Mi primera vez

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En mis diecinueve años de vida ninguna chica me había vuelto loco como Melisa

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En mis diecinueve años de vida ninguna chica me había vuelto loco como Melisa. Lo peor es que no tenia que hacer nada para lograrlo. Su simple presencia provocaba sentimientos extraños en mí. No me agradaba sentirme así porque era una manera de perder el control, pero al estar con ella esos sentimientos se volvían una adicción que me negaba a dejar.

Hicimos una parada treinta minutos después en una gasolinera para que descansara.

-Lo siento pero no podemos seguir así- dijo Melisa mientras se bajaba de la moto.

-¿No podemos seguir como?- dije mirándola divertido.

-No voy a ir en esa cosa mientras lleve vestido- dijo señalando su ropa- ¿Sabes cuantas veces se me subió la falda? Incluso el conductor de un auto lo noto.

Melisa se notaba apenada y furiosa e incluso la encontré mas linda en esa actitud. Al observar su atuendo me arrepentí no haber prestado atencion en su ropa cuando la subí a la moto. Lo único en lo que pensaba durante el camino era la sensación de ella tras de mí.

Me quite la chamarra de cuero que era lo único que cubría mi torso y la amarre a su cintura para cubrir la parte delantera. Eso seria suficiente para cubrirla.

-Listo- dije mirándola. No me sorprendió descubrir como me miraba. Muchas chicas lo hacían, pero que en especial ella tampoco fuera inmune a mi me agrado de muchas forma.

Pero de algo estaba seguro, Melisa se merecía a alguien mejor que yo. Como mis padres decían era un bueno para nada. No tenia nada que ofrecerle a una chica como ella. Lo único que tenia era el dinero que mis padres me daban para mantenerme lo mas lejos de la familia.

Poco convencida volvió a subir a la moto y nos encaminamos a una zona de clase media donde estaban los mejores puestos de comida.

-Muchas personas creen que la mejor comida es la de la costa. Pero eso es mentira. La mejor comida esta en este sitio- me estacione delante de mi puesto favorito de pizza y cerveza y espere a ver la reacción de ella.

Cualquier chica de la costa hubiera puesto el grito en el cielo por estar en un lugar así, pero para mi sorpresa ella estaba muy tranquila, no se veía afectada por el lugar.

Al tomar asiento Pedro el dueño del local me saludo. Pedí lo de siempre para los dos que consistía en una pizza de peperonni y chorizo la cual era la especialidad del lugar y cerveza oscura para mi y clara para ella.

-Vaya, vaya... ¿Pero quien es esta hermosura?- preguntó Pedro cuando dejo la orden en la mesa. Tomo una silla y se sentó con nosotros- Me perdonaras el atrevimiento linda, pero es la primera vez que este muchacho trae a una chica al lugar y aun mas importante, eres la primera que veo bajar de esa moto.

Melisa me miro con una ceja levantada y sonrió ante el atrevimiento de mi amigo.

-Pues vera, esa fue mi primera vez en moto, así que me alegro que también sea la primera vez para él- contesto Melisa. Al ver la expresión picara de Pedro, comprendió que lo había entendido en doble sentido- Me refiero a traer a alguien aquí.

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