¿Hay algo que me pertenezca en este mundo?

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-¿Melisa? ¿Hija? Pero

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-¿Melisa? ¿Hija? Pero... pero ¿Qué haces aquí?- pregunto papá igual de sorprendido que yo.

-Yo... Andres- No lograba comprender que estaba pasando- ¿Tu eres el padre de Andres?

Aquel hombre me observo sin decir nada. No había necesidad de que me confirmara mi pregunta. Todo encajaba.

Por los últimos años envidie el amor que él recibía de sus padres. Se preocupaban por todo lo que le hiciera falta y siempre estaba para él.

Por mi parte siempre carecí del amor de una familia, pero creí que yo podía forma una... Una donde mi hermano era Andres, pero saber esto se sentía como una traición. Él había tenido todo lo yo siempre quise, a él si se le dio atencion y amor y para él todo era fácil.

-¡Dios Melisa! Todo este tiempo haz estado con Andres y yo no supe nada- pensó en voz Alta- De haber sabido...

- De haber sabido ¿que hubieras hecho?- lo interrumpí- Tengo 17 años de mi vida esperando que regreses, esperando que me busques. Pero ahora entiendo por que no lo hiciste. Tú ya tienes una familia donde yo no entro. Igual que mamá.

>>Siempre compadecí a mamá por haber sido abandonada, pero hoy comprendo que los dos son iguales. Son un par de egoístas que no me merecen.

No pude seguir viendo el rostro que siempre espere me buscara. Salí del bar con los ojos empañados por las lagrimas. Gotas comenzaron a caer y pronto una llovizna me empapo por completo.

Camine por la calle sin prestar atencion a mi alrededor y tampoco a la lluvia. No sabia hacia donde me dirigía, pero quería estar lo mas lejos posible de ese lugar. 

Me detuve en una banca a llorar por lo frustrante que era mi vida. Siempre ocurría que cuando algo parecía ir bien, de pronto todo se derrumbaba. Una persona se sentó a mi lado y me cubrió con una sombrilla. Cuando levante la vista descubrí que era Fernando.

-¿Estas bien?- preguntó mientras me ofrecía su chamarra.

-No- conteste hipando.

-Se que quizá no sea el momento, pero escuche parte de la discusión. No quiero justificar a Andres, pero el no tiene idea. Lo conozco de tiempo y se que a deseado un hermano de siempre. Si tu padre se desentendió de ti, él no lo hubiera hecho. Él te habría buscado.

-No te ofendas, pero no quiero hablar de Andres- el frió comenzaba a calar mis huesos.

-Muy bien. ¿quieres que te lleve a casa?

-¿A casa? Yo no tengo un hogar y ahora no quiero estar cerca de Andres. Se que él no tiene culpa en esto, pero al verlo  soy consiente de todo lo que pude haber tenido y me fue arrebatado. 

-¿Quieres venir a mi casa? Vivo en un departamento pequeño, pero puede funcionar para los dos.

-¿Por que me ayudas?

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