XXXIII

747 120 45
                                    

Las horas pasaron rápidamente. Pero la última clase fue el verdadero infierno.

—¿Desde cuándo lo conoces?

—No sé.

—¿Ya se besaron?

—No.

—¿Ya tuvieron...?

—¡No ha pasado nada, Wendy! —grité, ya un tanto harto de contestar la misma respuesta desde hace una hora—. Sólo le quiero demasiado, ¿sí? No sé qué haría si le pasara algo y ya. Nada más.

—¿Y sabes si a él le gustas? —preguntó ya un poco más tímida que antes.

Suspiré. Me recosté en la mesa de madera y hundí mi cabeza en el hueco que formaban mis brazos.

—No sé. No me ha dado alguna señal sobre aquello. Pero creo que se nota demasiado hacia dónde va su orientación. Está claro que no es gay.

Wendy me sonrió, y acercó sus labios a mi oídos, tratando de buscar privacidad.

—Entonces... ¿lo de Tweek era cierto? ¿Tuvieron tal relación?

—Tweek y yo sólo fuimos amigos. Teníamos nueve años, entonces nunca fue nada serio.

Soltó un inmutable "oh" y se volvió a su lugar.

—Entonces, ¿qué gano con decirte esto? ¿Me ayudarás?

—Parece que no la necesitas demasiado. Tienes a ese tipo con ojos rojos de tu lado, ¿no?

—¿Escuchaste mi conversación con Damien?

—Estoy segura de que ocupa lentillas.

—Wendy —musité, desviando la mirada.

—Está bien. Tal vez oí un poco. Fui al baño, ¿sí? Y, como ya sabrás, las mujeres no podemos evitar oír conversaciones de chicos. Es increíble.

—Te gustará saber que a nosotros nos importa una mierda de lo que hablan ustedes, ¿verdad?

—La lista de cuarto grado no dice lo mismo, Craig —mencionó, con un tono superior. Se metió la tapa de la pluma en la boca y comenzó a juguetear con ella.

—Jamás me importó ser uno de los últimos. —Aunque realmente en su tiempo me lo había tomado muy a pecho, a pesar de no demostrarlo todo el día. Y es que nadie se lo había tomado en serio, a excepción de Clyde, claro está. Y de Cartman. Y de Kyle.

—Esa vez propuse ponerte en los primeros cinco, pero ya sabes...

—Bueno. Qué importa ahora. ¿Me ayudarás?

—Claro. Soy Wendy.

—¿Y cómo?

Rodó los ojos.

—Craig: tu amor está saliendo con mi mejor amiga. ¿Me crees incapaz de espiarlos y darte todo indicio de que su rollo va en serio? Podría decirte hasta lo que no sabes...

—¿Y tú qué ganas? —le pregunté. Faltaban tan solo unos minutos para que el toque del timbre sonara.

—Odias a Stan Marsh, ¿cierto?

—Más que a mi vida.

—Mierda —musitó—. Bueno. Arréglame una cita con Kyle Broflovski y te ayudaré.

—¿Qué?

—Bebé me ha contado mucho de él —admitió—. Dice que tiene el trssero suave...

—¡Bien! ¡Bien! Lo haré. Pero ahora no puedo. Está...

—Enfermo. Lo sé. Me lo dijo Stan.

—Si supieras la verdad, te retractarías de nuestro trato. Así que cuando regresé te ayudaré.

—O puedes ir a su casa y decirle que iré a verlo.

—No creo que a su madre le agrade aquello.

—Entonces no hay trato.

Y sin más, se volteó. Tras unos segundos, volvió hacia mí.

—¡Por favor! ¡Hazlo por Kenny!

—Bien —dije, tras pensarlo unos segundos—. Pero me dirás todo con detalle, ¿sí?

—Claro.

«Dios. Parezco una chica que manda a sus amigas a hacer su trabajo sucio.»

South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt