treinta y uno

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Miah
4:57 a.m

Cerró la puerta mientras yo lo esperaba en medio de la sala de estar. Se acercó a mí, abrazando mi cintura, automáticamente pasé mis brazos alrededor de su cuello uniendo nuestros labios en un hermoso beso. Sentirlo así tan cerca de mí, me hizo imaginarme en qué terminaríamos esta noche. Lentamente recorrimos el lugar hasta llegar a una pared, justamente donde se encontraba una mesa con retratos... los de él y Ava. Sin dejar de besarnos, tumbó todo lo que se encontraba en la pequeña mesa, escuchando cómo estos se rompían.  Me reí cuando me sostuvo por los muslos y me subió a la mesa, quedando entre mis piernas. Me soltó para proseguir a besar mi cuello, abrazando mis muslos. Gemí. Volvió a acercarse a mis labios esbozando una sonrisa, lo miré fijamente y sonreí de igual manera.

- ¿Estás sintiendo lo mismo que yo? -preguntó susurrando, besando cortamente mis labios- ¿Extrañabas todo esto justo como yo?

Respondí con un "mhmmm" porque honestamente no creí que soportaría diciendole algo sin ponerme a llorar. Jamás imaginé que volvería  a reencontrarme con él, jamás pensé que estaría ahora en esta posición.

Me tomó  en sus brazos y me llevó por todo el pasillo, hasta que llegamos a su habitación. Una habitación muy a lo Wayde, aunque honestamente no me importaba ver su habitación en este momento.

Me recosto sobre la cama, delineando mi figura con sus manos, se deshizo de su playera blanca dejándome ver su cuerpo, su abdomen que estaba tonificado, no eran los mejores abdominales pero se notaba que estuvo ejercitandose en estos años. Comencé  a levantarme la blusa y él me ayudó. Sus manos recorrían cada centímetro de mi cuerpo buscando la manera de deshacer mi jean, lentamente los deslizo fuera de mi cuerpo, mordisqueaba mis labios, yo reía.

- Oh Miah... hay tantas cosas que quiero hacerte -susurró en mi oído para bajar hacia mi cuello y besar. Sintiendo su lengua, su mano acariciaba encima de mi braga. Suspiré- Joder, mira cómo me tienes...

Bajé mi mirada y mis manos bajaron lentamente su pantalón de chandal, noté su erección. Comencé a tocarlo por encima de la ropa para después meter mis manos en su ropa interior, básicamente nos estábamos dando placer. Se acomodó en la cama quitándose la ropa interior y continuamos tocandonos. Wayde mordió mi hombro y yo detuve el movimiento de mi mano al sentir los primeros espasmos. Los gemidos o más bien gruñidos de Wayde me hacían sentir muy caliente. Me soltó y con sus manos me colocó encima de él. Tiré mi sostén al suelo mientras él deslizaba mis bragas. Él ya se encontraba desnudo.

Joder, mi corazón latía con fuerza.

- Mírame -pide Wayde. Había una poca iluminación en la habitación pero podía notar lo sonrojado que él estaba- Joder Miah.

Me acomodé introduciendo su miembro dentro de mí, escuchando su gruñido y yo no pude evitar jadear, mordiendo mi labio con fuerza. No había condón así que sentí su caliente piel.

El resto de la noche se basó en esto, en amarnos, la sensación era nueva, se sentía como la primera vez con él. Lo disfruté tanto y él también. Sus ojos cerrados, el sudor corriendo por su frente, mis manos en su pecho, el sonido de nuestras carnes haciendo fricción, mis jadeos. Me recargué en su pecho sintiendo el primer orgasmo de la noche. Wayde se empujó hacía mí unas cuantas veces para venirse después de mí. Lo besé desesperada, su lengua recorriendo cada centímetro de mi boca. Gemí en sus labios.

