Capítulo 23: "De vuelta a Sakurasou"

573 57 2
                                    


Ambos se encontraban demasiado lastimados como para caminar sin dificultades, así que decidieron avanzar juntos, sujetándose del hombro del otro.

— ¿No irás a buscar tus cosas primero? — preguntó Sorata recordando que Ryuunosuke había llevado muchas de sus pertenencias a su nueva estancia.

— No ahora — respondió con cierta dificultad al encontrarse débil — estoy muy cansado en este momento... quizás mañana vaya por ellas.

— Comprendo... — respondió Sorata — entonces te prestaré mi ropa por ahora — lo mira de reojo — tu uniforme quedó destrozado...

— ... Gracias — respondió Ryuunosuke esquivando la vista mientras intentaba ser amable.

— Por cierto, Akasaka... — Sorata hizo una pausa mirando hacia abajo — ya me enteré del estado de Rita.

— ¡¿Qué?! — Ryuunosuke detuvo su paso, mirándolo impresionado — ¿Shiina te lo contó?

— No, nada de eso... — continuaba mirando un poco triste al suelo — la misma Rita me lo dijo. Hablé con ella para preguntarle si sabía algo acerca de tu conversación con Shiina... Por alguna razón, estaba seguro de que ella tenía que ver en eso.

— Bueno, y ¿cómo fue que te lo dijo? ¿así sin más? — Ryuunosuke se sentía un poco molesto al pensar que para Sorata había sido tan fácil conseguir, que Rita le contara lo que le ocurría.

— No — negó con la cabeza — La verdad... me dijo que ahora que tú ya sabías la verdad, no tenía caso seguirlo ocultando. Que en un comienzo, lo que más quería era evitar que tú supieras la verdad.

— ¡¿Pero por qué?!... ¿Será que no confía en mí? — miró hacia un costado un poco triste.

— No tiene nada que ver con eso — respondió Sorata mirándolo directamente con determinación — Yo comprendo a Rita... quizás yo habría hecho lo mismo. Es porque te admira, no quería verse débil ante tus ojos... quería que pensaras que ella podía seguir pintando; quería que pensaras que no se había rendido y estaba persistiendo en cumplir sus sueños.

Ryuunosuke lo miró impresionado, le costaba imaginar que realmente Rita sintiera cierta "admiración" hacia él; pero lo que Sorata decía cobraba mucho sentido. Seguramente, para Rita había sido muy difícil admitir su realidad delante del programador después haberle sacado en cara, lo incapaz que era de seguir sus propios deseos y abandonar las expectativas del resto.

Rita amaba pintar, y por ahora había perdido esa capacidad. Si para él era tan doloroso pensar en esto, no podía imaginar lo difícil que había resultado para Rita, tener que admitir esa triste realidad. Le parecía que la única persona admirable aquí era Rita. Por eso, le maravillaba que ella sintiera algo similar por él... ¡Era tan injusto!

— Parece que yo fuera su pesadilla — respondió Ryuunosuke con un poco de tristeza en sus ojos, mientras miraba al suelo — Supongo que fui demasiado duro con ella aquella vez... — dijo, recordando la vez que discutieron bajo la lluvia.

— Tranquilo, Akasaka — Sorata lo miro esbozando una leve sonrisa — Fuiste tú quien le hizo reaccionar — Ryuunosuke miró sus ojos impresionado mientras continuaba escuchándolo — Si no fuera por ti... ella en primer lugar, no había vuelto a pintar.

— ... Tienes razón — respondió Ryuunosuke mientras comenzó a caminar nuevamente.

Sorata le siguió el paso, sin dejar de sujetarse de él, y dentro de poco, ambos llegaron a Sakurasou. Se sentían débiles, adoloridos y cansados. Al ingresar en la residencia, fueron recibidos por Misaki, quien se preocupó al verlos, y llamó a Iori y a Nanami que también se encontraban allí.

