para después subirse a mi regazo. Me froté los ojos para intentar espabilarme y entonces me di cuenta de que mi padre estaba a mi lado sentado.

-¿Cansado? -me preguntó sonriendo y golpeando con suavidad mi hombro.

-Un poco...

-Como me sigas robando a mamá por las noches me voy a terminar enfadando, ¿eh? -bromeó, mientras que mi madre lo miraba negando divertida a la vez que se sentaba junto a nosotros-. No me mires así preciosa, tu hijo no es el único que necesita cariño y mimos por las noches -le guiñó un ojo pícaramente.

A pesar de llevar veinticinco años casados, mis padres aún seguían queriéndose como dos adolescentes, aquello era más que evidente.

-Geoff, la niña -le advirtió mi madre en un susurro regañándolo.

-¿Qué pasa conmigo, mami? -preguntó Katy inocente.

-No pasa nada bebé, sólo que aún estás algo pequeña para escuchar las tonterías que dice tu padre.

-¿Qué tonterías? -volvió a preguntar.

-Me parece que te estás volviendo una niña un poquito preguntona, ¿no crees? -le dije divertido bebiendo un sorbo de mi café.

Ella me sacó la lengua burlonamente y empezó a comer con ansias.

-Aprovechando que estamos todos, quería hablaros sobre la cena de Nochebuena -comenzó a decir mi padre-. Había pensado invitar a cenar a casa a Antonio y a _____, ¿qué os parece? Supongo que tras irse Miriam estarán solos ese día y no creo que sea una noche para que se la pasen sin compañía.

-¡Síí! -gritó mi hermana después de beber un poco de zumo.

-A mí me parece perfecto -opinó mamá con sinceridad. Más tarde me miró y supo que yo no sabría muy bien qué contestar.

-¿Qué dices, hijo? -papá me miró- ¿Te apetece?

-Eh, sí... supongo que estaría bien que nos acompañaran.

-¡Genial! Hoy mismo se lo diré a Antonio -exclamó contento.

Al terminar de desayunar, ayudé a recoger la mesa y subí a mi cuarto un rato. Tenía pensado quedarme en casa de mis padres hasta mañana por la mañana lunes, que sería cuando iría a trabajar. Quería pasar tiempo con mi hermana y mi madre y hacer las cosas que solíamos hacer antes de conocer a Danielle.

Me tiré sobre mi cama y cerré los ojos. Recordé que aún tenía el móvil de _____ guardado en mi bolsillo, así que lo saqué para dejarlo sobre mi mesita de noche. Pero antes de que pudiera hacerlo, una lucecita morada en el extremo superior de la pantalla captó mi atención. Si no me equivocaba, eso significaba que tenía un mensaje o alguna llamada.

Desbloqueé el móvil sin necesidad de introducir ningún código y de repente saltó una alerta informándome de que había recibido un mensaje nuevo. Me fijé en que el número era desconocido y la fecha era de ayer por la noche, justo cuando ella abandonó la casa de Niall.

En seguida me di cuenta de lo que hacía y aparté el aparato de mi vista. No podía hacer eso, era su intimidad, su privacidad, yo no era nadie para cotillear en sus cosas. Pero lo que me hizo volver a prestarle toda mi atención a aquello no fueron mis ganas por saber sobre todos sus movimientos, sino el miedo porque me hubiera dejado a causa de otro chico. Las pruebas que necesitaba para asegurarme de que eso no había sido así las tenía en la mano en ese mismo momento.

Te NecesitoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt