Capítulo 58: Sorpresas

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*No One POV*

Draco cerró bien su mochila y repasó el plan. Si lograba salir por la puerta trasera sin ser visto, podría desaparecer en el jardín y dirigirse al Bosque de Slytherin. Con las vacaciones terminando, no esperaba que hubiera muchos Mortífagos en la casa. Bajó las escaleras en silencio y llegó a la sala, donde asomó su cabeza para ver si había alguien. 

-¿Draco?

La voz de su madre lo sobresaltó. Dejó la mochila donde nadie pudiera verla y entró en la sala.

-Draco, siéntate.- le dijo Lucius, indicando un sillón frente a él. El rubio obedeció, pensando que si se comportaba lo dejarían ir más rápido.

-¿Qué pasa?

-Como sabrás, las vacaciones van a terminar pronto. Se ha hablado mucho sobre el tema y el Señor Tenebroso quiere que vuelvas a Hogwarts para ayudar con el nuevo régimen. Mañana irás con tu madre a comprar lo que sea necesario y al final de la semana volverás al castillo mediante polvos flu, Snape te estará esperando en su despacho para darte más instrucciones. 

El chico abrió la boca para protestar, no tenía tiempo para ir a Hogwarts. Tenía que buscar a Emma.

-Draco, esto no está abierto a discusión.- le dijo Narcissa, sorprendiendo a su hijo.

-Mamá...

-Es todo, te puedes retirar.- acotó Lucius, dando por terminada la discusión. Draco subió las escaleras arrastrando la mochila y se escondió en la pieza de Emma. Se recostó en la pared, enojado y frustrado. No era justo. Se había sentido mal desde que Potter escapara de la mansión, pero ahora que finalmente comenzaba a sentirse bien de nuevo todo se arruinaba otra vez. No quería ayudar a Snape, ni a los Carrow, ni a Voldemort. Quería ayudar a Emma, viajar al Bosque de Slytherin y abrazarla una vez más, admirar sus ojos, oler su esencia, besarla y decirle que la amaba. Ya nada de eso iba a ser posible, no podía escapar de Hogwarts. Draco no lloró, pero le hubiera gustado derramar algunas lágrimas. Se levantó del suelo, dejó su mochila al lado de la cama de la chica y se acostó. Cerró los ojos e imaginó que su amada estaba a su lado, reconfortándolo como siempre lo había hecho. Se prometió a sí mismo ayudar a todo el que estuviera en contra del nuevo régimen en el castillo, siempre que pudiera. Con ese pensamiento ardiendo como fuego en su mente, se quedó dormido. 


*Emma POV*

-¿Aún no hay señales de él?

-Nada.

Miré por la ventana una vez más, aunque sabía que era inútil. Los árboles del Bosque tapaban toda la visión, por eso Chowder estaba esperando cerca del río a que apareciera Draco.

-¿Estas segura de que va a venir?

-Después de lo que pasó en la Mansión, no estoy segura de nada. Aún así, espero que venga. El Felix Felicis podría serle de gran utilidad.

-¿Sabes algo de Harry?

-No. Supongo que seguirá en El Refugio mientras piensa dónde pueden estar los Horrocruxes que faltan. 

-Sobre eso... ¿estas segura de que Voldemort jamás los mencionó?

-No estoy completamente segura. Sabes que estuve mucho tiempo en su mente aprendiendo la magia Oscura, posiblemente viera algún Horrocrux; pero ni siquiera ahora podía reconocerlo. Si tan sólo Dumbledore me hubiera hablado sobre esto, me hubiera dicho cuales son, tal vez incluso ya habría encontrado alguno por mi cuenta.

-Supongo, Emma, que ese no es tu trabajo en esta guerra.

-Fíjate si ves a Draco.- le dije, muy enojada para seguir discutiendo. ¿Cuál era mi trabajo en esta guerra, según Dumbledore? Posiblemente quedarme encerrada y beber whisky de fuego. Aunque, en realidad, no parecía una mala idea. 

-¿Planeas emborracharte el resto de la guerra y aparecer cuando termine?

-SAL DE MI CABEZA, CHOWDER.

Me acosté en la cama. Podía sentir los ronquidos de Sirius desde mi habitación, aunque la suya estuviera en el segundo piso. Pensé en Draco. ¿Podía escapar de la Mansión? No debería haberle pedido que venga.

-Emma.

-¿Es Draco?

-Creo que es mejor. Despierta a Sirius y ven al jardín.

Envíe un Patronus por Sirius y corrí escaleras abajo hasta la puerta principal. ¿Qué podía ser mejor que Draco? Harry. Corrí al medio del jardín y quedé boquiabierta. Volando junto a Chowder estaba un hermoso fénix.

-Fawkes- dijo Sirius detrás mío, envuelto en su bata y con cara de sueño. El animal voló directamente hacía mí y se posó en mi hombro. Esperaba que fuera pesado, como Chowder, pero parecía que ni estaba ahí. Traía una carta entre sus garras.

-Necesitará un nuevo dueño. Con todo mi amor, Dumbledore.- leí, para luego mirar a Fawkes.

-Le debe haber pedido que te la entregue cuando él muriera. Los fénix son criaturas muy fieles, debe querer cumplir el último deseo de Albus.

-¿Quieres decir... que es mío?

Black asintió. Unas lágrimas recorrieron mis mejillas. Era hermoso.

-Como tener una parte de Dumbledore siempre contigo, para cuidarte y amarte.

Sonreí ante la idea. Una parte de la persona que me había criado y había hecho todo lo posible porque fuera feliz, aunque eso significara estar lejos de él. Una parte de la persona que siempre me había amado, sin importar qué. Era más que hermoso. Era perfecto.

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Perdón por la demora, estuve un poco bloqueada últimamente. Voy a intentar subir un poco más seguido y un poco más largo. Espero que les guste, gracias por leer :) 

Secrets and Lies {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora