Capítulo ocho

61 2 0
                                    

✖NO DIGAS NADA✖
__________________________________________________

Un año y cinco meses antes...

- ¡Alondraa...!- grito realmente fuerte entrando al curso donde Alon coge clase de Historia pensando que ya se había acabado, pero no. Todos me miran como si yo fuera una maldita drogadicta sin neuronas, o si tengo, están secas.- Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda...- esa palabrita tan hermosa la repito una y otra vez mientras voy caminando en reversa para luego salir corriendo de ahí.

Mi vida es tan hermosa...

***

- ¿Quieres explicarme por qué entraste como una loca a mi clase? Se supone que la que comete estupideces acá soy yo, no tú. ¿Qué te está pasando en estos días que estas cometiendo tantas idioteces? ¿Me quieres robar el trono de estúpida?- habla Alon cuando llega y se sienta al frente de mi en la cafetería del liceo. Tengo la cabeza abajo apoyada de mis brazos que están sobre la mesa sucia llena de gérmenes, si la levanto temo que me tiren tomates o algo así.

- Cosa me dijo que quiere que nos juntemos.- dije entre dientes.

- ¿Y cosa es...?

La miro como si fuera lo más obvio del mundo, porque en realidad, entre nosotras, debería ser bastante obvio.

- "La i"- digo y ella de inmediato se sobresalta, y cuando digo que Alondra se sobresalta hablo de que da un brinco en la silla y vota un chirrido, bien, no levantaré la cabeza dentro de mil siglos.

- Y ¿cómo se supone que se juntaran si él piensa que soy yo, no tú?- pregunta Alon levantando una ceja.

- Tendré que decirle la verdad, que no soy la hermosa Alondra Félix.

- Que en cambio, eres la maravillosa Ayleen Sparrons.

Ruedo los ojos mientras levanto la cabeza con una sonrisa.

Estoy feliz porque voy a recuperar mi libro, y nadie sabe por qué más.

No quiero asociarme con él ladrón de libros, pero tengo que admitir que los días que tengo "hablando" con él me ha caído demasiado bien. No estaría mal tomar aunque sea un café con él.

***
- Alon, iré.- digo dejándome caer en la cama, estoy agotada.

- ¡Que bueno que Dios te ha iluminado! Creo que comenzare a ir a la iglesia, ya veo que los milagros existen y en todo caso no quiero vivir la eternidad en fuego y toda esa mierda de religiosos.- dice Alon hablando extremadamente rápido, como siempre.

Río porque ella no tiene remedio, ni quiero que lo tenga.

- Es mañana, en la biblioteca a las cuatro en punto. Estoy nerviosa.- digo sin evitar comenzar a arreglar mi pelo como si diera asco.

- No estas nerviosa. No te preocupes, te arreglaré y quedarás más hermosa de lo que eres.

- Me conoces tanto...

- Lo hago, somos amigas desde él jardín de niños, se hasta cuando tienes ganas de cagar.

Dice y río, porque, en parte, es cierto.

Bien, mañana tendré mi libro y tomaré un café con mi ladrón favorito, sólo espero que mi corazón no me vaya a traicionar...

No Digas NadaWhere stories live. Discover now