diez

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Maya

Chelsea suele estar repleto de personas como empresarios, sin embargo hoy parecía reunión de turistas. Un grupo de mexicanos estaba en el lugar y la música estaba más fuerte de lo común. Miah parecía sorprendida y veía a los mexicanos mientras bebía cerveza. Vaya que se tomó en serio lo de no ser agüafiestas, pues así como llegó ordenó su cerveza.

- ¡Mira cómo se divierten!

Yo me río y busco entre la gente, no a los mexicanos, si no a Wayde. Debo admitir que insistí tanto para que Miah viniera y se encontrara con su amor, estoy tan emocionada y ni puedo dejar de ver la puerta esperando por Wayde. ¡Ya quiero ver sus reacciones!

- Maya, ¿qué pasa? -veo a Miah fijamente, está algo colorada por el calor.

- ¿Qué?.

- No has dejado de ver a la puerta desde que llegamos, ¿no organizaste ninguna cita doble, verdad? -Yo niego divertida.

- ¿Me crees capaz?

- La verdad sí -asiente- Quiero otra cerveza y quiero ir hacia allá con los turistas, se ve que la están pasando bien.

- ¿Te gusta el lugar? -Sigo viendo la puerta pero esta ve de reojo.

- Meh, es un buen ambiente.

Pongo los ojos en blanco, tomo su mano y la hago que se acerque a los turistas, en seguida hacemos una conexión.

- Nosotros somos de México -dice uno de barba- pero vinimos a visitar a nuestro amigo, Antonio -palmea los hombros de un hombre con lentes.

- ¿Vive aquí en Nueva York? -pregunta Miah.

- Sí -habla el hombre.

La plática con el grupo de hombres de otro país es interesante y graciosa, mencionan palabras en español que de tan sólo escuchar cómo las pronuncian me da risa. Miah parece tan feliz, riéndose e intentando hablar como ellos. De pronto todo se pone loco y están cantando canciones que Miah no conoce pero trata de balbucearlas.

Observo a mi alrededor, notando como el bar comienza a llenarse más, pero ¿en dónde está Wayde? Lo necesito. Aquí esta Miah borracha entre cinco hombres de otro país, necesita ser rescatada por su amor. Le hago una seña a Miah y salgo del lugar colocándome a lado de la entrada, deseando que Wayde llegue ya. Veo la hora en mi celular, marcan las 9:48 y por más que lo intente no puedo recordar a qué hora Wayde llegaba, ya que nunca estaba tan atenta.

- Vamos Wayde, llega ya -digo entredientes.

Diez minutos afuera esperando a que Wayde llegara, pero no, sólo llegaron parejas y grupos de amigos, Wayde no estaba entre ellos. Me metí al lugar y me impresionó ver a Miah bailando con uno de los hombres, con una cerveza en mano mientras los otros reían y tomaban fotos. Ay no, hermanita.

Me causaba gracia ver cómo Miah se acoplaba y bailaba de una manera curiosa, de repente ya había más gente viendo esta situación y gritando haciendo lío. Yo reía, al menos se está divertiendo.

¡¿Donde mierda estás Wayde?! ¡Llega ya!

- ¡Maya! -escucho la voz de Miah- ¡Unete! ¡No seas agüafiestas!

Maya y Miah ►Del Club del Suicidio◄Where stories live. Discover now