La noche consistió en eso, en amarnos tanto. ¿Por qué sentía tantas cosas maravillosas estando con él que no sentía con nadie más? ¿Por qué termine tan enamorada de él?

Wayde hizo que me recostara en su pecho, me cubrí con las sábanas y él fue besando mis manos, mi rostro, mi cabello... yo reí.

- ¿Por qué haces eso?

- No lo sé -se ríe- simplemente no quiero dejar de besarte... -suspira y lentamente se acerca a mí, besandome lentamente. Lenta y dolorosamente que incluso quiero llorar, porque este beso se siente tan diferente... tan lleno de amor- Te amo.

Cerré los ojos, procesando sus palabras.

- ¿Por qué no dejas a Ava y te vienes conmigo? -Sé que acabo de arruinar el momento. Lo sé. Pero es que ¡él no puede estar diciendo todo esto y aun así se casará con Ava!

- Porque no puedo...

Abro los ojos, sintiendo las lágrimas llenar mis ojos.

- Miah, es que no lo entiendes...

- Lo único que quieres hacer es jugar con las dos ¿no es así?

- No... -él frunce el ceño- Miah yo te amo a ti... pero me acostumbré tanto  Ava que... no sé... si pueda vivir sin ella...

- Tú dices que me amas... pero si fuera así, hubieras dejado a Ava. Porque sólo puedes amar realmente a una persona en tu vida... y cuando amas a esa persona haces todo lo posible para estar con ella.. y tú no lo estás haciendo Wayde... ¡No me amas como tanto dices! -mi voz tembló.

¿Por qué arruiné un momento tan maravilloso?

- Es que no lo sé Miah -cubrió sus ojos con una de sus manos, frotando. Dejó de abrazarme y suspiró.

- Si no lo sabes entonces dejame ir por favor -me senté en la cama, buscando mi ropa interior.

- ¿A dónde vas? -se sienta recargandose en la cabecera de la cama- Miah... -sus manos se colocan en mis caderas tratando de atraerme a él sin embargo pude con su agarre.

- Espero y seas feliz con Ava, Wayde. Sólo date cuenta que estarás con una persona a la cual no amas por el resto de tu puta vida... -dije enojada. De pronto ya no sentí lágrimas. De pronto me sentía... normal. Como si ya me hubiese acostumbrado a el dolor.

Wayde permaneció en silencio, los rayos del sol ya se estaban asomando por la ventana. Un amanecer así sin haber peleado hubiese sido lindo. Terminé de ponerme la ropa y miré a Wayde que también se había puesto su ropa ya. Traté de recordar todas sus facciones, sus hermosos ojos, sus labios rosados, su preciosa nariz, ese rubio cabello. Todo en él.

- ¿Qué pasa? -pregunta, creo que lo hice sentirse incómodo.

- Sólo estoy tratando de memorizar cada facción de tu rostro... de recordarte siempre... porque eres y serás el puto amor de mi vida.

Diciendo esto me retiré, sin siquiera ver su reacción. Al salir escuché un fuerte ruido proveniente de su casa, parecidos a estruendos o cuando cosas caen al suelo. Mordí mi labio.

6:35 de la mañana y seguía caminando sin rumbo alguno. A esta hora Maya seguiría inconciente en el hospital así que decidí ir a otro lugar.

- ¡Miah! -sus fornidos brazos me acogieron- ¿Estás bien? Es muy temprano para que estés aquí.

- Por favor no me sueltes Scott. Realmente necesito un abrazo -susurro. Él me aprieta en sus brazos.

- ¿Es Maya? ¿Está bien? -Scott ya sabía sobre lo sucedido. Ya que les envié mensajes tanto a él como a Brandon. Yo asiento- ¿Entonces qué es lo que sucede?

-Simplemente es tiempo de dejar ir...

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Estamos a pocos capitulos del final... no quiero que termine! Me encanta escribir sobre las gemelas!!!

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Maya y Miah ►Del Club del Suicidio◄Where stories live. Discover now