Capítulo dieciséis

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✖NO DIGAS NADA✖
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Hace un año y dos meses...

Toco el timbre desesperadamente porque ¡cielos! Llevo esperando una eternidad y sé que él está porque sólo repite un "un momento", "espera", "ya casi" que lo único que hacen es desesperarme aún más.

Después de tres sesiones de tocar el timbre como maniatica entonces la puerta sé abre. No puedo evitar sonrojarme cuando Ian me regala esa vista.

Está con el torso desnudo y tiene unos vaqueros que muestran una línea gruesa de su boxer negro, tiene el pelo desordenado y se ve con cara de dormido. Es
.. Totalmente sexy. Creo que estoy teniendo una erección mental o mejor aún, un orgasmo.

Recorro la mirada desde su rostro hasta la línea de bellos que descansa en su abdomen y baja hasta perderse dentro del boxer.

Cuando vuelvo mi mirada a Ian me doy cuenta que me está observando con una sonrisa divertida y una ceja alzada.

Carraspeo para recuperar los sentidos y volver a la idea principal; estar enojada.

Frunzo el ceño y cruzo los brazos.

- Duré media hora tocando el timbre.- fue lo único que me salió decir.

- Lo siento estaba.. Haciendo algo.- dice con una sonrisa dudosa.

Entre cierro mis ojos hacia él.

- Bien... Te doy el libro que me pediste y me voy, no quiero ir a interrumpir algo.- lo último lo digo como un susurro y amargamente, incluso hago una mueca.

Busco el libro en mi bolso y oigo la ronca risa de Ian, alzo la cabeza con una ceja alzada.

- ¿Qué te causa tanta risa?

- Sólo entra.- dice halando de mi brazo hasta quedar demasiado cerca a él, en un abrazo.

Tengo mis manos en su pecho y él me rodea con sus brazos. Sonrio por el olor que enama.

- ¿En serio piensas que soy así?- pregunta después de varios segundos de abrazo.

Me separo para verlo mejor a la cara.

- ¿Cómo?

- De estos que huyen de los sentimientos, de los compromisos.

Juro por mi semilla que no estoy entendiendo ni mierda.

- ¿De qué hablas?

- Ayleen.- me estremezco al oír mi nombre de su voz tan ronca.- No sabes cuánto te quiero. De verdad que no sé cómo pasó pero mierda, estaría siendo un vil mentiroso si te digo que cada segundo que estoy contigo no me vuelves más loco. No puedo pensar en más nadie que no seas tú ¿dónde está el manual para sacarte de aquí?-pregunta señalando su cabeza. Trago en seco.- Es cierto, nunca he huido de los compromisos, nunca me han afectado. Siempre he pensado que una relación es lo más hermoso que podemos tener, pero me dije a mi mismo que debería tomarme un tiempo con esto de las relaciones. Contigo todo cambia, tú rompiste con todo eso "del tiempo" porque quiero eso contigo, quiero ser tú amigo, tú novio, tú cómplice, tú esposo, quiero tener miles de pequeños Ian y pequeñas Ayleen.- ríe y yo también pero con lágrimas en los ojos.- Porque te quiero a ti y nadie más que tú en mi vida cumpliendo ese papel.

Termina y yo sólo quiero llorar por la emoción.

- Esto es tan... Hermoso. Todo lo que dijiste.. Yo también te quiero demasiado Ian. Es como si tú fueses lo que me faltaba en la vida. Tú..

- ¿Quieres ser mi novia?

Mis piernas tiemblan y mi estómago ruje. ¿Que si quiero ser su novia? Quiero ser más que eso.

En respuesta lo beso. Muerdo su labio inferior mientras el reacciona y comienza a besarme. Dentro de poco él sé volvió el que dirige el beso y yo no protesto cuando éste sé vuelve más intenso. Él coloca una mano en mi mejilla mientras su lengua se introduce a mi boca y rosa con la mía.

Todo es calor e intenso.

El libro se cae pero no prestamos caso. Hay jadeos y falta de respiración, por lo que sé separa y recuesta su frente de la mía.

Estamos consiguiendo respirar. Jadeando.

- Te quiero mucho, novia narco.

- Te quiero demasiado, novio idiota.

No Digas NadaWhere stories live. Discover now