32| Tres contra el mundo.

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—¿Has estado todo el día en Twitter, Rosebeth? — pregunta, esta vez tiene más seriedad en su rostro. Miro a mis pies, sonriendo inocentemente levanto la vista — No puedes estar todo el día sin hacer nada, el obstetra de mandó a caminar aunque sean diez minutos al día. Oye, debes de dejar de comer tanto y publicar tanto. Cada vez que miro mi reloj, hay notificaciones tuyas indicándome que has twitiado.

Siento como si me estuviera regañando, se parece a mi padre hablándome de esta manera. Mis ojos comienzan a aguarse, debido al sentimiento que me ha entrado. Aprieto mis labios para alejar las ganas de llorar, él ve mis ojos y rápidamente pone une expresión de asustado con mezcla de cansancio.

—Ven acá — jala mi cuerpo y me pega rápidamente hasta el pecho de él, así aspiro el enriquecedor aroma que siempre lleva. La barriga no es impedimento, pues no tengo casi, más que solo una pequeña bolita. Besa mi frente de manera paternal — No llores, solo velo tu bienestar — se separa un poco mirándome a los ojos — Ve a bañarte — me huele un poco — estás apestosa — hace una mueca graciosa que me hace reír. Asiento y me encamino a la habitación — Ponte cómoda para dar un paseo.

Hago lo que me ha pedido, dejo que el agua tibia limpie mi piel y cabello. No tardo más de treinta minutos en la bañera, cuando ya estoy vistiéndome. Dejo la ropa holgada en mi cuerpo y me dedico a desenredarme un poco ya que solo lo dejaré el cabello suelto para que se seque a la intemperie.

—Estoy lista — hablo haciendo mi entrada triunfal en la sala que es donde está mi amor. Me ve y de inmediato deja una sonrisa plasmada en su rostro.

—Me encanta esa barriguita.

—Pues deberías de cargarla tu entonces — tomo mi cartera junto a mi chaqueta — Vamos.

Él va hasta la cocina y luego sale con unos moldes de cristales. Frunzo mi ceño al verlo, van llenos de comida o mejor dicho entremeses. Pero de inmediato otra cosa me sucede, se me hace la boca agua y se me antoja uno. Suelto un gemido lo que hace que Liam me mire, muerdo mi labio pensando si decirle o no que quiero uno.

—No vas a comer ninguno y ni siquiera sabes lo que es. Anda, vamos.

Me hace un gesto con la cabeza, indicándome que camine y así hago como una buena sumisa. Aprieto mis labios, conteniendo las ganas de llorar nuevamente. Tengo que contenerme, no puedo ser así de antojada.

Entramos en el auto de manera silenciosa y así mismo, bajo ese silencio conduce por todo el camino. Yo me dedico a ver un poco más Twitter mientras él conduce. No tengo nada más que hacer. De vez en cuando miro por las ventanas, pero no lo hago demasiado porque me mareo de inmediato.

Últimamente me he dedicado a estar en casa encerrada, sin hacer nada. Cocino, como y duermo; limpio todo el tiempo y nada más. Por las mañanas a las ocho, para ser exacta, tomo unas clases online de la universidad en donde estaba, hasta las doce del medio día. Tampoco tengo pensado tirar a la borda los créditos que he tomado y la verdad es que tampoco me gustaría quedarme sin mi estudio universitario. Que aunque no puedo estar físicamente en la universidad por la vagancia, al menos estoy cibernéticamente. Y me gusta más así, ya que puedo comer chucherías mientras atiendo a la clase, cosa que no puedo hacer si estoy en la universidad.

Todos estos días por las tardes, todos los chicos han estado reuniéndose conmigo más de lo necesario y creo que es porque ya todos saben que estoy embarazada. Jake, Meredith, Sophia —quién fue la primera en enterarse — y José —que ya decidió volver de su viaje espiritual— me han acompañado un poco. Se pasan preguntándome cosas sin sentido y todo relacionado con mi bebé. La verdad es que todavía no tengo idea de lo que pueda ser, pero sea lo que sea, si viene sana, no me interesa nada más. Liam tampoco tiene preferencia en eso, y tampoco nos hemos puesto a hablar sobre el tema. Gracias al cielo, todos y cada uno de los análisis que me hicieron en cada mes del embarazo, han salido perfecto. Y el bebé pesa exactamente lo que debe de pesar e igual con la medida. Está en perfectas condiciones.

Una nerd con doble identidad.Where stories live. Discover now