Juntos, los tomaron y llevaron a la habitación de Sorata, para atenderlos, tendiéndolos en la cama mientras comenzaron a revisar las heridas que tenían.

— Sí que se dieron duro esta vez — comentó Iori.

— No nos peleamos entre nosotros — aclaró Sorata.

— Tienen que ir al médico — sugirió Aoyama preocupada, viendo lo lastimados que se encontraban.

— Bueno... quizás — respondió Sorata.

— Ni hablar — dijo Ryuunosuke y se levantó de la cama un poco débil — están exagerando demasiado, no son más que unos golpes.

— ¿Te parece que exageramos? — preguntó Misaki mostrándole un espejo en el que se evidenciaba que tenía un ojo inflamado y un poco de sangre en el rostro.

Al parecer, había recibido muchos más golpes que Sorata. Quizás se debía a que había hecho rabear demasiado a esos chicos.

— Al menos dejen que los atendamos aquí en casa — comentó Nanami con un botiquín en sus manos.

— ¡Buena idea! — exclamó Misaki y se acercó a Ryuunosuke para desabrocharle la camisa.

— ¡Déjame! — exclamó Ryuunosuke mientras tiraba de su camisa muy sonrojado, luchando para que Misaki no se la arrebatara.

— ¡Dragón! Sólo quiero ver tus heridas...

— ¡No! Ya es suficiente — continuó luchando, pero Iori le sujetó los brazos y juntos le quitaron la camisa.

— ¿Lo ves? No fue tan terrible — dijo Misaki sonriendo mientras comenzaba a desinfectar algunas de sus heridas.

— ¡Duele! — Se quejó Ryuunosuke sin poder oponer resistencia, todavía siendo sujeto por Iori.

El chico esquivó la vista mientras esperaba que ese momento pasara rápido. Era una situación sumamente vergonzosa para él, ya que era demasiado pudoroso.

— Ya terminamos — dijo Misaki sonriendo y luego se acercó a Sorata — ¡Ahora es tu turno, Kohai-kun! — Sorata se sonrojó un poco.

— Eh... está bien.

— Por fin... — Ryuunosuke suspiró aliviado, y se alejó para registrar en el armario de Sorata.

— ¿Qué haces? — preguntó Sorata mirándolo extrañado.

— Dijiste que me prestarías algo, ¿verdad?

— Ah, es cierto — dijo recordando que Ryuunosuke no tenía su ropa en ese momento — toma lo que quieras.

Ryuunosuke seleccionó algo al azar, sin darle demasiada importancia, y se alejó del cuarto de Sorata, dirigiéndose al baño para tomarse una ducha. Una vez terminó de bañarse se dirigió por fin a su habitación, donde podría estar tranquilo.

Al llegar, se recostó sobre la cama un poco adolorido. Se sentía realmente a gusto en ese lugar. Lo echaba de menos, pero en ese momento no podía disfrutarlo demasiado. Hacía rato se sentía mareado, con dolor de estómago e increíbles deseos de vomitar, pero intentó tranquilizarse. Tomó su celular, para distraerse un rato, y se topó con un reciente mensaje no leído de Rita: "¿cómo estuvo tu día de escuela?".

— Bastante extraño — escribió Ryuunosuke.

— ¿Por qué? — Rita había contestado en forma inmediata.

— Volví a la residencia, con Kanda y los demás...

— ¡Eso es maravilloso! — respondió Rita y continuó escribiendo — Entonces es un gran día, ¿verdad? ¿cómo fue que regresaste?

— Te equivocas — respondió mientras escribía otro mensaje — En realidad, podría decir que gran parte de este día fue horrible.

— ¿Por qué? ¿Pasó algo malo?

— Sí. Dos sujetos nos golpearon a Kanda y a mí, y destruyeron mi notebook.

Para su sorpresa, Rita no escribió nada más. En lugar de eso, su teléfono comenzó a sonar. Ella había decidido llamarlo.

Ryuunosuke no lo pensó demasiado y contestó el teléfono.

I Miss You (Rita x Ryuunosuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora