-Capítulo 4-

3.8K 111 6
                                    

-____, arriba -escuché una voz familiar a mi lado.

-Mmmm -fue todo lo que dije y me revolví entre las mantas.

-Venga, despierta, vaga.

-5 minutos más... -murmuré en tono de súplica.

-¡____! -sentí un líquido frío derramarse por mi cuerpo.

-¡Ah, está helada! -me quejé por el vaso de agua que acababa de rociar por mi cabeza.

-Vístete rápido, que en media hora nos vamos.

-¿Y eso? -arqueé una ceja.

-Los chicos nos han invitado a desayunar con ellos.

Al oír la palabra "chicos" instintivamente pensé en Nathan y fui cual rayo a mi armario. Cogí lo primero que encontré y me lo llevé conmigo al baño. En quince minutos ya estaba duchada, vestida, peinada y maquillada.

-Tiempo récord -dijo Noemi sentada a la orilla de mi cama, contemplando su reloj e hice un gesto de "victoria".

Salimos a la calle y nos fuimos hacia la cafetería de la esquina, donde se suponía que nos estaban esperando.

-Puntuales, sí señor -sonrió Max.

-Eh, ¿no falta alguien aquí? -preguntó Saray mientras tomaba asiento.

-A Lil' Nath se le han pegado las sábanas, por lo que parece -rió Siva.

-¡Ya estoy aquí! -apareció a nuestras espaldas, con pinta de haber corrido una maratón- Lo siento, me quedé dormido.

-Normal, debes de haber pasado una noche que macho, te ha debido de dejar hecho polvo -bromeó Tom y Nathan le dio un codazo.

-Bueno, ¿qué os apetece hacer hoy? -preguntó Jay.

-¿Nos apetece? -nos autoseñalé.

-Sí, claro -sonrió Siva.

-Pero, si apenas os conocemos y...

-Ni peros ni porras, ¿qué queréis que hagamos? -volvió a interrogar Max.

-¡Eh, podíamos ir a la playa! -optó Saray.

-¿No queda un poco lejos? -preguntó Lucía.

-¡Nada de eso! ¡Vamos a la playa y punto! -protestó.

-Si os apetece -sonrió Tom.

Y allá volvimos a nuestro apartamento a por todo lo necesario.

-¿Bañadores? -preguntó Lucía.

-¡Listo! -respondimos las cuatro a la vez.

-¿Toallas?

-¡Listo!

-¿Sombrillas?

-¡Listo!

-¿Bronceador?

-¡Listo!

-¿Comida?

-¡Listo!

-¿Chicos que están más buenos que el pan que nos están esperando abajo?

-¡Listo! -reímos.

-¡Pues allá vamos! -puso el habitual entusiasmo de un explorador y nos reunímos con los otros en el portal.

-¿Os ayudamos? -reprimió una carcajada Nathan. Que se ría, ya me gustaría verlo a mi bajar seis plantas por las escaleras cargadas de cosas ya que el ascensor estaba estropeado.

We're drunk on love (Nathan Sykes y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora