Capítulo 31: "Escrito a mano"

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Mashiro y Sorata no tardaron en aparecerse por el lugar. Ambos se veían de buen humor. Se sentaron a conversar, y pronto, se encontraban los cuatro desayunando. Ryuunosuke miraba a su alrededor, sin prestar atención a la conversación; y en el panorama, sólo observaba cómo todos sonreían y bromeaban. Todo parecía indicarle que a diferencia de lo que sentía hace un rato, no eran Sorata o Mashiro los que sobraban, sino él... como siempre.

Rita desvió su atención algunas veces hacia Ryuunosuke, pero sus miradas no toparon en ninguna ocasión. Ella se sentía un poco triste, pero sabía disimularlo bien. Sólo Ryuunosuke era capaz de percibir esa clase de cosas, pero en ese momento no estaba interesado en analizarla. Su mente se encontraba divagando. No pasó mucho, antes de que decidiera sacar su celular, y se perdiera tecleando; navegando por internet y mostrándose desinteresado en el entorno.

La mañana romántica que habían iniciado, había finalizado de esa forma abrupta.

La tarde, comenzó a avanzar sin mucha diferencia. Después de desayunar, los cuatro se dirigieron al cuarto de Rita, y le ayudaron a volver a acostarse en la cama. Luego de esto, siguieron hablando, y jugaron videojuegos aprovechando que estaba todo instalado para este fin, en el cuarto de Rita.

En un inicio, Ryuunosuke optó por pasar de jugar. Pero de algún modo, terminó jugando junto al resto, no de muy buen ánimo, sino más bien con el mismo toque indiferente que lo había caracterizado aquel día.

Sólo Rita era capaz de notar, que el estado de Ryuunosuke estaba alterado. Para Sorata o Mashiro, verlo tan amargado era algo de cada día. Pero Rita, que esa mañana había entrado en contacto con el lado más sensible y profundo de Ryuunosuke; aquel lado tierno, amable, entregado, tímido y vulnerable; bien sabía, que sus ojos habían perdido el brillo que tenían hace varias horas atrás. Ahora, era el Ryuunosuke que había conocido en otros momentos. Aquel, que no dejaba que penetraran en su caparazón, aquel chico cerrado, que no mostraba más que una coraza aparentemente impenetrable.

De pronto, tuvo miedo de perderlo. De perder todo el terreno que había conseguido ganar acercándose de a poco, insistiéndole, interesándose por su mundo y por contactarse con su capa más tierna y profunda. Sintió miedo, miedo de que Ryuunosuke no volviera a quererse abrir con ella jamás. Sin embargo, intentó guardarse toda la angustia y el temor que esa situación le generaba.

A eso de las dos de la tarde, Rita recibió el almuerzo en su habitación, y a los chicos los obligaron a salir. El horario de visitas había terminado, y no volverían a recibirlos sino hasta las cinco de la tarde, después de que Rita continuara en sus terapias y fuera revisada por los médicos.

Una vez se encontraban los tres afuera, a Sorata por fin le pareció notar que su amigo Dragón, estaba todavía más silencioso que de costumbre. No sabía bien la razón, pero imaginó que se había peleado con Rita o algo por el estilo. Recordó entonces, que cuando se apareció por la cafetería junto a Mashiro, notó que los chicos parecían no estarse mirando... Ahora le parecía evidente, probablemente habían tenido alguna discusión.

— Akasaka... Creo que deberíamos almorzar también — mencionó Sorata acercándose a Ryuunosuke, con la verdadera intención de sacarle un poco de información, o al menos de alentarlo un poco al verlo tan deprimido.

— No tengo hambre — mencionó Ryuunosuke, sentándose en un asiento de la sala de esperas — Pero si ustedes deciden ir a almorzar, yo no tengo problemas...

— ¿Entonces no vendrás? — preguntó Sorata un poco preocupado. Ryuunosuke negó con la cabeza.

— Ya te dije que no tengo hambre por ahora...

I Miss You (Rita x Ryuunosuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora