Miraculous: El Akuma Irreversible

Capítulo XVII: El Mensaje de Ladybug

—Debe tener otro objetivo, además de querer nuestros Miraculous —dijo Chat Noir.

Ladybug asintió y suspiró en silencio.

—Cuando peleamos contra ella en el anfiteatro, Plume Mortelle dijo que quería que me quitara la máscara —dijo la chica—. Además de que ella logró quitarle sus poderes a Coeur Brisé... Ahora realmente quiero saber si Coeur Brisé era real, o si acaso sólo fue otra ilusión con la que intentaron confundirnos.

—Eso nos deja a una villana que tiene poderes similares a los de Volpina, y cuya misión es un tanto parecida a la de Lady Wi-Fi —razonó Chat Noir.

—Es posible que esa chica bohemia que vieron hoy no sea en absoluto parecida a la verdadera identidad de Plume Mortelle —sugirió Alya—. Y, basándome en lo que Ladybug dijo antes de venir aquí, Plume Mortelle tiene similitudes con otro de sus anteriores enemigos.

—Sí —asintió Chat Noir—. Puede transformarse a voluntad en un cuervo, de la misma forma que Animan podía transformarse en cualquier animal.

—Todas esas similitudes con otros akumatizados no parecen haber sido aleatorias —dijo Ladybug.

—Parece que a Le Papillion se le han acabado las ideas —bromeó Chat Noir.

Sin embargo, ninguna de las dos chicas rió.

—Sea lo que sea, intentó llevarse a Nathaniel también, aunque aún no entiendo por qué utilizarlo a él —dijo Ladybug—. Es por eso que le he pedido ayuda a Alya, Chat. Con ella y su blog, sé que podremos esclarecer todo esto.

— ¿Cómo? —preguntó él.

—Quiero que tú y yo hablamos con los parisinos acerca de lo que está sucediendo. Pedirles ayuda para encontrar a Manon y advertirles sobre la manera en que Plume Mortelle tiene por llevarse rehenes. Alya nos ayudar a transmitir en vivo, en el Ladyblog. Eso, sin duda, hará aparecer a la verdadera Plume Mortelle.

—Eso sólo podría poner a Marinette en más peligro —dijo el chico con firmeza.

Ladybug suspiró con pesadez.

—Yo también tengo miedo de que Adrien resulte herido —dijo ella—. Pero es un riesgo que tenemos que tomar si queremos derrotar a esa mujer.

Chat Noir lo consideró por un momento. El único pensamiento que reinaba en su mente consistía en la imagen de Marinette siendo atacada y perseguida por las fuerzas del mal. Especialmente a causa de la manía que tenía la chica por estar tan cerca de la acción. Sin embargo, el chico no podría darse el lujo de negarse a participar en el plan. Ladybug tenía razón. Era un mal necesario. Así que asintió y tomó la mano de la chica, diciendo:

—Tú mandas, Bugaboo.

Y remató sus palabras besando los nudillos de la chica, en esa misma mano herida que la hizo soltar un quejido de dolor.

Resuelta y decidida, Alya tomó de nuevo el móvil. Verificó un par de cuestiones técnicas. Activó la cámara frontal, pidiendo entonces la luz verde de Ladybug para comenzar con los suyo.

—Hagámoslo, Alya —dijo la chica enmascarada.

Alya asintió y comenzó a grabar.

—Estoy haciendo esta transmisión especial para el Ladyblog porque dos personas, que todos ustedes conocen muy bien, quieren darles un mensaje. Se trata de una noticia de mucho cuidado, así que escuchen con atención.

Alya cambió a la cámara trasera del móvil, apuntando hacia los dos enmascarados que fuera del cuadro se tomaron de las manos para infundirse valor mutuamente.

—Hola, París —dijo Ladybug—. Chat Noir y yo necesitamos su ayuda...

En alguna parte oscura de París, una chica de ojos marrones y largo cabello negro esbozó una sádica sonrisa. Bebió un sorbo de té y subió el volumen del portátil para seguir viendo la transmisión del Ladyblog. Dirigió una mirada hacia la jaula en la que yacía aquella niña pequeña, profundamente dormida a causa de los sedantes que la chica de los ojos marrones tenía en su escritorio.

—Así que quieres guerra, Ladybug... —dijo la voz de Plume Mortelle—. Te gusta jugar con fuego... Me encanta.

Tomó entonces su libreta y escribió un par de líneas que brillaron como el juego por un instante, antes de recuperar el color negro de la tinta.

Capítulo Primero

Provocaciones

Su sonrisa creció y siguió escribiendo en silencio.

Una lágrima solitaria brotó de los ojos de Manon, haciendo que la satisfacción de su captora fuese mucho mayor.

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