dieciocho

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Maya

Podía escuchar el canto de los pájaros, sentía una brisa fresca chocar contra mi cuerpo. Poco a poco fui abriendo los ojos y alzando los brazos para estirarme. ¡Que hermosa vista tenía frente a mi! Pero,esta vista No se me hacía de verla todos los días. ¿En donde estoy?

Mire a mi alrededor, olía horrible a alcohol como si me hubiesen mojado en él. Sólo estaba usando una playera más grande que yo y mis bragas, pero mi ropa no estaba cerca. ¿Qué?... Logre encontrar mi ropa, en la entrada de la enorme habitación. Vaya que sería hermoso despertar en este lugar todos los días, si tan sólo recordara algo. El pasillo estaba repleto de basura, mientras me ponía mi ropa note las horribles manchas en la pared. Baje las escaleras y me encontré con hombres fortachones limpiando el lugar. Y A Ray.

- ¡Cariño! ¿Qué haces aquí? -pregunta asustado- Creí que todos habían evacuado el lugar...

- No recuerdo nada -es lo único que puedo articular. En mi cabeza dan punzadas horrendas y siento que apesto a alcohol.

- Yo no te puedo recordar nada porque después de la presentación ya no te vi...

- Sólo hay partes de la presentación en mi mente. ¡Me duele tratar de recordar! Y tenía puesta la camisa de un desconocido -hago un puchero- ¿Todos se fueron? ¿Me dejaron?

Ray me sirve en un vaso jugo de naranja. Me pide que me siente a su lado y pongo la camisa en la barra.

- Comúnmente todos saben que en mis fiestas la hora máxima en la que deben de estar es a las 6 de la mañana. Dieron las siete y aún no se iban -Después de beber su jugo tomo la camisa en sus manos- Los corrí.

Yo bebí delicadamente del vaso, tratando de no llorar por las horribles punzadas y porque mis compañeros de banda me dejaron en la mansión de Ray.

- Y cariño, esta es la camisa de Cooper.

Frunci el ceño.

- ¿Qué?

- Esta camisa es tan de él y huele a él. Y a alcohol -hace una mueca- ¿Quieres que te lleve a tu casa?

- ¿Qué hora es? -tomo la camisa de Cooper y la doblo con cuidado. Analizando si realmente es de él.

- Es casi mediodía.

- Oh mierda, lo siento tanto Ray -Me siento triste y con un dolor en la cabeza horrible- Sólo tomaré un taxi...

- Yo te llevo cariño, no hay problema.

En la camioneta de Ray, volví a intentar recordar algo al respecto, pero en mi mente sólo habían ciertas escenas de la presentación y hasta ahí llegaba todo. ¿Que mierda bebí como para haber olvidado todo? Y haber caído en un profundo sueño también. Pobre Miah debe estar preocupada.

- ¡Gracias Ray! Lamento la molestia -Me despido de él.

-No pasa nada, habla con tus compañeros y espero que no vuelva a suceder que te dejen sola. En especial Cooper.

Asiento, algo extrañada de que volviera a mencionar a Cooper. Saludé al portero y subí en el elevador hasta el piso donde está el departamento. Llegue, sintiéndome algo mareada y encontrandome con Miah y un chico en la puerta. Frunci el ceño.

Maya y Miah ►Del Club del Suicidio◄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora