-Escucha bien Ana. -me explico cómo si de una niña se tratase- Mamá está arreglando asuntos, sabes que tu enfermedad es algo grave si no se trata a tiempo y con el respectivo tratamiento, ella cambiara de clínica.

Finalizó y simplemente me quede en silencio, esperando que soltara la bomba. Lo vi confundida y el igual, así nos dimos miradas algunos segundos y finalmente me canse esperar.

-¿Es todo? -pregunte incrédula.

-¿Qué más esperabas? -se levanto de la cama y camino hacia la puerta.

-¿A dónde vas?

Me acomode mejor en la cama y tome el móvil que estaba a un lado de la cama, el cual no tomaba mucho, pues no tenía a nadie con quien hablar y con Denisse, Manu o Josemy no podía, era muy noche en España y no quería entretenerlos, habían vuelto a clases ellos. Espere su respuesta.

-¿Augustus? -lo llame y volvió su mirada a mi, había estaba buscando algo en su mochila.

-Voy por un helado, nos vemos luego. -no me dejo ni contestar, yo quería uno.

Cerró la puerta con rapidez y fuerza. Volví a bufar aburrida por ni recuerda que vez el día de hoy. El móvil comenzó a vibrar en mis manos y me emocione, por las tonto que parezca, por algún mensaje que me había llegado, quería conversar con alguien.

-Número Desconocido.

-Cámbiate con nuestra compañía ahora y recibirás más benéficos. Contesta SI o NO a este mensaje.

¿Enserio? Aunque puedo cambiar de compañía, pero no me dice que beneficios. Esto es muy cruel, y pensar que me había emocionado por uno de los tantos mensajes que me envían por esto. Sería muy malo si cambio de compañía, como un engaño hacia la otra y tendría que terminar mi relación. Algo muy difícil...

-¿Ana? -levante la cabeza y asentí a mi madre- ¿Nada?

Preguntó refiriéndose a que traía el móvil en las manos y negué con una mueca. Lo deja a mi costado y espere a que mi madre se acomodara en el sillón donde antes estaba, quería saber quién le había llamado y con eso de que no hay nada más interesante, en estos momentos hasta saber los tipos de hilos de la abuela me ayudaría.

-¿Quién era? -dije sin más y mi madre me reprocho con la mirada.

-Es algo de papeleo, no te preocupes hija.

-¿Y qué pasará con la preparatoria? -fue tanto el tono de voz de susto que use.

Lo había pensado en varias situaciones estos días, ¿y la preparatoria? Me faltaban algunos meses para graduarme finalmente y poder ir a la universidad, me habían dicho que si cumplía con todos los puntos y presentaba exámenes dobles algunas semanas podría ya graduarme. ¡Con 16 años! Aunque entraría a la Universidad a los 17, algo apresurada.

-Hable con la institución y les comente sobre tu enfermedad. -pauso- Aseguraron que eso no te afectaba, pues solo tendrías que hacer unos cuentos exámenes y en octubre ya estarías graduada, aunque puedes entrar hasta el siguiente año a la Universidad. ¿Por favor? -me pidio lo último.

-Mamá, tengo que pensarlo, quiero entrar lo antes posible a la universidad. -añadí y me acosté.

-Luego lo hablaremos. -concluyó con la conversación, no muy segura y abrió su libro.

Me acomode mejor y daba gracias a los medicamentos y calmantes que me habían inyectado y tomado, ahora no me dolían tanto los huesos y podía descansar en paz, el tratamiento ya había iniciado ayer y me sentía mejor, imagino que yo era la única sin saber los resultados.

¿Primos? (Manu Ríos)Where stories live. Discover now