23 ¦ Protección

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Jimin se despertó en mitad de la madrugada y vio que Hoseok estaba dormido sobre su regazo. Le dio unos toquecitos en el hombro y Hoseok se despertó. Él mismo fue hacia la cama, sin ser realmente consciente de ello, y se tumbó. Jimin se acercó a la cama y, aunque la silla era un verdadero estorbo, consiguió arroparlo un poco.

Jimin se desperezó y sus tripas sonaron. Salió de la habitación haciendo el menor ruido posible y se sorprendió al ver que la luz del salón seguía dada. Era muy tenue y apenas molestaba a la vista.

Se acercó tranquilamente y descubrió a Namjoon sentado en el sofá, con un libro en las manos. Parecía muy intrigado por el contenido de este.

—Buenas noches, Jimin. —dijo sin apartar la vista del libro.

—¿Cómo lo hacen? Las ruedas no están sonando, he ido muy despacio. —A Jimin le alucinaba.

—Porque conocemos el sonido de las sillas de ruedas. —aclaró Namjoon, elevando la mirada para guiñarle un ojo.

Entonces Jimin entendió. Aquel día de picnic, en el baño del bar... Pensó en lo mucho que echarían de menos a su tío.

Jimin acercó la silla hasta el sofá, para quedarse al lado de Namjoon.

—¿Qué ocurre? —le preguntó este, preocupado.

—¿Usted también hace eso...?

—Aquí somos todos muy parecidos. —sonrió el padre.

—Me gustaría saber si mis padres también eran como yo.

Namjoon lo miró con empatía.

—¿No conociste a tus padres?

—Murieron cuando era pequeño. En un accidente de tráfico. Tan común...

—Yo tampoco los conocí. —respondió Namjoon. Jimin lo miró.

—¿Cómo se siente a su edad?

—La verdad es que me importa poco. Llevo tantos años sin saber cómo eran, sin haberlos tocado siquiera... Pero, ¿sabes una cosa, Jimin? Sé que me querían. Me querían como a nadie en el mundo.

Jimin guardó silencio y se sintió muy conmovido.

—Estoy seguro de que ellos también te querrían.

—Sí... —Jimin miró al techo— Algún día yo también tendré una familia a la que querer.

—Nos tienes a nosotros.

Se miraron un momento. Namjoon le hablaba con total sinceridad y a Jimin lo invadió el miedo.

—Namjoon, no... No diga eso así, parece como si fuera a quedarme en esta casa para siempre.

—¿Y no te gustaría?

El aliento de Jimin tembló. Tener una madre tan dulce, un padre tan protector, una hermana pequeña traviesa y un... un... ¿Hoseok sería su hermano pequeño también?

¿Que si no le gustaría?

Nunca había tenido una familia de ese estilo. Su única familia era Taehyung. Siempre había cuidado de él...

Jimin era consciente de que Taehyung lo había tratado muy mal en ocasiones, pero le daba de comer. Le daba techo. Le daba ropa, sanidad. Y, en ocasiones, le daba amor.

Si no hubiera sido por Taehyung, Jimin se hubiera muerto hace muchos años.

Namjoon se percató de que Jimin se había evadido de la conversación y quiso traerlo de vuelta.

—Jimin —Este lo miró—, te lo digo completamente en serio. Puedes quedarte con nosotros.

—¿Cuánto? ¿Cuánto tiempo?

—Toda la vida. —concluyó Namjoon, casi susurrándolo.

Jimin se llevó las manos al pelo para rascárselo. No sabía qué había hecho para merecer aquella hospitalidad.

—Namjoon, su familia es maravillosa. Nunca había conocido gente tan simple y llanamente acogedora.

—Nos han tachado de locos en ocasiones —explicaba—, pero nuestro secreto es seguir haciendo lo que nos gusta hacer.

—¿Puede contarme cosas sobre su tío?

Namjoon se sorprendió al escuchar aquella pregunta, pero sólo de pensar en contestarla ya estaba encantado. Le empezó a contar cosas sobre él a Jimin, algunas de las cuales ya sabía por Hoseok.

Estuvierom hablando durante un buen rato, hasta que a Namjoon se le empezaron a cerrar los ojos.

Cuando se fueron a despedir en el pasillo, Namjoon le dio a Jimin un beso de buenas noches en la frente.

No lloró porque ya había llorado demasiado junto a Hoseok, pero lo hubiera hecho. Nunca se había dado cuenta de lo mucho que había necesitado hasta ese momento un padre.

Un padre que se preocupara por él, que lo llevara de picnic, que lo salvara cuando estuviera en apuros, que se quedara con él hablando hasta tarde, que le diera consejos, que lo protegiera y que le diera un beso de buenas noches.

Un padre que le hiciera recordar que seguir con vida merecía la pena.

HopeMin ➼ DiscapacidadTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang