2 ¦ Casualidad

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Taehyung se levantó cansado, preparado para otro día en su rutina diaria.

Puso el café y las tostadas a hacerse y ayudó a Jimin a levantarse. Desayunaron juntos, Taehyung recogió los platos y luego se fue a duchar. Luego bañó a Jimin y lo ayudó a vestirse y, finalmente, se arregló para irse a trabajar. Le dio un beso a Jimin en la frente y se fue.

El menor se sentía apenado cada vez que se marchaba, pues lo empezaba a echar de menos nada más se iba.

Pero ese día tendría, por primera vez, algo importante que hacer: encontrar a Jung Ho Seok.

Salió de casa solo, cosa que hacía muy rara vez, y bajó las escaleras del portal a duras penas.

A base de preguntar a gente de la calle, consiguió llegar a su destino con rapidez.

Miró el gran edificio que se alzaba ante sus ojos. Era muy imponente. ¿El chico tímido del día anterior vivía allí?

Entraba y salía gente del edificio constantemente. Jimin se quedó cerca de la puerta durante quince minutos, con la falsa esperanza de que pasara por casualidad el chaval.

Afortunadamente, ocurrió.

Hoseok salía del edificio y se sorprendió mucho al ver a Jimin. Este le sonrió.

—Señor, ¿qué hace aquí?

Jimin sintió una puñalada en el estómago al oír lo de "señor" de nuevo y su sonrisa se borró instantáneamente.

—No me llames señor, que podría ser tu hermano mayor...

Jimin se empezó a acercar a él y, nuevamente, Hoseok le apartó la mirada.

—¿Por qué apartas tanto la cara?
—preguntó, deseoso de saber la respuesta.

Hoseok murmuró un inaudible "lo siento".

Jimin sacó de su bolsillo la cartera y se la ofreció.

—¿No la echabas en falta?

Hoseok la cogió a la velocidad de la luz.

—¿Por qué la tiene usted? —preguntó, nervioso.

—Se te cayó ayer al huir de mí.
—respondió Jimin, y empezó a reírse.

Hoseok se sentía cada vez más incómodo.

—No estaba huyendo... Yo...

A Jimin le inquietaba tanto como le atraía que el chico fuera tan misterioso. ¿O tan tímido era?

Entonces hizo algo que nunca pensó que llegaría a hacer. Le quitó a Hoseok la cartera de las manos y empezó a impulsar su silla lejos de él.

Hoseok estaba en shock, no sabía qué estaba pasando.

—¡Si la quieres, alcánzame!

Jimin cogió bastante ventaja, porque hasta que Hoseok reaccionó tuvieron que pasar por lo menos cinco segundos.

—¡Devuélvamela!

El chico consiguió darle caza justo al llegar a un parque. Jimin estaba agotadísimo, le ardían los brazos. Hoseok no podía ni respirar.

Fueron hasta un banco. Jimin se paró frente al banco y Hoseok se sentó en él, asfixiado.

—¿Por qué...? —quiso saber— ¿Por qué ha hecho eso de repente?

El corazón de Jimin latía muy rápido. Hacía tiempo que no sentía tanta emoción y adrenalina. Hacía tiempo que no empujaba su silla de aquella forma. Se dio cuenta de que hacía tiempo que no vivía.

HopeMin ➼ DiscapacidadWhere stories live. Discover now