Sangre y Aullidos.

Capítulo. XX. Sacrificio.

__ No me temas, sólo he venido a decirte que ya detengas esta farsa –aleja su mano de mi cara –él, ¿Lo piensas seguir engañando? Que perversa eres mi linda Cristal.

Sus palabras se clavan en mi pecho, ¡Es cierto! Sólo retraso lo inevitable. Bajo la mirada, siento que las lágrimas amenazan por salir. Estoy siendo cruel con él. Después de varios segundos alzo la mirada.

__ Está bien. Ya no seguiré con esto –mis ojos se ven inundados por las inmensas lágrimas – ¿Qué debo hacer?

Halk se acerca más a mí colocando su mano en mi hombro.

__ Tranquila ya tengo todo listo –señala la puerta –allí afuera te espera un auto, sólo hazlo de una vez sácalo de su mundo de ensueño o ¿Acaso no te importa lastimarlo aún más?

¿Lastimarlo? ¡Claro que no lo deseo, jamás! aprieto mis puños, la impotencia y la rabia hacen milla en mí. No quiero causarle más pena de la que ya tuvo en el pasado.

__ Por supuesto que no. Lo hare. Me iré. –sin decir nada salgo arrastrando mis pisadas.

Adiós a la vida que tanto desee vivir con Lucas, adiós a mis incrédulas fantasías de estar juntos. Con todo el esfuerzo del mundo evito girar la mirada, sé qué si lo hago seré débil e iré tras de él.

Siento a mi corazón encogerse al ir alejándome de él. en verdad lo siento... y mucho tenerle que dejarlo... pero es lo mejor, no quiero que esto terminé mal.

__ Perdóname mi amado, pero es lo mejor. –susurro conteniendo el llanto.

Lucas

__ ¡Cristal! –la llamo como si de ella dependiera mi vida y así es.

Mi cuerpo se mueve de un lado a otro buscándola, el no verla me aterra, siento como un frío recorre mi espina dorsal ¿Dónde está? A toda la velocidad que me permite mi cuerpo no paro de ir de un lugar a otro.

Hasta que la persona que menos quería ver aparece frente a mí. ¡Ese maldito Ghost! Me observa con una sonrisa burlona en sus labios. Con toda la normalidad se acerca a mí.

__ Ella ya no está. –Alza las manos – ¡Vamos déjala ir! Esa chica no es para ti. Tú y yo conocemos lo que serás en un futuro no muy lejano... su simple lacayo –suelta una carcajada –Cristal es mucho, es más de lo que puedes tomar.

Mi cuerpo se contrae por el deseo de partirlo a la mitad, sin tiempo a nada lo sujeto del cuello de la camisa.

__ ¿Qué es has hecho con ella? –Pero esa molesta sonrisa no se borra de su cara – ¡Dime bastardo!

__ Lo único que me das es pena. Lo que me molesta –dice cambiando su expresión a una enojada –es que tomaras lo que me pertenecía, la manchaste con tu sucio cuerpo.

Me da un empujón soltándose de mi agarre.

__ ¿Tuya? ¡Jamás lo será!

Él da un paso al frente y me señala, suspira y me mira a los ojos.

__ Haré que la aborrezcas lo suficiente para que ella te odie y más por los acontecimientos que están por pasar –retrocedo –tranquilo eso no te dolerá lo prometo.

De repente, todo a mi alrededor se vuelve oscuro y brillante a la vez ¿Por qué me siento así? en paz. Mis ojos se abren mirando como si buscase algo que aún no descubro del todo. Para completar mi mal despertar la alarma resuena en mis tímpanos.

__ ¡Qué molesto! –Camino hasta la ventana y retiro la cortina dejándome ver los imponentes edificios –había olvidado que estaba en la ciudad. –me digo a mí mismo.