#145: The Holder of the Harvest

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier morgue a la que puedas llegar. Camina hacia el escritorio principal y pregunta si puedes visitar a quién se hace llamar The Holder of the Harvest.

La expresión del recepcionista debería tornarse en fría e impasiva, tan escalofriante que podrás estar seguro de estar viendo a un cadáver. Serás atravesado por su mirada, incapaz de mirar hacia otro lado, mientras milenarios mensajes de desesperación y muerte se queman en tu propia mente. En este punto, no debes bajo ninguna circunstancia romper el contacto visual con el recepcionista, porque si lo haces, corres el riesgo de formar parte de aquel aviso de los ya condenados.

Esta prueba transcurrirá durante lo que te parecerán siglos, pero a medida que estas imágenes ahonden en tus pensamientos, debes mantenerte alerta; si eres lo suficientemente perspicaz para mantener tu astucia, te darás cuenta que mientras los ojos del recepcionista se clavan en ti, su alma se levantará y abandonará su cuerpo. Romper el contacto visual mientras esto ocurre garantizará tu condenación eterna. Para quebrar en forma segura el vínculo entre tus ojos y lo que quede de los de él, debes reunir el suficiente coraje para gritar:¡Aún no es mi turno!

En caso de que las visiones continúen, pronto te unirás a ellas, mientras tu cuerpo experimenta un dolor inconmensurable, y tu mente finalmente permita que la locura en la que has caído se desate completamente. Por otro lado, si las visiones se detienen, entonces mira al espectro del trabajador y síguelo. El fantasma debería atravesar un muro; si continúas tras su paso también podrás atravesarlo.

El área más allá será similar a una exhibición de un museo, pero sólo habrán figuras horribles, imágenes de guerra y enfermedad, figuras móviles de asesinatos y violaciones, madres lamentándose sobre sus hijos muertos, padres mutilándose a sí mismos mientras violan y asesinan a sus propias hijas. Estas figuras de implacable horror tapizan los muros. Asegúrate de estar detrás del fantasma. Si te pierdes en esta parte del camino, formarás parte de la exhibición por toda la eternidad.

Pronto, el fantasma atravesará una puerta. Esta vez, no lo sigas como hiciste antes. Ya no hay vuelta atrás. En esta puerta verás la efigie de una niña pequeña, pacíficamente arrodillada y rezando, tu primera imagen de paz entre este museo de la muerte. (Saluda a tu nueva morada en caso que veas otra efigie que no sea la anteriormente descrita). Si la efigie que ves es la de la niña pequeña, abre la puerta firmemente.

Te encontrarás en un campo de trigo. Al medio del lugar verás a una figura vestida de negro bailando graciosamente. Tras una inspección más cercana, verás que lleva consigo una gran guadaña, cortando los tallos del trigo a medida que avanza. La figura manejará la guadaña con una habilidad alcanzable sólo con siglos o incluso milenios de práctica. Cada tallo cortado de trigo secretará un líquido: sangre fresca. Escucha con atención, y podrás oír gritos de dolor indescriptible proviniendo de los tallos cortados.

Cuando la figura se voltee en tu dirección, se sorprenderá de ver una entidad viva en su mundo. Antes que decida añadirte a su cada vez más creciente colección de almas, podrás hacerle una y sólo una pregunta: ¿Dónde están los trabajadores en este campo?

Luego de preguntar, la figura una vez más comenzará a danzar mientras se ríe salvajemente, y te narrará una historia que precede a la misma tierra: una historia de cómo la muerte llegó a ser. Muchos se vuelven locos ante esta información, ya que la muerte no era el simple fenómeno que se podría pensar. A continuación, te dirá el secreto que sólo conocen los antiguos: la verdad sobre la muerte.

Si no enloqueces ante todo esto, la criatura vestida de negro dejará de bailar, golpeará el suelo con su guadaña y dirá: “Sé que hacer contigo en el tiempo”. Asiente respetuosamente y cierra tus ojos. Sentirás una sensación inflamante en tu pecho como si estuvieras siendo apuñalado. No abras tus ojos, pues ésta es tu última prueba. El dolor comenzará a esparcirse a través de todo tu cuerpo, parecerá que estás al borde de la muerte, oirás gritos a tu alrededor; esto te irritará en demasía y querrás detenerlo. Puedes sucumbir al dolor si quieres, pero si eres fuerte, te verás en el campo de trigo junto a la guadaña de la figura clavada al suelo. Tómala y comienza a despedazar todo lo que veas, y no te detengas hasta que el dolor se desvanezca.

Cuando hayas terminado, verás que los tallos de trigo que cortaste durante tu estado de frenesí alguna vez fueron cada una de las personas que más amaste. No sientas compasión, ni nada similar, pues si lo haces, la criatura te acribillará sin dudarlo. Encuentra la cabeza de aquella persona a la que más amas y golpéala con la guadaña. Serás vencido por la oscuridad proveniente del punto de impacto.

Cuando despiertes, estarás en tu cementerio local, y un funeral estará llevándose a cabo en la cercanía. A tu lado, estará la guadaña que llevaba la criatura. Tómala.

La guadaña es el Objeto 145 de 538. La cosecha está empezando y los trabajadores son pocos.

The Holders  Where stories live. Discover now