Capítulo 36: Stars from nightmare

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Tomando la delantera, Lysandro abrió la puerta del pequeño bar y entró.

Yo iba segunda, sin embargo, temblaba tanto, que ni siquiera podía mover mis pies para avanzar.

—E-Espera –murmuró el pelirrojo deteniéndose frente a mí. —Tu cabello –se acercó a mí.

Rápidamente se quitó su gorro, sujetó suavemente la peluca y colocó su gorro en mi cabeza.

—Ahora parece cabello real –mordió su lengua.

—¿Me veo como Emma? –Susurré.

—No, te vez como Elisa –sonrió.

—¿Elisa?

—Tienes cara de Elisa.

Yo fruncí mi ceño.

—Elisa Morat, dieciocho años, entrando a la carrera de periodismo, le gusta el metal y el rock, viste solo con botas y su prenda favorita son las camisas a rayas.

Apretando mis labios, evité soltar una risa.

—¿Ya vamos a entrar? –Volvió a asomarse Lysandro por la puerta.

—Si, si –me adelanté frente a Castiel. —Entremos.

El bar, pese a ser muy pequeño, estaba casi repleto de gente. Apenas lograba ver un par de mesas desocupadas.

Estaba todo muy oscuro, de hecho, si hubiese sido una persona fotosensible, probablemente ya me hubiese desmayado, pues, a donde sea que observara, luces neones parpadeaban decorando las paredes y mesas.

—Hay una mesa libre allí –soltó Lysandro sujetando mi mano. –Apresuremonos antes de que esto se llene de gente.

Casi corriendo, Lysandro me arrastró hasta una pequeña mesa para cuatro. Estábamos a un par de mesas del escenario, así que si Debrah aparecía, íbamos a poder observala a detalle.

—Buenas noches, ¿Desean ordenar algo de beber? –Se nos acercó un mesero.

—Una cerveza –soltó Castiel.

—¿Tienen jugos, no? –Preguntó Lysandro.

El mesero frunció su ceño.

—Es demasiado temprano para beber –le sonrió el peliblanco.

—Podemos prepararles bebidas sin alcohol.

—Oh, genial, entonces un mojito sin alcohol.

El mesero anotó y rápidamente volteó hacia mí.

—L-Lo mismo –balbuceé.

—¿Para acompañar no quieren nada?

Castiel nos observó, a lo que ambos negamos con nuestra cabeza.

—No, estamos bien así.

—Bien, entonces traeré sus bebidas enseguida.

El mesero se alejó y rápidamente me asomé a los chicos.

—¿No se supone que deben pedirnos nuestras identificaciones? –Susurré.

—No nos vemos de dieciséis –soltó Castiel.

—Pero por protocolo deberían hacerlo, tú pediste alcohol.

—Pero tengo diecisiete –sonrió. —Las queridas leyes dicen que mayores de dieciséis pueden beber sin de forma legal.

—Sigue siendo un poco irresponsable...

—Estamos por espiar a una banda y vienes de incógnito, ¿En serio quieres que pidan la identificación y te echen del lugar?

Ya No Soy Aquella - CDMWhere stories live. Discover now