29 ¦ Evasión

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Mañana de domingo.

Hoseok ya se había marchado de casa para cuando Jimin despertó. Se había ido al supermercado, a hacer la compra de aquella semana. Jimin se subió a su silla y fue a la cocina para desayunar.

Allí estaban Namjoon y Luda jugando a las cartas. Los ojos de Luda parecían traspasar las cartas de Namjoon y leerlas sin problema, cosa que a Jimin no dejaba de asombrarle.

Cuando vio pasar a Jinna, que estaba en el salón viendo las noticias del día anterior, se acordó de Hoseok.

El beso en la cama lo tenía muy confuso. Porque de este beso sí que se acordaba bien. Era la segunda vez que lo besaba, y en ninguna había sentido nada.

Taehyung..., susurró para sus adentros.

Tal vez debía pararle los pies a Hoseok. Claramente no sabía lo que hacía y estaba confundiéndose. Hoseok era un niño, tenía mucho por vivir aún. Jimin sólo amargaría todas esas experiencias. No quería hacerle eso a Hoseok, ni hacérselo a sí mismo tampoco.

Jinna le dio los buenos días en cuanto le vio y empezó a hacerle el desayuno, con ayuda de la pequeña Luda.

Hoseok no llegaba de hacer la compra, y todos se empezaron a preocupar.

Lo llamaron reiteradas veces al móvil, pero al rato se dieron cuenta de que estaba en su cuarto.

Había pasado ya la hora de comer y aún no había vuelto.

Al final Jinna comió junto a Luda ya entrada la tarde, por desfallecimiento. Namjoon y Jimin esperaban en el salón. El padre miraba cada dos por tres por la ventana.

Se le ocurrió llamar a Yoongi, cosa que no se le había ocurrido antes. Lo llamó, pero de nada sirvió, pues este tampoco sabía nada.

Empezó a llover. Namjoon se vistió dispuesto a salir a buscarlo.

Jinna hizo el mismo ademán, pero justo Hoseok entró en casa, completamente empapado.

Todos fueron corriendo hacia él, menos Jimin, que lo miró en la lejanía. Hoseok tenía la mirada completamente perdida. Su madre intentó hacerle volver en sí, pero se dio por vencida cuando Hoseok dejó caer las bolsas de comida al suelo.

Caminó hacia su cuarto, mojando todo el pasillo, haciendo caso omiso de las palabras de su familia. Nadie entendía qué le había pasado.

Cenaron todos menos él, que aún seguía encerrado en su cuarto. Antes de que llegara la hora de dormir, Luda tocó la puerta y pasó dentro.

Al cabo de unas horas, Jimin fue a entrar, junto a Jinna, para que se llevara a Luda de allí, y se encontraron a los hermanos dormidos y abrazados sobre la cama. A ambos les sobrecogió un sentimiento de ternura.

Jinna cogió en brazos a Luda, separándola de los de su hermano, y Jimin se tumbó en la cama. Esperó un rato despierto por si Hoseok despertaba y le contaba algo, pero se acabó durmiendo.

Si había algo maravilloso es aquella casa, era que las presiones eran casi invisibles.

***

El resto de la semana, Hoseok estuvo muy frío en general, pero más todavía con Jimin. Era como si siempre estuviera ausente. Con la única con la que hablaba más a menudo era con su madre y, en ocasiones, mantenía miradas de complicidad con su hermana.

Jimin se empezó a sentir el culpable de aquella situación. ¿Habría sido el beso?

Una tarde, Yoongi hizo acto de presencia. Estuvo merendando con la familia y luego Jimin le pidió hablar un momento a solas.

—Yoongi, ¿qué le pasa a Hoseok?

—¿Perdón? —Lo miró con asco.

—Hoseok. Lleva evitándome toda la semana.

—No me lo creo... ¿Y lo preguntas tú?

—Entonces está así por mi culpa.

—Muy bien, Einstein. Pero el mundo no gira sólo alrededor de ti. Hoseok tiene más problemas de los que puedas imaginarte.

—¿Y por qué no me los cuenta? —exigió saber Jimin, molesto.

—¿Por qué debería?

—Porque soy su... —Yoongi elevó las cejas, expectante. Se moría por saber qué término usaría.

—¿Su hermano? Tiene a Luda. ¿Su tío? Es irremplazable. ¿Su mejor amigo? Soy yo. ¿Qué eres de él como para que quiera contarte sus problemas?

Aquello era totalmente cierto y Jimin se sintió peor todavía al escucharlo. La realidad era cruda. Pero, aun así... Quería que Hoseok se apoyara en él. Quería ayudarlo tanto o más como él había hecho.

Jimin bajó la cabeza, rindiéndose.

—¿Qué puedo hacer?

—Podrías quitarle peso de encima. —suspiró Yoongi.

—¿Cómo hago eso?

—¿Cómo hago eso, cómo hago lo otro? En serio, no entiendo qué ve Hoseok en ti.

—Hoseok se ha encariñado demasiado a mí. —se le escapó a Jimin.

—¿Encariñado? —Esta vez sí que lo miró con asco— No entiendes nada, Jimin. No entiendes nada.

Yoongi salió de la habitación enfadado. Se fue de la casa al instante, despidiéndose rápidamente de todos.

Le pegó una patada al ascensor antes de que este llegara al piso. Su mejor amigo estaba sufriendo por un imbécil, y no poder hacer nada para remediarlo le dolía en el alma.

Una vez dentro del ascensor, le pegó un puñetazo al espejo, rompiéndolo y haciéndose un poco de sangre en los nudillos.

Se miró la mano y las lágrimas explotaron en sus ojos.

—¿Cuánto tiempo tendré que esperar para darme por vencido contigo, Hoseok?

HopeMin ➼ DiscapacidadWhere stories live. Discover now