27 ¦ Felicidad

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Hoseok se despertó, como le solía pasar, el primero de todos. Palpó la cama y se dio cuenta de que Jimin no estaba. Su primer pensamiento fue que se había dormido de nuevo en la silla, pero al no verla en la habitación, empezó a dudar.

Se levantó y descalzo fue a investigar por la casa. No estaba en el salón tampoco. Ni en la cocina. Ni siquiera en el baño.

Hoseok se empezó a preocupar. Fue a la habitación de sus padres y allí tampoco estaba. Finalmente, entró a la de su hermana.

Suspiró de alivio al ver que estaba con ella. Luda estaba envuelta por los fuertes brazos de Jimin, que le servían de almohada. A Hoseok se le derritió el corazón de la ternura. Se acercó a la cama y se arrodilló para ponerse a su altura. Cruzó los brazos sobre el colchón y apoyó la barbilla en uno de sus antebrazos.

El aliento pausado de Jimin le hacía cosquillas en la nariz. Siempre respiraba tan profundamente...

Pudo ser que Jimin notara la presencia de Hoseok, porque abrió los ojos poco a poco, despertándose, y encontrándose con los ojos del castaño.

Ambos se quedaron callados, por no despertar a Luda. Hablaron gesticulando palabras, leyéndose los labios.

—¿Cómo has acabado aquí?

—Queríamos dormir juntitos.

Hoseok no pudo evitar sentirse un poco celoso, pero por nada del mundo hubiera dejado que Jimin se diese cuenta.

—Estás celoso. —sonrió Jimin.

Hoseok hundió la cabeza entre sus brazos. Jimin llevó una de sus manos al pelo de Hoseok para acariciarlo. Este se sorprendió, pero se dejó acariciar. Jimin bajó un poco su mano hasta llegar a la mejilla del menor. La tocó como si de una copa de cristal se tratara.

De nuevo unas irresistibles ganas de besar a Jimin brotaron en sus sentidos.

¿Por qué se moría por tocar a Jimin?

¿Jimin... Jimin también pensaba en él de aquella forma?

Lo único que pensaba Jimin en ese momento era que la mejilla de Hoseok era más esponjosa que la de su hermana.

Luda abrió los ojos de repente.

—Cine —dijo— ¡Cine, cine, cine!

Miró a Jimin y a Hoseok muy animada y empezó a gritarlo más y más fuerte. Se levantó a la velocidad de la luz y fue por toda la casa dando los buenos días y celebrando que ese día irían al cine.

Hoseok la miró irse de su habitación tan contenta. Jimin y él empezaron a reírse.

—Vamos, Señor Jimin —lo miró con dulzura—. A desayunar.

***

Los seis estaban ya en las puertas del cine. Pensaban en cuántas palomitas comprarían para comer. Decidieron coger tres grandes boles, para compartirlos en parejas.

El tema de los asientos fue fácil de decidir. Luda quería estar entre mamá y papá, aunque Jimin era muy tentador. Al lado de Namjoon se puso Yoongi. Y, finalmente, vieron correcto que entre Yoongi y Jimin estuviera Hoseok.

A la hora de llevar a Jimin hasta su asiento, había que cogerlo en brazos y plegar la silla de ruedas.

Namjoon se ocupó de llevar a Jimin hasta su asiento, mientras que Hoseok plegaba la silla con gran habilidad.

La película estaba por empezar y Luda ya estaba chillando de la emoción.

—La enana quería verla, me da a mí. —recalcó Yoongi, dirigiéndose a Hoseok.

—Sí... —suspiró él — Lleva dos semanas en cartelera y no ha parado de hablar de ella. En su clase la han visto todos.

Jimin escuchaba la conversación, intentando hacerse el loco.

A él le tocaría compartir palomitas con Hoseok.

La película empezó. La primera escena era muy tópica. La famosa escena de playa en la que un narrador va citando un montón de frases tópicas sacadas de páginas de internet como "Estados del Messenger".

En la trama, los protagonistas viven una historia de amor imposible, en la que ni siquiera la fuerza de sus sentimientos consigue superar todos los obstáculos que se les vienen encima.

Yoongi fue a coger palomitas, pero Namjoon había raptado por completo el bol. Estaba tan sumergido en la película que no prestaba atención a las quejas de Yoongi.

La escena del beso vino. Y fue una escena un poco subidita, cosa que a Jinna no le gustó mucho, pues luego Luda no sería capaz de borrar aquellas imágenes de su cabeza y se pensaría que los besos eran así de maravillosos.

Jimin se había metido por completo en la historia. Hacía muchísimo tiempo que no iba al cine, y menos acompañado de gente nueva. Fue a coger palomitas del bol que Hoseok sujetaba en su regazo, pero algo sucedió.

Yoongi, harto de pasar hambre, aprovechó que Hoseok estaba absorbido por la película para coger sutilmente su bol de palomitas. Robárselo, básicamente.

Y, cuando lo hizo, la mano de Jimin fue a parar a lo que ahora sustituía al bol.

Hoseok se sobresaltó al sentir la mano de Jimin en su entrepierna y lo miró asustado. Jimin lo miraba igual de asustado.

Pero no dijeron nada. Ni perdón, ni explicaciones, nada.

La protagonista separó sus labios del protagonista y le susurró "Deberías tener más cuidado".

Tanto a Jimin como a Hoseok les recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. ¿No era aquella... su frase?

Salieron del cine cuando ya se había hecho de noche. Yoongi no dejaba de bostezar, confirmando que la película había sido aburridísima. Luda estaba fangirleando tanto por dentro como por fuera, porque no dejaba de comentar cada mísera escena de la película con su madre. Namjoon le había robado más palomitas a un desconocido y se disponía a robar todavía más. Hoseok y Jimin avanzaban más lento, por detrás de todos ellos.

—¿Qué le ha parecido la película? —preguntó Hoseok, intentando deshacer el silencio incómodo.

—¿La verdad?

—La verdad.

—Me hace reflexionar... Sobre si alguna vez he sabido lo que es amar.

Hoseok se extrañó al escucharle decir aquello.

—Claro que lo sabe, Jimin.

—No creo... A veces me da esa sensación.

Las comisuras de Hoseok se curvaron ligeramente hacia abajo y quiso saber más sobre aquel tema de conversación, pero justo los demás se percataron de su presencia y los hicieron integrarse en la conversacion de grupo.

—La próxima vez vemos una de acción. —dijo Yoongi, convencido.

—Otra romántica... —suspiró Jinna, a su bola.

—No, mejor una de ciencia ficción con efectos especiales... —dijo Namjoon, con un brillo especial en los ojos.

—¡No! ¡La próxima que tenga sangre!

Todos miraron a Luda atónitos. La niña esbozó una sonrisa muy tierna y elevó su puño al aire.

HopeMin ➼ DiscapacidadWhere stories live. Discover now