El silencio una vez más se hizo presente, y la verdad es que aún quedaba un poco de camino para llegar a su destino. Miguel vivía un poco retirado del centro de Madrid, pero por suerte contaba con su increíble auto que lo transportaba a todos lados cuando él quisiera. A diferencia de Rubén que él vivía a 15 minutos de la universidad y la mayoría de veces regresaba caminando a casa.

El silencio fue roto una vez más por el andaluz, quien había encendido el sonido del auto, dejando escuchar esa canción famosa de Twenty One Pilots, Holding On Yo You, captando la inmediata atención del noruego, quien lo miró con casi una sonrisa en el rostro.

- ¿Te gusta Twenty One Pilots?- Cuestionó el castaño con casi un brillo en los ojos de pura emoción. No mucha gente solía conocer a ese grupo en ese entonces ni mucho menos a ese género, ni siquiera sabía si a sus amigos le gustaba y conocer a alguien que le gustara le hacia la persona más feliz del mundo. Primeramente por que así tendría de que hablar y el silencio se rompería.

- Es mi grupo favorito. Tyler tiene una voz excelente.- Por fin había encontrado un tema de conversación y esperaba que eso los ayudara a poder llevarse mejor y sobre todo, a acercarse mas a él e invitarlo a salir como quería.

- ¿Excelente? ¡El tío canta de puta madre! Es de las mejores voces de hoy en dia. Nadie como él.- Rubén parecía un fanboy pero de verdad pensaba que la voz de Tyler era genial, sobre todo cuando hacía esos altos que no a mucha gente le salían bien. Cuanto daría por verlo en vivo aunque fuera una sola vez.

Miguel sonrió. Definitivamente todo mejoraría gracias a eso.

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El tiempo pasaba rápido. Rubén ya había estado enseñando lo más que se pudiera en esas horas que llevaban, así avanzarian rapido y no tendría que verlo más. Había sido un poco difícil al inicio pues Miguel no sabía absolutamente nada, como si jamás hubiese prestado atención a clases y no lo hacía, todas sus tareas eran hechas por las chicas que lo acechaban a diaro. Aunque pensándolo bien ese pensamiento había cambiado, gracias a que ambos compartían un gusto musical parecido algo que a Rubén le fascinaba y le hacía querer darle una oportunidad más para tratarlo. Había demostrado no ser tan capullo como parecía, de hecho habían coincidido en un par de gustos más.

Pero por suerte Miguel parecía aprender rapido gracias a la enseñanza del noruego, pues cada cosa que Rubius le enseñaba él lo guardaba en su memoria muy fácilmente, si tan solo hubiera prestado atención a clases en todo el maldito semestre. De hecho le sorprendía que fuera a reprobar esa materia, ya que al parecer se le daba bien pero Miguel no tenía confianza en sí mismo.

Se tomaron un receso, en el cual Miguel fue hasta la cocina por unas cosas y Rubén aprovechó a observar mejor la casa, o mejor dicho mansión en la que estaban. Podía notar lo ostentosa que era su familia, al parecer.

Era bastante grande y muy elegante, pero sobre todo se veía el dinero invertido, seguro que había sido muy cara. Sin contar a algunos sirvientes que tenía ahí. Por lo visto venía de familia millonaria. Pero en toda su estadía no había visto a los padres de Miguel ni un minuto, probablemente ni estaban.

- Mangel, ¿Dónde están tus padres?- Preguntó Rubén ya cuando el menor había llegado a la sala de estar con un par de bocadillos y bebidas para pasar la tarde. El mencionado elevo la ceja, divertido.

- ¿Mangel?- El noruego rió nervioso, se había dado cuenta apenas de que le había llamado de esa manera. Rubius tenia un problema, cada persona que conocía debía ponerle un apodo pues le parecía que llamarles por su nombre era aburrido. Y dado el caso que su ahora "amigo", por decirlo asi, se llamaba Miguel Angel, Mangel era un buen apodo que abarcaba ambos nombres.

- Oh, lo siento... Es por tus nombres. ¿Entiendes? Miguel Angel, Mangel... Si no te gusta dejo de decirlo.- Miguel se sentó a un lado suyo y sonrió, haciendo sonrojar un poco a Rubén, quien al sentir aquello desvió la cara para que no se diera cuenta. No debía comportarse de esa manera, tan sólo se trataba de una tarde de estudios.

- No, me agrada, Rubius.- Y una vez más el sonrojo adornó su rostro. Mangel suspiro, captando la atención nuevamente del noruego. - Mis padres están fuera... Visitando a unos familiares.- Rubén pareció comprender, aunque en el fondo algo le decía que estaba mintiendo. Pero prefirió desistir al tema.

Notó como Mangel se levantaba del sofá en el que estaban y lo miraba, haciendole una seña para que se levantara tambien, lo cual hizo y comenzó a seguirlo hasta su habitación. No sabía qué pretendía pero confiaba que no era nada malo como para no continuar su camino.

Asomó la cabeza dentro de la habitación una vez la puerta estuvo abierta, y su mandíbula casi se fue hasta el suelo al observarla. La pared estaba llena de posters de bandas que Rubén conocía muy bien, discos de vinilo y entre otras cosas. Era esa típica habitación de adolescente emo, aunque más grande de lo normal. Pero algo más le hizo casi gritar de la emoción. Había un lugar exclusivo para las cosas de esa banda con la que ambos compartían el gusto. Rubén tenía un par de CDs que se había comprado juntando algún par de euros cada que su madre le daba algunos, pues si no era en eso era en videojuegos, pero Miguel simplemente tenía todo lo que Rubén deseaba tener de la banda.

- Hostia puta... Esto es lo mejor que he visto en mi vida. Joder, que puta suerte tienes, Mangel.- Rubén parecía un flipado de primera, lo cual hizo reír a carcajadas a Mangel, pero Rubius pareció ignorarlo esta vez.

El andaluz se acercó peligrosamente a Rubius, y este en cuanto lo notó dio un paso hacia atrás, haciendo que Mangel se detuviera a medio camino. Se quedó en silencio, pero intentaba buscar las palabras correctas para mencionar, pues se rascaba la nuca. Parecía nervioso.

- Rubius, acepta salir conmigo, aunque sea una vez. Te juro que si no te diviertes te dejare en paz.- Y ahí estaba aquella propuesta que el dia anterior le había hecho. En primer momento le habría dicho que no, pero la estaba pasando tan bien con él en esas horas que decirle que no sería un pecado, así que, sorprendiendo al andaluz aceptó, esbozando una sonrisa.

- De acuerdo, trato hecho. Pero si comienzas de capullo yo me largo.- Y ambos sonrieron.

Miguel por que estaba logrando su cometido como quería, y Rubén por que un nuevo sentimiento comenzaba a nacer muy dentro de él. Un sentimiento que le costaría aceptar y del cual se arrepentiría.

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Antes el grupo que elegí fue Panic! At The Disco, pero siento que algunas canciones de Twenty One Pilots van mejor con la historia, así que lo he cambiado.
AÚN ASÍ ESCUCHEN AMBOS(??).

Ya, me callo un mes. Disfruten el cap. Las quiero, bbs♡.

It's Just A Game ; RubelangelKde žijí příběhy. Začni objevovat