veintiuno

515 71 30
                                    

Miah

El viento chocaba contra mi cara, mi boca expulsaba el humo que inhalaba, podía escuchar la risa de los pequeños niños que se encontraban en el puente admirando el lago. Observé la felicidad de otros y lamente no ser feliz. Uno de los niños pequeños volteo a verme como si conociera todos mis pecados, sin embargo creo que le he caído mal porque me saca la lengua en señal de disgusto. Yo sólo le regreso el gesto como una niña pequeña y apagó el cigarrillo cuando veo a Scott acercarse.

- Hola -dice sin siquiera abrazarme o besar mis mejillas como usualmente lo hace. Recarga sus brazos en el barandal observando la hermosa vista de Manhattan.

Yo no contesto y digo observando lo azul que es el lago y como un bote pasa lentamente. Me muerdo el labio.

- ¿Traes cigarrillos? -Se gira para verme, yo niego- Vale, es que te vi fumando antes...

- Sólo compré uno porque no quería gastarme una cajetilla entera -menciono a lo que él sólo asiente.

- ¿Por qué me citaste aquí? Pudimos haber ido al departamento a charlar y no tendríamos esta vista tan tetrica.

Estaba nublado y el aire comenzaba a descontrolarse, supuse que llovería a mares está noche.

- Es que no quiero estar en casa, bueno, es que quiero volver a Connecticut.

Scott se gira de golpe provocandome hacerlo también.

- ¿Qué mierda Miah?

- No puedo seguir aquí -Hago un puchero, sintiendo colapsar de vuelta- No lo siento como un hogar...

- Oh Miah -Él me rodea con sus fornidos brazos, esta muy calientito y además huele tan bien. Besa mi cabeza y yo con unas lágrimas en mis ojos alzo la mirada y trato de conectar nuestros labios. Sin embargo, Scott mueve la cara haciendo que el beso que le iba a dar quedara en su mejilla.

- ¿Qué pasa? -pregunto, sintiéndome decepcionada- ¿Qué te pasa Scott? ¿Por qué ahora estas evitando mi contacto contigo? ¿Por qué cuando te necesitaba no estuviste ahí?

Scott me suelta con un movimiento brusco y mi corazón se encoge al sentir ese movimiento.

- Es que lo único que quieres es follar... -Yo me cruzo de brazos. ¿Y él no, joder?- Y yo estoy harto.

¿Pero qué mierda le pasa al mundo?

- Además conocí a alguien.

Esas palabras acuchillaron mi corazón, Scott fue uno de esos amores que te marcan, porque con ese amor hiciste cosas que jamás te creías capaz de hacer, así que duele.

Me recargo en el barandal enterrando mis uñas en el frío metal. Estoy en completo shock.

- Se llama Riley -Esboza una sonrisa al mencionar su nombre y juro que sus ojos tomaron un color más claro- Es pequeña, pelirroja y tiene veintiún años. Apenas cursa el primer grado en la Facultad -sonríe- Y es que en serio debes conocerla, es tan agradable.

- ¿Yo no lo soy? -Jamás me había sentido con tanta decepción.

- Claro que lo eres, sin embargo tu tiempo ya pasó Miah. Lo nuestro se quedó atrás. Adiós sexo entre nosotros. -Trate de no ponerme a chillar frente a él- Así como yo conocí a alguien deberias hacerlo tu también. Fuiste la mejor Miah, pero me toca ser feliz. Por fin conocí a alguien que me quiere y yo la quiero a ella.

Maya y Miah ►Del Club del Suicidio◄Kde žijí příběhy. Začni objevovat