#25: The Holder of Creation

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier hospital y pregunta por visitar a aquel que se refiera a sí mismo como The Holder of Creation. La empleada te mirará a los ojos, horrorizada, antes de ponerse de pie. Ella (y solo ella) te llevará a la sala de maternidad y te empujará a una puerta cerrada, por la que te deslizarás

Una vez dentro de la puerta, veras dos más: una a la izquierda y otra a la derecha. Debes escoger la dirección que acostumbres, esperando que tu destino guíe correctamente a tu mano. Una vez llegues, toca la manilla. Si una luz atisba por debajo de la puerta, debes entrar. Si no, debes correr al otro cuarto, lo más lejos que puedas. Duerme donde caigas y no creas en nadie. No entres a la luz solar; Busca las sombras y reza a cualquier dios porque pases desapercibido.

Si la luz es emitida de debajo de la puerta, o si por algún milagro evades la captura después de tu error y regresas a elegir una vez más, entra cautelosamente. El cuarto parece estirarse al infinito; no intentes comprender su tamaño o forma, muchos hombres más grandes que tú se han vuelto locos en el intento. Pasando por la inmensidad de este cuarto están los cuerpos de los nacidos muertos y los fetos de los no nacidos. Aquellos capaces de hacer sonidos parecerán perforar la fábrica de tu conciencia con gritos, los que parecerán ser audibles y un producto de tu imaginación.

En el horizonte estará una madre, algo más que una niña, amamantando un bebé cubierto en una manta andrajosa a su teta. Una exanimación más cercana del infante succionador te dejará ver su verdadera edad. Por su expresión parece saludable y mimado; una mirada eterna y conocedora te asegura que esos ojos han olvidado más de lo que han visto.

Acércate a la madre calmadamente. Si la sobresaltas e interrumpes el alimentado, tu única esperanza es susurrar: “No deseo molestarte a ti, ni a tu hermoso hijo”. Si la has apaciguado, posiciónate en un lugar para ver al bebé a los ojos. Una vez lo hagas no debes romper el contacto ocular por miedo de perturbar al infante y darle tu propia perdición. Sólo puedes preguntar una vez y sólo una pregunta: ¿Para qué hemos sido creados?

El bebé se moverá y te envolverá con su tela andrajosa, cegándote y rasgándote miembro por miembro; Aún no debes reaccionar al dolor o te arriesgas a nunca regresar a tu forma original. Si puedes soportar la agonía, te mirará a los ojos, y verás el comienzo del cosmos. Todas las cosas desde la creación de la existencia serán mostradas frente a tus ojos. La verdad del origen de los Buscadores será traída a la vida, y si no te vuelves loco por esta verdad, sentirás el calor de este conocimiento iluminarse en ti. Este calor crecerá hasta que el dolor de las quemaduras se exceda y tu carne se haga mil tiras. Sentirás tu cuerpo fundirse lejos, ardiendo en la nada, sólo ceniza.

Al tope de tu dolor y angustia, si te las arreglaste para mantenerte estoico, cerarrás los parpados que ya no tendrás, abriéndolos para percatarte que has regresado afuera, exactamente un día antes del incidente. En tus manos encontraras un manuscrito andrajoso, el texto que parece preceder a la existencia.

Este manuscrito es el Objeto 25 de 538. Este libro anhela regresar a los otros Objetos a eso, y entre su conocimiento críptico está como hacerlo.

The Holders  Where stories live. Discover now