LIV

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—¡Kennyyyyy! —grité en cuanto entré al recibidor— ¡Traje pizza!

La primera en recibirme fue Karen, quien a su vez fue seguida por Kevin.

—¡Cállate, cállate, cállate! —exclamó la menor varias veces, mientras tomaba la pizza y la llevaba hasta la cocina.

Me crucé de brazos.

—¿Ahora por qué tanto odio al tío Craig?

—Pienso que te gustaría ser más que un tío, ¿a que sí? Tal vez un cu...

La mirada de Kevin insinuaba algo que yo reconocería en cualquier lugar.

—Nada que ver, Kev. Ahora, cuéntame, ¿por qué tanto alboroto por la primavera?

—Bueeeeeeno, ahora que lo mencionas, es algo muy complejo, ¿sabes? No creo que lo entiendas.

—Traje una pizza de pepperoni y me la arrebataron de las manos. ¿Acaso eso no es suficiente como muestra de interés?

—Tal vez.

—¿Y dónde está Kenny?

—Creo que aún duerme. O tal vez salió por la ventana, no sé muy bien. No estoy todo el día al pendiente de mi hermano mayor. ¿Puedes creerlo? —preguntó sarcásticamente.

—Ja-ja —contesté del mismo modo. Acto seguido dejé las llaves del auto sobre la mesa del recibidor—. ¿Saben? A mi hermana le hubiera gustado tener a alguien como Kenny de hermano. Ya saben, él parece preocuparse más por ustedes que por su propia vida.

Al final del pasillo vi cómo Karen iba de aquí para allá en busca de preparativos para fiesta, probablemente los que habían comprado aquella vez que nos fuimos sin ellos.

—¿No tienen nada que hacer hoy, verdad? —me preguntó Kevin una vez que se volvió de nuevo hacia mí. Se notaba nervioso pero, a la vez, tranquilo.

«Dos opciones, una solución.»

—Definitivamente estamos libres hoy.

Me decidí por fin ir en busca de Karen.

—¿Por qué tanto alboroto?

—¿Que no te has dado cuenta ya? ¡Los hombres son tan estúpidos!

—En eso tienes razón —admití, un tanto apenado—. Pero de verdad que no entiendo.

—¡Es el cumpleaños de Kenny, gran imbécil!

Por fin entendí. El pastel, los preparativos, el inicio de la primavera y que Kenny no estuviera presente encajaban a la perfección. Pero, de ser así, ¿por qué él mismo no me lo había mencionado antes? ¿Acaso no había notado la razón del arduo esfuerzo de sus hermanos?

—¿Cómo Kenny no lo sabe aún?

Karen revoleó los ojos.

—Supongo que igual es un tremendo imbécil. Aparte, el año pasado la primavera no cayó en su cumpleaños. Y no se molesta en saber qué día es cual. No sabe qué día es mañana ni sabrá qué día será en un mes.

—Ah —me limité a decir, antes de caminar hacia la habitación de Kenny.

—¡Craig! ¡Espera! —gritó Karen desde el almacén— Si no me equivoco, Kenneth está dentro de la segunda habitación. Kevin se encargó de encerrarlo con llave hasta que terminara con los preparativos. Odio verlo encerrado. Si lo encuentras aún dentro, te ruego que te lo lleves a otro sitio. No quiero arriesgarme a que encuentre una llave maestra dentro y salga.

Aún seguía pensando en los planes malévolos de Rebecca, por lo que aquella larga conversación con Karen me mareó. Asentí, y me volví hacia el pasillo, a la segunda habitación, para ser más exacto.

Todavía no me lo podía creer. ¿Rebecca era tan zorra para meterse con Kenny, sólo para lastimarme? En cualquier caso, ella ya sabía sobre mis sentimientos ajenos a él. Y, ¿cómo era Kenny tan estúpido para entrometerse en los sucios planes de mi ex novia sin darse cuenta? Ahora sí podía creer que no sabía qué día era hoy.

Encontré una llave justo encima de una mesilla del pasillo. Si no me equivocaba, era la que abriría la puerta de la segunda habitación.

Con cuidado, metí la llave en la cerradura. Después de que ésta cesó, un suspiro de alivio se oyó detrás de la puerta. El rechinido de la cama me alertó sobre que el rubio seguía dentro.

—Ya era hora. ¿Traes pizza?

Cerré la puerta detrás de mí.

—S-sí. ¿Por qué...?

—Rebecca llamó. Bueno, te llamó. Dejaste el teléfono de casa justo a mi lado. Tuve que contestar. Quiere que nos reunamos hoy en UV Unicorn's, o algo así, a las seis. ¿Qué dices?

—¿De verdad quieres?

«Di que no. No sabes en lo que me estás metiendo.», pensé por un segundo. «No sabes lo que me estás haciendo.»

—¡Obvio que sí? Quiero ver de nuevo a esa pelirroja tan sexy, que me pone tan...

Hasta ahí dejé de escuchar. Recordé las palabras de Karen. A pesar de decirlo de una forma tan mandona, realmente le hacía ilusión lo que estaba planeando. Hasta a mí me rompería el corazón que todo esto, planeado desde hacía días, por cierto, quedara arruinado.

Con un enorme nudo en la garganta, dije:

—Vale.

South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]Where stories live. Discover now