Capítulo 7: Fracasado.

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Había días en los que me sentía un fracasado total

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Había días en los que me sentía un fracasado total. Y no hablo de: Ay, soy un fracasado porque la gente me lo dice; uy que feo. No. Me refiero a que me sentía un tonto total, un tarado. Y éso es porque no hacía nada de lo que me proponía. Hace cinco semanas atrás me había dicho a mí mismo que le hablaría más a Eloísa y que, consecuentemente, ella iba a conocerme de verdad. Pero ya eran tres semanas que no la saludaba y no había palabras que pudieran describir la decepción que sentía hacia mí persona. Aunque me seguía preguntando el por qué. ¿Por qué le dejé de hablar? Y mí insulsa justificación era: Los días se convirtieron en semanas y... ya pasó un mes. ¿Hay siquiera algo más pobre que éso? Tal vez sí, pero no quiero buscar otro ejemplo.

Sentí un golpeteo constante en la cabeza que me había despertado a las cinco de la mañana, junto con unos llorosos ojos qued daban miedo. Es insoportable, pensé. Me sentía enfermo pero, ¿cómo iba a faltar al colegio en un día... en un día...? Ehm... Solté un suspiro.

No me acuerdo ni qué día es hoy.

Cerré los ojos y al segundo, los volví a abrir. Me giré para alcanzar mi teléfono, el cual se encontraba en la mesita más cercana a la cama y lo agarré. Cuando lo hice, pude ver qué hora era en el reloj despertador que todavía no había sonado. Me estoy dando cuenta de que nunca suena.

05:49

Me desplomé sobre la cama y encendí la pantalla de mí teléfono sin la necesidad de introducir ningún patrón o contraseña —ya me daba mucha flojera prender el teléfono, no podría ni acordarme de la contraseña y perdería mi posesión más preciada.Ya prendido, deslicé la barra de notificaciones y me fijé qué día era.

Martes.

Ah, martes. Bueno; ¿cómo voy a faltar en un día martes?, pensé. Ayer a penas y fue lunes, mañana es miércoles y éso no me saca los dos días siguientes. Faltar me sonaba a desperdicio. Desperdicio de falta, desperdicio de día, desperdicio de todo. Porque, sí me quedaba, ¿qué iba a hacer? ¿Quedarme como un muerto en la cama?, ¿andar como un zombi por la casa? Ay, Dios, pero qué complicado.

Ojos color primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora