Final

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- Tus padres ya están en camino, no te preocupes, ¡todo saldrá bien! Sólo.. Manten los ojos abiertos.- es lo que logro entender que dice la hija de Mercci mientras soy trasladada en una camilla a la sala de emergencia.

Cuando ya llegamos a la habitación veo que todos están movilizandose mientras yo sólo trato de seguir inhalando y exhalando pero mi pecho no ayuda por el ardor que me provoca esto.

«No te estanques, avanza»

No te estanques, Ayleen. No te estanques. Debes avanzar. Avanza. Es lo que Ian querría. Yo...

Mis ojos tienen muy poca fuerza, no puedo distinguir quién es quién ni qué es qué, mi vista está muy borrosa y no tengo la noción del tiempo.

- ¡Ayleen! ¡Hija! ¡Sueltenme! ¡Sueltenme he dicho!- es lo último que escucho.

***
- ¡Ayleen! ¡Amor, ven!- grita Ian.

Corro por el pasto hasta llegar a un árbol y descansar, esto es una especie de parque. Todo es naturaleza y paz.

Me recuesto al lado del árbol respirando el olor a tierra.

- Ayleen. No fuiste.- me dice Ian apareciendo al lado mío.

- Lo siento, yo...

- No fuiste.

- Ian, yo no...- comienzo a llorar fuerte.

- Me fallaste.

Es lo último que dice antes de pararse he irse por donde vino, alejándose de mi.

Yo sólo lloro, lloro sin parar. No quise fallarle, no quise decepcionarlo, pero lo hice. Lo hice y eso me destruye.

Me paro como puedo y comienzo a correr a su dirección. Corro sin parar hasta que encuentro una puerta en medio de la nada, y sin pensarlo dos veces la abro y entro a la habitación.

Es mi pieza.

- ¡Ian!

- Sshhh.. No tienes que gritar, aquí estoy.- dice saliendo del baño con una toalla alrededor de su cadera.

- Yo..- sorbo mi nariz y seco las lágrimas.

Él se acerca alerta y acaricia mismejillas acunando mi rostro en sus manos.

- ¿Qué pasa, amor?

- Perdóname, perdóname, perdóname. Lo siento tanto... Yo no quería fallarte, yo sólo quería estar aquí contigo.

- No me haz fallado, Ayleen. Son tus decisiones. Me enorgullece saber que te dispusiste a algo y estas por lograrlo sin importar nada ni nadie.

Después que termina lo beso como si se me fuera la vida en ello, porque prácticamente era así.

Cuando el beso se vuelve un poco más intenso él me levanta por los muslos y mis piernas automáticamente se enredan en su cadera ocasionando que la toalla caiga.

Él me deposita en la cama y me ayuda a deshacerme de mi blusa al igual que mis jeans, y poco a poco ya me tiene sin prendas abajo de él, volviéndonos uno.

Después de un va y ven que producen jadeos y gemidos llego a mi punto y él me acompaña luego de un va y ven más.

- Tienes que volver, Ayleen.

- Quiero quedarme contigo.

- Siempre estaré contigo.

- Sshhh.. No digas nada, por favor.- es lo que digo antes de besarlo y comencemos otra ronda de sentimientos encontrados.

- Te amo, Ayleen.

- Te amo, Ian.

No Digas NadaWhere stories live. Discover now