12 ¦ Reconstrucción

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Ya que ese fin de semana estaría fuera con la familia de Hoseok, Jimin se propuso mimar mucho más que de costumbre a Taehyung durante la semana. Así también reafirmaría lo mucho que lo quería.

Nada más Taehyung llegó del trabajo, Jimin ya tenía la cena lista. Había decorado hasta la mesa.

—Bienvenido a casa, Tae. —dijo nada más este entró.

Cuando vio la mesa preparada la cara se le iluminó. A Jimin le hizo mucha gracia la expresión que puso.

—Mi vida, has hecho muchas cosas. —dijo animado Taehyung, dirigiéndose a la habitación para dejar las cosas.

Jimin lo esperó en la mesa.

El mayor estaba muerto de hambre y agradecía cada bocado que probaba. Jimin lo miraba cenar con ilusión. Se sentía muy realizado.

—Es la primera vez en años que me haces la comida. —comentó Taehyung, con la boca llena.

—Venga ya... ¿Nunca? —La voz de Jimin tembló un poco, sintiéndose culpable.

—Nunca en tu jodida vida. —Taehyung empezó a reírse y algunos trozos de comida se caían continuamente de su boca.

Jimin se forzó a sonreír. Se le habían quitado las ilusiones.

—A partir de ahora cocinaré más, cielo.

Taehyung casi se atragantó. Bebió agua.

—¿A qué viene esto de repente, si se puede saber? —preguntó Taehyung, travieso.

—Sólo quiero cuidarte tanto como tú me cuidas a mí. —respondió el menor, buscando su mano para acariciarla.

—Bebé... —Taehyung se dejó acariciar y luego siguió comiendo.

Vieron una película romántica juntos, por insistencia de Jimin. A Taehyung no le disgustó, pero no paró de hacer comentarios algo obscenos sobre la protagonista. Jimin no terminó de contar los cumplidos porque se perdió por el septuagésimo segundo.

Cuando ya estaban en la cama, dispuestos a dormirse, Taehyung se abrazó a Jimin. Se besaron una y otra y otra vez, hasta que cayeron dormidos.

***

Hoseok tendría la semana llena de trabajos y se estaba estresando él  solo. Necesitaba la ayuda de Yoongi y este no le contestaba, seguramente porque estuviera ya durmiendo. Ninguno de sus ordenadores iba, sus padres dormían y en su móvil no tenía acceso a internet todavía. Todo eran desgracias.

¿Quién podría ayudarlo a las doce de la noche (que menuda hora para Hoseok) sobre la literatura de hacía cuatro siglos?

Se dio de golpes con el libro contra la cabeza hasta que se cansó y lo dejó caer. Estaba demasiado cansado.

Había perdido mucho el tiempo esa tarde haciendo una lista de juegos para jugar en familia el día del picnic.

Bueno, para él no había sido perder el tiempo, pero para un estudiante que tiene que entregar diez trabajos en una semana sí lo había sido.

Cerró los ojos, tumbado en la cama, y la primera cosa que se le vino a la cabeza fue la cara de Jimin. Abrió rápidamente los ojos, como regañándose por haber pensando en él tan gratuitamente.

Los cerró más despacio esta vez y la imagen ya no apareció. Lo agradeció, pues en ese momento quería dejar su mente en blanco para poder dormir bien.

HopeMin ➼ DiscapacidadWhere stories live. Discover now