Capítulo Diecinueve. Tenemos Un Millón de Millas Por Recorrer.

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- Espera, - Tom jaló de mi mano y me hizo detenerme en medio de la acera, - ¿por qué nunca me dijiste que tocabas la guitarra?

Puse los ojos en blanco y alcé las cejas al conectar el hombro con mi oreja.

- Pensé que ya lo había mencionado antes. – Admití. – Tal vez no quise hablar de hacer música contigo.

Tom negó con la cabeza y le sonreí, jalando de su mano para seguir caminando, pensaba que ya solo nos faltaban un par de calles.

- Sarah es a la que le ha tocado la mejor vida, no es por presumir, pero Rachel y yo siempre cubrimos sus travesuras cuando era pequeña: somos unas hermanas de primera.

Tom bufó.

- ¿Y cómo sabes que eso no la echó a perder?

Le di un codazo y lo miré mal. De pronto me di cuenta de algo, miré en todas las direcciones y apreté la mano de Tom mientras lo seguía, fruncí el ceño y me mordí el labio.

- ¿Seguro que sabes cómo volver al hotel? – Le pregunté.

Tom se rio y me hizo mirarlo.

- ¡Claro que lo sé! – Me miró de reojo antes de cruzar la calle, llevándome con él. – Pero no vamos ahí. Vamos a ver a mi artista favorito.

- ¿Sammy Deluxe? – Pregunté para fastidiarlo.

Tom puso mala cara y siguió caminando. Me reí de su expresión y volví a insistir para saber a dónde íbamos.

- Es que eres como un bebé. – Murmuró antes de aclarármelo, - ¿ves que a los tatuadores se les reconoce como "artistas"?

Abrí la boca y casi dije un "ah", pero volví a cerrar la boca y Tom asintió al continuar en dirección a la tienda de su "artista favorito".

Cuando llegamos, agradecí al cielo haber estado caminando en mis cómodas zapatillas deportivas. La tienda con puertas de cristal estaba decorada con dibujos en las paredes, había diseños de diferentes estilos y diferentes colores. Un hombre no muy joven, de cabello rubio y ropa al estilo de la de Tom salió de detrás de un pequeño escritorio y saludó a Tom, que soltó mi mano y le dio un saludo con la mano antes de abrazarlo y darse unas palmadas en la espalda. Obviamente éste era el "artista" del que hablaba antes.

Los escuché hablar en alemán por un momento, hubo un par de risas y la expresión de Tom se tornó más alegre ahora. Un momento más tarde, Tom puso el brazo sobre mis hombros y saludé al hombre delante de mí con la mano. Tras una aclaración en alemán que incluyó mi nombre, conocí el nombre de aquel hombre.

- Soy Peter, ¿qué tienes en mente? – Me preguntó en inglés.

Me volteé hacia Tom y lo vi observándome atentamente.

- ¿Yo? – Puse la mano sobre mi pecho. – Pensé que era él el que venía a tatuarse...

Fruncí el ceño sintiendo que me ponía nerviosa; no estaba pero para nada preparada para ponerme ninguna clase de tatuaje.

- ¿Por qué no la dejas ver tu portafolio mientras haces el mío? – Tom preguntó al ver lo pálida que estaba mi cara.

Peter asintió y nos dejó pasar al fondo, donde Tom se sentó en una silla que me recordaba a las sillas de los dentistas. Yo me senté junto a él y vi que le señaló el interior del brazo, un momento más tarde le colocó una calca en ese lugar y Tom se miró en el espejo, con la manga doblada hacia arriba se volteó hacia mí.

- ¿Aquí queda bien? – Me preguntó, me puse de pie y fui hacia él, asintiendo después de echarle un buen vistazo.

Al volver a sentarnos, Tom se acomodó en su lugar y Peter puso su enorme portafolio en mis manos antes de volver a su silla y reunir los materiales que necesitaba. Tom apoyó el brazo de modo que Peter pudiera tener acceso al área en que debía tatuarlo y entonces abrí el portafolio para ver los diferentes diseños que ahí había.

Kings Of Suburbia (Tom Kaulitz FF) *En Español*Where stories live. Discover now