Capítulo 4.

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El chico andaluz hacía sonar su zapatilla sobre el piso repetidamente, esperando a que Rubén llegara hasta donde habían quedado de verse para ir a la casa de Miguel.

Este último pensaba que quizás era la oportunidad perfecta para comenzar a seducirle y hacerle caer en sus redes, aunque ya tenía más que claro que le tomaría tiempo y le sería demasiado difícil. Rubén no era esa típica persona que le idolatraba y eso le restaba puntos, además lo odiaba y primero que nada debía hacer que cambiara de opinión al respecto. Intentaría agradarle primero.

Extrañamente no le gustaba la idea de que Rubén lo odiara, quería hacer de todo para que esa opinión cambiara y no entendía la razon. Aunque probablemente si se enteraba del juego que tenía que ver con él, el odio hasta le sobraría.

Su vista cambio ahora observando hacia al frente esbozando una ligera sonrisa. Se aproximaba hasta él un cuerpo delgado y unos centímetros más alto que él, bastante atractivo, con un jeans negro y una sudadera verde de DC, además de una gorra del mismo color.

- Hey, perdón la tardanza. Alex me ha estado preguntando muchas cosas y tuve que evitarle el tema.- Se veía mosqueado, lo suficiente como para que su ceño estuviese fruncido un poco. Eso a Miguel le hizo gracia y le pareció muy bello, lo cual lo hizo sorprenderse de sí mismo. Muy bien, estamos aquí para cumplir lo cometido no para ligar en serio, se repetía mentalmente intentando deshacerse de esas ideas raras en su cabeza.

-No pasa nada, Rubén. Vamos.- Miguel comenzó el camino hacia la salida de la universidad, mientras que Rubén seguía detrás suyo bastante distraído leyendo algo. Miguel se preguntaba que tan interesante era eso que leía que no le prestaba la mas minima atencion a él.

Ambos fueron hasta el auto de Miguel, un Audi color negro bastante llamativo y sobre todo caro. Ruben pasó la vista por este totalmente fascinado de estar tan cerca de uno de ese estilo. No era un gran amante de los autos pero reconocía cuando uno le gustaba a simple vista, o se le hacía bastante guay y este no era la excepción. Y al parecer Miguel lo había notado.

- Vaya, que cochazo tienes, tío. En mi vida podría pagar algo así, ademas no sé conducir.- Rubén se había adelantado a hablar sobre lo que veía. Nunca había aprendido a conducir y era algo que normalmente no le llamaba la atención. Eso de tener que estar cuidando de un auto no era lo suyo.

De camino a casa de Miguel, el silencio invadía el interior del coche. Ninguno tenía nada de qué hablar y si acaso la tenían no sabían cómo empezar. No se conocían en nada, pero ambos se debatían si preguntar o no. El andaluz se decidió, a fin de cuentas él era el interesado en eso, el que debía llevar el plan a cabo y mientras más rápido fluyera más rapido acabaría con ello.

- Y... ¿Cuántos años tienes?- Intentaba sonar natural, como si no estuviese forzado a preguntar para romper el silencio incómodo que se había formado en ellos desde que habían subido al vehiculo. De hecho la pregunta ya era bastante incomoda por si misma pero no tenía ni idea de cómo llevar una conversación con alguien que literalmente no conocía de nada.

Notó como Rubén giraba un poco el rostro para verlo, para luego desviar la mirada a la ventana a un lado suyo dedicándose a admirar el paisaje que iba por su lado. Bueno, sería ignorado por su tutor, genial. Pero cuando menos se lo espero el noruego se aclaró la garganta para hablar.

- Tengo 20 años, los cumplí hace unos meses. El 13 de febrero para ser exactos.- Miguel formó una sonrisa en su rostro. No creyó que fuese mayor que el, aunque solo eran tres meses.

- Yo estoy por cumplir los 20, el 26 de este mes.- Eso le había hecho recordar que necesitaba planear su fiesta de cumpleaños, donde probablemente invitaría a toda la universidad, sobre todo a esa chica que lo tenía loco, Beatriz.

It's Just A Game ; RubelangelWhere stories live. Discover now