7.

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La nueva ecografía había transcurrido con eficacia. Sus bebés pese a las complicaciones de salud de WonWoo se desarrollaban de forma óptima, habían crecido tres centímetros más de lo esperado y por lo tanto necesitaban más nutrientes. Por el simple motivo de estar entrando en el último trimestre de gestación los cuidados tenían que ser mayores, su dieta alimenticia había cambiado por completo; centrándose en nutrientes para el desarrollo cerebral y emocional de los bebés.

MinGyu y WonWoo se habían negado a saber el sexo de los bebés, sean niños o niñas, o ambos, los armarían por igual. Aunque muy en el fondo MinGyu anhelaba una princesa, pero eso serían detalles menores.

Ahora se encontraban de camino al departamento del mayor, con unas pequeñas fotos de la ecografía, donde ambos embriones ya tenían una forma más definida. Incluso, uno de los bebés había succionado su dedito mientras el lente lo enfocaba, ¡adorable! Habían pensado los padres.

—WonWoo, deberíamos alquilar un departamento más grande —MinGyu comentaba— Dos adultos y dos bebés en tu apartamento será difícil.

—¿Y de donde saldrá el dinero para eso? —WonWoo levantó una ceja— Tenemos muchos gastos en puerta, no podemos permitirnos el lujo de gastar dinero en algo de ese tipo —quiza el mayor tenía razón— Lo importante es que tenemos un lugar estable, el cambio puede ser después.

—Tampoco podemos darnos el lujo de posponer ese gasto —el moreno tomó la mano de su novio— Mucho menos para después de el nacimiento de los bebés, tendremos más gastos. Ya sabes; pañales, biberones, leche, ropa, comida, juguetes...

El menor mencionaba mientras numeraba con los dedos casa cosa que decía, la cabeza del mayor dio vueltas de sólo escucharlo. Realmente tenían mucho que hacer, y recursos limitados, suspiro recargando su rostro en el hombro del más alto. Ese lugar era su preferido.

—No sigas, por favor, amor —pidió WonWoo.

El menor asintió con los labios en una perfecta línea recta. Como el "hombre" de relación debía llevar la batuta de aquel desorden que sus pequeños llegaron a crear en sus vidas. Si tan sólo hubieran sido más cuidadosos al momento de tener relaciones.

No se arrepentía de haber sido partícipe en aquel acto de consumación, tampoco se arrepentía de ser progenitor de dos pequeñas vidas, pero si se arrepentía de haberlo hecho a una edad tan corta; una edad dónde no tenía nada estable que ofrecerles a su novio y a sus hijos, una edad dónde todo es efímero.

Si tan sólo hubiera controlado sus impulsos hormonales un par de años más la historia sería diferente. Tal vez él y WonWoo estuvieran casados y ambos con empleo o tan sólo con el suficiente fondo económico y un lugar mejor que un apartamento.

—Deja de torturarte —pidió de nueva cuenta el mayor— Ellos no son ningún error.

MinGyu suspiro ante la astucia de su pareja y acarició el vientre del mayor, olvidando que estaban en pleno lugar público lo abrazo por la espalda escondiendo su rostro entre el hombro y el cuello de Jeon y soltó un sollozo. Se sentía impotente al no ser capaz de ofrecerles algo digno a su familia. Sólo sollozos que al mayor le rompían el alma. WonWoo había olvidado lo menor que MinGyu era.

Acarició las manos de piel tostada que descansaban sobre su vientre, dejó que el menor llorara sin importar las miradas de la gente que pasaba junto a ellos. Una lágrima traspasó aquel buzo de manga larga hasta llegar a su hombro desnudó, ¿Como MinGyu podía ser tan fuerte? Sólo tenía diecinueve años y era el mayor portador de cargas en esa relación.

Que egoísta había sido WonWoo al creer que el mismo era el que peor la pasaba con tanto cambio hormonal, pero no, el más afectado era su precioso Minnie, quien tenía que soportarlo a el con todo y sus cambios, el colegio, el trabajo y las preocupaciones. ¡Demasiado para un joven de diecinueve años como Kim!

Jeon estaba apuntó de ceder ante las lágrimas que intentaban deslizarse fuera de sus ojos y unirse a su menor en una larga faena de lágrimas, pero unas pataditas lo detuvieron. Sus pequeños se estaban movimiendo como si quisieran alegrar a sus padres, y funcionó, Kim soltó una risita ahogada por las lágrimas.

—Preciosos —murmuró el moreno limpiando cualquier rastro de lágrimas— Todo estará bien, juntos nunca lloraremos. Ustedes son mi bendición.

Blessing    ~•[Meanie][Seventeen]•~Where stories live. Discover now