Capítulo veintitrés

36 2 0
                                    

✖NO DIGAS NADA✖
____________________________________

Abro los ojos y encuentro a mi madre sentada sobre la cama.

Estoy sudada y alterada, hoy soñé con Ian, otra vez. Y como es de costumbre no pude alcanzar a decirle cuánto lo amo.

Pestañeo continuamente tratando de tranquilizarme para que mi madre no me vea así y no vuelva a darme la charla de cómo debo beber las pastillas para dormir y seguir el tratamiento.

- Hija...

- Buenos días.. ¿Qué pasa?- pregunto al ver como me miraba.

- El doctor Chams está aquí, quiere verte.

Suspiro.

Es obvio que el doctor no vino porque le nació venir, ellos lo llamaron ya que no he querido volver a pisar la clínica.

A los únicos lugares que estoy yendo últimamente es sólo al super, la tienda, la casa de Alondra y por supuesto la librería.

Suspiro una vez más y resignada le digo que lo haga pasar.

Mamá se para y sale de la habitación unos minutos, los cuáles aprovecho para lavar mis dientes y mi cara, estaba sudando frío.

Cuando se abre nuevamente la puerta ya me encuentro en la cama arropada.

Entra el doctor, mi madre y mi padre.

- Hola, Ayleen.

- Buenos días, doctor.

- Te diría lo mismo pero ya veo que no son muy buenos para ti, te ves muy pálida.- dice y respiro profundo.

El señor Chams se queda mirándome por unos segundos, espectante.

- Bien, iré al grano. Tus padres me llamaron porque están preocupados por ti.- miro a mamá y a papá con los ojos entrecerrados, ellos desvian la mirada.

- Lo supuse.

- No creas, yo los iba a llamar porque tu última cita era la semana pasada y no fuiste.- hace una pausa.- Ayleen, no le "ordenare" que hacer, pero si le sugerire algo...

- Tranquilo, no estoy pidiendo su ayuda, ni su opinión.

- Ayleen..- me advierte mi padre. Ruedo los ojos.

- No, déjela señor. La entiendo.

- Sí, claro..- susurro.

- Mejor esperemos al doctor afuera, cielo.- le dice mamá a mi padre sacandolo del lugar. Cierran la puerta detrás de ellos.

El doctor Chams se sienta en un sillón que esta al otro extremo del cuarto, yo lo imito pero sobre la cama.

- Al grano, doctor.

- Bien. Ayleen, tus padres me explicaron la situación que estás pasando. Como ya dije no te obligare a nada, sólo te aconsejare.

<<Seré directo. Estás muriendo y lo sabes.- se formó un nudo en mi garganta. Nadie nunca lo había dicho en voz alta y de esa forma.- Años atrás había una posibilidad de que sobrevivas a esto, pero ya esa oportunidad se fue. Lo único que te queda es el tratamiento que te ayuda a respirar más tiempo y poder lograr tus metas y/o sueños. Es tú decisión si prefieres morir sin llegar a ese punto de tu vida, porque si sigues el tratamiento tú vida se puede alargar unos cuatro o cinco años. Bueno, eso era antes de que lo interrumpieras por dos meses y una semana.

- Ya tomé la decisión, doctor.

- Ese chico realmente te hizo mal..

- No se atreva a decir eso doctor, porque de pronto se me va todo el respeto que tengo por usted.

- Lo siento, no quise decir eso. Recuerde que yo también lo conocí, también me duele. Pero hay que superarlo y seguir adelante. Nunca se puede depender del destino de otra persona que no seas tú misma.

- No me retractare doctor.

- Eres nesia... Bien.- dice parandose y agarrando el maletín que ahora me fijé que llevaba.

- ¿No me dirá aproximadamente cuánto tiempo me queda?

- Ayleen, sólo viéndote sé que te quedan por mucho dos semanas. Estas muy flaca y débil.

- Gracias, doctor.- digo y se me escapa una lágrima.

- Ojalá y valga la pena por lo que haces esto, pequeña. Te vamos a extrañar demasiado.- dice mirándome con añoranza antes de salir y cerrar la puerta.

Minutos después escucho a mi madre llorar a pulmón. Se me hace un nudo más grande y comienzo a llorar y a votarlo todo.

En dos semanas morire.

Tengo dos semanas para decirle que lo amo.

En dos semanas estaré con él.

No Digas NadaWhere stories live. Discover now