-Capítulo 34-

3K 76 11
                                    

-¿Entonces os habéis perdonado o no?

-A ver, sí. Pero es no quita que seguiremos siendo o no mejores amigos.

-Dale una oportunidad...

-Noe, no es una decisión que pueda tomar así como así. ¿Y si me precipito diciéndole que sí y se repita esta historia?

-Vamos, quien no arriesga, no gana.

-Lo sé, lo sé. Pero si me arriesgo también puedo perder.

-¿Y qué puedes perder?

-A él, básicamente.

-Mira, eres tú la que decide y no te voy a forzar a escoger. Haz lo que te diga el corazón. 

-Tienes razón -suspiré-.

-Buenas noches, mejor amiga. No te rayes con el tema.

-Lo intentaré -le sonreí-. Hasta mañana.

Una vez cerró la puerta empecé a "festejar" que las cosas volvían a estar bien entre Nathan y yo. Sinceramente no sé que parecía dando saltitos en mi habitación como una posesa y gritando "¡Yuju" cada segundo. Ahora sí, debía centrarme en qué le diría yo a este chico. "Tú le quieres y sabes que harías lo que fuera con tal de estar a su lado" me decía una vocecita en mi cabeza mientras otra discrepaba: "Él no te creyó a ti, a su mejor amiga y pensó que le habías utilizado". Exacto: eso tenía lugar en mi mente. Pero de mi corazón no salían nada más que rítmicos y pausados latidos.

El teléfono comenzó a sonar. Eran las once, seguramente se trataba de Jay.

-Hey.

-____ -su voz ronca erizó el vello de mi nuca, haciendo que un ardor subiese a mis mejillas.

-¿Qué sucede, Nathan?

-Bueno, no quiero sonar pesado, pero por favor quiero que si tomas una decisión, estés segura de que sea la acertada. Me estoy volviendo literalmente loco, necesito una respuesta -me encantaba oírle tan desesperado por saberlo.

-Mira, yo... Es complicado. No quiero decir que cuando estoy contigo me lo paso genial, que así es, pero después de lo de Dionne aún no me siento del todo preparada para iniciar una nueva amistad.

-Dime que no me vas a rechazar -sonaba como si estuviese apunto de romper en llanto.

¿Tanto le importaba una chica común y corriente como yo? ¿El mismísimo Nathan Sykes, ese que dice que "llorar es de nenazas" estaba a punto de hacer lo que para él sería "perder su dignidad" por mí? ¿Pero cómo le iba yo a decir que no a este chico? ¿Por qué le gustaba ponerme las cosas tan difíciles?

-Te quiero, hermanito.

-¿Qué? -dijo con voz quebrada.

-Seré tu mejor amiga.

Hubo un breve silencio.

-¿Lo dices enserio? -supe que estaba sonriendo e instantáneamente yo hice lo mismo.

-Completamente.

-Si estuviera ahí ya te habría dado un abrazo de oso -río. "Por mí encantada" negué divertida para mis adentros.

-En ese caso, ¿te apetece mañana una tarde de mejores amigos? ¡Podemos aprovechar que las petardas de mis compañeras se van de compras para tener la Play 3 toda para nosotros!

-Suena divertido. ¿Nos vemos ahí a las 5?

-Claro, hasta mañana.

-Hasta mañana, pequeña -no pude evitar morderme el labio inferior por el mote que había usado. Desde que nos peleamos no me lo había vuelto a llamar más de esa manera. Adoraba oír esas palabras de su boca. Bueno, eso y otras cosas, no sé si me entendéis... "¡____!" me gritó mi subconsciente y me reí de mí misma. Me parece que tener esa clase de pensamientos con los labios de Nathan no le gustaban a mi conciencia.

Y la sintonía de mi móvil resonó por toda mi habitación. 

-¿Hola?

-Vaya, sigues despierta -"¿Y esta qué coño quiere ahora?" 

-Parásito, ¿por qué no te compras una vida y así dejas de meterte en la mía?

-Oye, que llamo en son de paz -tuve que reprimir una carcajada porque me había recordado a un extraterrestre. Y en realidad lo era.

-¿Tú? Dionne, estas no son horas para bromas telefónicas.

-Hablo enserio, quiero ayudarte.

-Venga ya, ¿y por qué tú querrías ayudarme a mí?

-Me siento buena persona.

-¡Já! -reí con sarcasmo- ¡Esto hay que aprovecharlo!

-Déjate de ironías. Si quiero aconsejarte es para que no cometas el mismo error que yo.

-¿Eh? ¿Qué error? ¿De qué hablas?

-De Nathan -rodé los ojos. "Ya empieza..."-. Sé que no quieres hacerme caso pero por lo menos escúchame. Él no es como crees, ____. No es más que un mujeriego sin corazón.

-Sí, lo que tú digas -suspiré.

-No bromeo. A ti te pasó como a mí: te cegaste de amor y por eso no querías ver la realidad. Pero cuando descubrí como era él sinceramente me alegré de que dejara.

-A ver, a ver. Vete más despacio que no me estoy enterando de nada.

-A lo que me refiero es que ahora, cariño, va a ir a por ti.

-¿Qué? ¿"A por mí"? -fruncí el ceño.

-Así es. Probó con Carolina y se aburrió de ella. Luego me dejó a mí pero porque me pilló. Y tú eres ahora su tercer plato. Y al igual que con Carol, te usará como un juguete sexual y al cabo de unos días te "tirará a la basura", no sé si coges la metáfora.

-Dionne, si con eso preten...

-Cielo, créeme que si mi intención fuera fastidiarte habría hecho cosas más fáciles como restregarte por la cara lo bueno que es Nathan en la cama. Ah, y lo buen besador que es. Sí, es un salvaj...

Directamente le colgué. Esta tía no podía hablar enserio. "Seguro que es mentira, es para joder" intentaba autoconvencerme. Pero después de todo no sonaba tan disparatado, ¿no?

***

Estaba emocionada porque llegaran las cinco de la tarde. Las otras ya se habían ido hacía cosa de media hora. Había comprado refrescos y palomitas. Hoy nos íbamos a divertir.

Corrí como una posesa a la puerta en cuanto el timbre sonó. El pobre Nathan llevaba una inmensa cantidad de videojuegos en sus manos y una bolsa con la consola. Iba más cargado que un camello.

-Deja que te ayude, anda -le arrebaté la máquina para conectarla a la tele.

Por fin sería una tarde para nosotros solos sin Dionne. Solos él, yo y una Play 3. Risas aseguradas.

We're drunk on love (Nathan Sykes y tú) TERMINADAWhere stories live. Discover now