You wish me well, I wish you hell

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-Este fin de semana voy a regresar a Quintana Roo- dice Ariana mientras se viste

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-Este fin de semana voy a regresar a Quintana Roo- dice Ariana mientras se viste.

Contesto con un gruñido restandole importancia.

Hace algunos meses comencé a frecuentarla. Yo la llamaría mi pareja ocasional, ella tenia claro para que la quería, pero parecía  bastarle aparecer en las revistas de chisme siendo mi compañera.

Había prometido no regresar con ella, pero cuando perdí a Mel, ella fue la única constante en mi vida, así que jamas le prometí nada y le deje en claro que lo nuestro era ocasional.

No era tonto, sabia que ella salia con otros, pero no me importaba lo suficiente como para echárselo en cara. Al fin y al cabo yo hacia lo mismo.

Hacia un año que había visto a Mel y no había día que no me doliera su traición. Quizá el salir con Ariana era una especie de venganza por haber elegido a mi medio hermano.

-¿No quieres que te informe lo que hace la chica?- dice en tono venenoso. Sabe que odio que la mencione, pero parece no dejarme olvidar su traición. Hasta ahora a hecho un  trabajo grandioso.

-Sabes que me molesta que la menciones- digo impaciente.

-Ya, esta bien, lo entiendo. No te diré lo feliz que es con tu hermano. Pero siendo honesta, lo suyo parece ser permanente. No me sorprendería que pronto te llegue la invitación para su boda.

Su comentario dio en los botones indicados y mi ira se desato.

-Puedes largarte- dije mientras salia de la habitación.

Ariana hizo lo que pedí y se fue sin decir nada mas. No hacia falta, había logrado enfadarme.

Pensar que Mel estuviera con Leonardo me carcomía, pero pensar en ellos casados era imposible para mi.

Tome las llaves de mi moto y me dirigí al local de Marcos. 

Hace unos meses se había mudado a la ciudad para abrir una nueva sucursal de tatuajes. Cuando llegué estaba atendiendo a un cliente.

-¿Pero que trae al inversionista del año y soltero mas codiciado de la ciudad a este humilde local un viernes por la mañana?- dijo Marcos sin quitar la vista de su obra.

No conteste lo que no impidió que el siguiera hablando.

-¿Estas pensando en ella, no es así?- dice mientras termina de dar los retoques- Como tu mejor amigo siempre te recordare que estas cometiendo un error al no ir por ella. Vamos amigo, no soy cursi pero si las almas gemelas existieran, estoy seguro que ustedes serian una. La conexión que formaron el tiempo que los conocí es algo envidiable. 

>>No comprendo como las cosas terminaron de esta manera.

-Yo te lo recordare- dije molesto por su comentario- Ella decidió no esperar a que volviera por ella. Ella prefirió estar con mi hermano. Así es como las cosas cambiaron.

Mi tono era fuerte y amargo. Pero cuando se trataba de ella, las conversaciones siempre terminaban así.

-Y tu fuiste lo suficiente cobarde para no cuestionarla. Hasta ahora no te has tomado la molestia de saber porque ella tomo esa decisión y aun mas importante no luchaste por ella. 

>>Siento que te contradices. Dices que todo esto que lograste fue por ella, pero cuando llega la prueba importante decides dejarla ir sin una pelea.

-¿Por qué pelearía por alguien que no quiere estar conmigo?- comencé a dar vueltas por el local. No me sentía a gusto con la conversación.

-¿Como sabes eso?- dijo Marcos molesto- ¿Alguna vez te preguntas lo duro que fue para ella estar sola en ese lugar? ¿Te preguntas que tuvo que hacer para sobrevivir o encajar? Tu hiciste lo que creíste correcto para ambos, pero ¿alguna vez le preguntaste a ella si eso era lo que quería?

-¿De que lado estas?- le pregunto a mi amigo- Se supone que me apoyes, para eso vine.

-Porque soy tu amigo te lo digo. No te lavare el cerebro como Ariana lo hace ni tampoco te diré lo que quieras escuchar. Siempre me mantendré firme con esto. Si no vas por ella te vas arrepentir toda tu vida y si Leonardo se queda con ella, bien merecido lo tendrás.

En el fondo sabia que él tenia razón. 

Había sido un cobarde al no enfrentarla, pero lo cierto es que temía por la respuesta. No quería saber cual había sido la razón para no esperarme. No quería averiguar si ella no sentía lo mismo que yo. Prefería culparla que enfrentar a una verdad absoluta.

Y quizá era cierto que en algún momento me arrepentiría, pero hasta ahora ella solo había hecho cosas para darme la razón. Suponía que por las noticias de chismes y sociales ella sabia donde estaba y que hacia, pero hasta ahora no había hecho algún movimiento por encontrarme, así que me daba razón en pensar que no me quería en su vida.

¿Pero como olvidarle? 

Simplemente no podía.

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